FALLEN ANGEL (PRÓLOGO)

By Bill

Recuerdo la última vez que vi a mi hermano gemelo. Ambos estábamos en el jardín de nuestra casa jugando como los dos niños de siete años que éramos. Mis padres salieron para ver qué hacíamos. Vi a mi padre con dos maletas en sus manos pero eso no me importó. Él solía viajar mucho y casi no estaba en casa, por lo que no me extrañó verlo con su equipaje una vez más. Pero cuando se acercó a mí y me abrazó, me di cuenta que ese abrazo no era como otro cualquiera, me decía cosas sin sentido, que lo perdonara, que por favor no le odiara por eso… No lo entendí, ¿cómo iba a odiar a mi propio padre? Lo miré a los ojos y le sonreí. Todo estaba bien… Me devolvió la sonrisa antes de levantarse y coger la mano de mi hermano. A él no lo abrazó. Vi como mi madre se abrazaba a su hijo mayor, vi sus lágrimas, vi su dolor. Pero yo seguía sin entender nada… Mi hermano y yo nos miramos. La confusión se había apoderado de ambos.

-Bill, despídete de tu hermano…

Mi madre me dijo llorando. Yo seguía sin entender nada así que lo despedí con un movimiento de cabeza. Él me miró con el entrecejo fruncido y yo le devolví la misma mirada mientras los veía a ambos caminar por el césped hasta el coche de mi padre… Minutos más tarde el vehículo se perdía por el horizonte. ¡Quien me hubiera dicho a mí que me acababan de separar de mi gemelo! Nunca culpé a mi madre por eso, ella lo llevó mucho peor, era su hijo…

Recuerdo mi infancia como un poco extraña. Era realmente feliz, mi madre me consentía todo, me tenía demasiado mimado y nunca me faltó de nada. Tengo que admitir una cosa, aunque resulte doloroso, creo que hasta me olvidé que tenía un hermano gemelo. A veces me paraba a pensar en como estaría él, y me despreocupaba imaginando que estaba bien, feliz, a salvo… Ahora me di cuenta de lo equivocado que estaba…