domingo, 25 de abril de 2010

RECUERDOS DEL PASADO CAPÍTULO 39

¡Y aquí llegamos a una semana más! ¿Qué decir esta vez? Solo que muchas gracias por sus comentarios, me alegro que les guste la historia, de todo corazón, gracias por esas palabras. Lo son todo para mi. Aquí les dejo un nuevo capítulo con un par de canciones que me gustaría que escucharan mientras leen. Un beso enorme, se cuidan mucho y Peke, ¡felicidades por ese añito en el blog! ¡Qué sean muchos más por que le dedicas mucho tiempo y lo haces de maravilla!


Alice rió realmente feliz y poco después abandonó la parte trasera del escenario acompañada del guardaespaldas que la dirigió al lugar que los chicos se habían encargado de reservar para ella y para Sam. Desgraciadamente, la pelirroja no se encontraba con ella en esos momentos. Preparó el móvil para llamarla en cuanto pudiera y minutos más tarde las luces del recinto las luces se apagaron y los chicos salieron a escena…
Aquello era maravilloso. El sonido, las luces, la puesta en escena, los chicos… Todo. Absolutamente todo. Lo tenían jodidamente bien montado. Había intentado llamar a Sam varias veces para contarle todo lo que estaba viviendo, lo que se le pasaba por la cabeza, para tenerla presente a su lado, pero no se lo había cogido. Supuso que lo había puesto en silencio y se había ido a dormir, últimamente pasaba muchas horas durmiendo… Sentía su cuerpo cada vez más pesado… O no, no, no, solo se trataba de que la pobre no tenía nada mejor que hacer, el aburrimiento podía con ella. Alice abrió los ojos de par en par cuando se acercó el momento que había estado esperando durante todo el concierto. Bill, arrodillado en la pasarela del escenario, miraba a sus fans y, en su perfecto inglés, les hablaba con cierta ternura…
-…. ¿Alguna vez habéis tenido a alguien con quien compartir todo, con la que no hacía falta ni una palabra para saber que estaba pensando, mirarla y sentir el enorme lazo que os unía, sentir que siempre estaríais juntos, sin importar que pasara, sin importar absolutamente nada? Tengo que decir que yo si lo he sentido. Amaba a esa persona tanto que dolía… Perdón, la amo. La amo como una hermana. – matizó para posibles confusiones. – Ella me dijo una vez que siempre estaríamos juntos, que envejeceríamos juntos, que moriríamos juntos. Ella me dijo que siempre estaría ahí cuando yo la necesitara, alguien para reír, para llorar, para soñar… Y así fue. Hasta que la perdí. – una enorme “O” pudo apreciarse en la boca de sus fans. Bill las miró sonriendo. – No tengo que decir cuanto sufrí por que mi mejor amiga, mi hermana, mi compañera se había ido. Ella fue quien inspiró esta canción. Aunque no estaba prevista para este concierto, nosotros, sus hermanos, queríamos dedicársela con toda el alma, para que siga luchando, para que no se rinda jamás, para que se quede con nosotros… Porque la encontramos. Después de tres años sin saber nada de ella, la encontramos. Y, desgraciadamente, no sabemos si sobrevivirá a esta… - Alice vio como Tom le dirigía una mirada asesina a su hermano. No quería ni oír hablar de la posibilidad de que Sam… Sí, muriera. – Así que, Sam, esta va por ti…
(Pongan play)

Alice abrió la boca cuando se dio cuenta de qué canción se trataba pero ningún sonido se escapó de ella. Era la favorita de Sam, una de sus favoritas del primer cd, el que ella misma tenía en sus manos firmado por ellos. Intentó llamarla de nuevo cuando pudo reaccionar pero ella siguió sin contestar. ¿Qué estaría haciendo esta niña cuando se la necesitaba? Desistió al quinto o sexto tono de llamada, guardando el móvil de nuevo en el bolsillo y echó un vistazo a las fans que se agrupaban en el foso. Algunas cuchicheaban preguntándose quien sería aquella chica de la que había hablado Bill, otras miraban al cantante con lágrimas en sus ojos, sin duda emocionadas por las palabras que le había dedicado a aquella desconocida chica. Sonrió ante eso, dándose cuenta que no todas las fans podían ser unas bastardas egoístas. Pero que aceptaran eso no significaba que las aceptaran a ellas. Lo sabía, había sido una de ellas, y por mucho que ella dijera que se alegraría si Bill hubiese conseguido la felicidad con otra persona, eso no era del todo cierto. Quería que fuera ella esa otra persona, que la mirara solo a ella, que se volviera loco por ella… Y eso era lo que pensaban todas las allí presentes. La raza humana era así de egoísta, estaba en su naturaleza, no era por que fueran malas personas. Ocurría lo mismo en el reino animal. Cuando a dos hembras les gustaba el mismo macho, se mataban entre ellas para que viniera una tercera a llevárselo. Cosas tan simples como esa se veían cada día, solo que ahora estábamos hablando de miles y miles de chicas en su contra. Suspiró. Ninguna estaba preparada para la verdad, ni las chicas que allí se encontraban, ni ella misma.
La canción terminó y el último acorde bailó en el aire. Alice dirigió la mirada al escenario. Durante toda la canción había estado prácticamente ausente. ¿Qué demonios le pasaba? Tenía que estar prestando atención a todo cuanto ellos hicieran, no a las fans que chillaban y lloraban, no debería estar pensando en estupideces. Miró el hueco vacío a su lado y suspiró. Allí tendría que estar Sam, a su lado, disfrutando juntas del gran evento. Concentró su atención de nuevo en el escenario, dispuesta a olvidar todo por unos instantes…
-¡Impresionante! – exclamó mientras entraba al camerino. Tras el concierto, el guardaespaldas volvió a llevarla junto a los chicos en el backstage. Los demás rieron. Bill la miró sonriendo.
- ¿De verdad? ¿Qué parte te gustó más? – preguntó con curiosidad. Alice enarcó una ceja.
- ¿Bromeas? Por supuesto, la parte de la dedicación a Sam… ¿Sabíais que es su canción favorita? – los demás la miraron con el entrecejo fruncido. - ¿No lo sabíais? ¡Genial! ¿Casualidad? – preguntó riendo a carcajadas.
Alice se sentó en el sillón que había en la habitación mientras ellos miraban la ropa que tenían por alguna maleta para cambiarse. De pronto, se preguntó dónde se metería si empezaban a quitarse ropa. Dicho y hecho, ni cortos ni perezosos Georg y Tom empezaron a quitarse la camiseta. Alice miró en otra dirección, levantándose para irse. No quería ser la espectadora de ese show.
-Vaya, Alice, lo siento, no estamos acostumbrados a… - empezó Georg a disculparse pero ella lo cortó.
-No, da igual… Salgo un rato para que os cambiéis. – cuando iba a posar una mano sobre el pomo de la puerta para abrirla, esta se abrió dejando pasar a David.
-Chicos, aquí hay alguien que dice que os conoce… - ellos enarcaron una ceja. No tenían ni idea de quien podría ser. Alice no estuvo muy segura pero juró ver una melena rubia tras David, que se volvió y le dijo- Solo unos minutos. – Alice no podía creer lo que veían sus ojos: Jessica y su patrulla de bobas. Retrocedió unos pasos poniéndose delante de los chicos, dispuesta a defender lo que era suyo…
-Vaya, vaya… ¿A quien tenemos aquí? ¿Qué haces aquí, niñita? ¡Bah! ¿Qué importa? No vine a verte a ti. – sus ojos se posaron en los chicos a espaldas de Alice. Ésta pudo ver que casi se relamía los labios. Y pudo saber lo que se tramaba.

-Aléjate de él. – la amenazó en castellano.
-¿Y quién me lo va a impedir? Será él el que decida, no tú. – contestó ella de la misma manera. – Vamos, Alicia… Seguro que tú también has estado soñando y fantaseando con la idea de comprobar si es cierto eso de que es tan bueno…
-Jamás. – ella rió.
-No te lo crees ni tú, pero bueno… Si eres tan necia de no saber aprovechar tu oportunidad, deja que al menos las demás lo hagamos…
-Nunca.
- Vamos, Alice… ¿No fuimos amigas una vez? – Alice abrió los ojos de par en par cuando le recordó eso. Las pécoras de sus amigas exclamaron un sonoro “¡Oh!” La rubia rió, creyendo haber ganado.
- Nunca fuimos amigas. Tú solo pensabas en ti misma.
-Como todo el mundo, niñita. ¿Acaso no estás siendo tu egoísta ahora no queriendo compartir con nosotras a tus amigos? Por cierto, ¿y la simplona de Sam? ¿Te abandonó como lo hice yo? Pobre Alice… Nadie la quiere… - Alice reaccionó de golpe cogiendo a la rubia del cuello y poniéndola con la espalda en la pared. Bill exclamó su nombre y corrió junto a ella pero ella lo ignoró y presionó sus dedos en torno al cuello de la rubia.
-Jamás… Jamás vuelvas a mencionar a Sam, ¿te enteras? Su nombre te viene grande para esa bocaza tuya… Y nunca más la vuelvas a rebajar a tu nivel, zorra asquerosa. Y olvida lo que has dicho, tú y yo nunca tuvimos una relación. Ni de amistad ni de nada. Desaparece de mi vida por completo, no quiero volver a ver tu asquerosa cara de nuevo. ¿Te queda claro? – Jessica farfulló algunas palabras sin sentido que no pudo entender. La soltó y le dirigió una mirada maliciosa, la misma que recibió de su parte.
-Te odio. – fue lo único que le dijo Jessica frotándose el cuello con una mano.
-No más que yo a ti…
La puerta se cerró tras ella y Alice sintió como caía al suelo, mirándose las manos. Si hubiera presionado un poco más… La habría matado. Joder… ¿Qué estaba pasando? ¿Desde cuando ese instinto homicida? No le gustaba nada… Sintió como las lágrimas se agolpaban en sus ojos pero impidió que salieran de ahí pasando el dorso de su brazo. No había pasado nada, no había ocurrido nada que pudiera preocuparle demasiado…

-Alice… ¿Estás bien? – ella dirigido su mirada hacia el lugar donde provenía y allí estaba Bill a su lado, asintió con la cabeza y él le sonrió.
-Por cierto, ¿a qué venía todo eso?- preguntó Tom, mientras se vestía de nuevo, a espaldas de Alice. No pensaba decirle que todo había sido por Sam, se pondría histérico. Bastante tenía con tenerla en el hospital.
-Ella… Quería ligar contigo. – él rió a carcajadas.
-¿Por qué harías algo tan estúpido…? – preguntó Bill esta vez.
-Puedo apostar a que son lo que hacen las amigas, ¿verdad, Alice? – acertó Gustav. Los demás lo miraron, confundido, jamás entendían a las chicas… - Es como una especia de regla entre ellas… Si, es algo estúpido pero todas lo hacen. Siempre vigilan que no se acerque ninguna lagarta al novio de su amiga si esta no esta presente. – Ahora si estallaron las risas. Alice se sintió aun más estúpida.
-Oh, si, reíros más de mí si es posible…
-Perdona, Alice, pero debes admitir que ha sido estúpido… Tom fácilmente podía haberse deshecho de ella… Ehm… No… Buen trabajo, Alice. – bromeó Bill.
-¡Eh! – se quejó su hermano y a modo de venganza le tiró a la cabeza una de las botas de Bill que había usado en el concierto.
-¡Casi me das! – se quejó a su vez el aludido.
-Te lo has buscado.
-¡Pero si es cierto! Te calientas muy fácilmente…
-Eso no es verdad… - se defendió el aludido. Los demás estallaron en carcajadas, quitándole toda la credibilidad. - ¿Habláis… en serio? – los chicos se miraron unos a otros. - ¿Creéis que…?
-Nosotros solo vemos los hechos, Tom. – dijo su hermano, serio. Luego sonrió.
- Exacto, a ver, piensa, los dos días que habéis estado Sam y tu juntos antes de que… Bueno, ya sabes, piensa en las veces que…
-Georg, eres un pervertido… -bromeó él, aun sabiendo que tenía razón…
-El pervertido eres tú… Liarte con nuestra hermana… Oh, joder, no… Depravado… - bromeó este a su vez.
-Ahora en serio, sé que no lo harás. No le harás daño. No puedes. – dijo Bill, serio.
Tom sonrió y centró su atención en lo que estaba haciendo. Los chicos tenían razón pero igual no le importaba. ¿Acaso ella se había quejado alguna vez? Sonrió ante eso, recordando las veces que habían quedado solos, realmente no era algo que a ella le importara demasiado pues se acoplaba rápido a él… Tal vez no era algo que importara…

Caminando de nuevo hacia el coche en silencio pensó en lo que le había dicho Bill, ciertamente tenía razón en algo. Sabía que hubiera pasado si no hubiera estado Sam de por medio… Los chicos tenían razón, no le hubiera importado llevarla al hotel. Pero no lo había hecho, Sam era más importante que todo eso, Bill había dicho la verdad, nunca podría hacerle daño, si bien porque la quería, si bien por que ella era diferente… No importaba en absoluto.
-Geez – chasqueó la lengua Alice, sentada en el asiento del coche pulsando un botón de su móvil. - ¿Dónde se ha metido esta niña? Llevo llamándola desde las nueve de la noche que empezó el concierto y no ha dado señales de vida…
-Seguro está dormida. ¿Llamaste a Teressa?
-Ehm… No… Se me olvido… Ya la llamo.
Alice buscó rápido el número de teléfono de la tía de Sam, y la saludó con un eufórico saludo, pero la sonrisa se le borró pronto del rostro al escuchar a la mujer llorando a lágrima tendida y farfullando palabras sin sentido… Alice sintió un profundo dolor oprimiéndole el pecho, impidiéndole respirar… El móvil resbaló por sus manos y fue a parar al suelo del coche y ella seguía con la mirada perdida fijada en ninguna parte, asumiendo la idea de que Sam… No, joder, lo sabía, no tenía que haberse ido, tenía que haberse quedado con ella, no debió ir al concierto…

-Alice… -ni siquiera la dulce voz de Bill podía reconfortarla… -
-Alice, ¿qué pasa? – reconoció la voz de Tom, ella negó con la cabeza – Alice… - el la llamó de nuevo.
-Ella… ella está en quirófano ahora. Hubo complicaciones.
Eso fue como una jarra de agua helada cayéndole sobre los hombros, ahogándolos, sacudiéndolos, dejándolos sin respiración… No… No podía ser… Eso no podía ser cierto…


(PONER PLAY)

Era tan hermosa… Aquella luz blanca que bailaba a mi alrededor, jugando con las sombras que se extendían más allá, reí cuando la sentí esconderse tras de mí de nuevo, bailando con ella, jugando como ella al escondite. Volvía a ser una niña, 7 u 8 años. A mi lado estaban mamá y papá que me miraban sentados en un banco cercano y sonreían. Estábamos en un parque, un parque de mi ciudad, el parque donde había conocido a los gemelos, pero todo era distinto, estaba más iluminado, el agua del lago era cristalina, no había nadie allí mas que nosotros, se sentía tan bien, como un día perfecto en mi perdida infancia…. Hubiese dado cualquier cosa para que aquello sucediera en realidad… Vi como mis padres se levantaban de su asiento y venían a buscarme, cogiendome de las manos, y caminando conmigo hacia delante, llevándome a casa… Nuestro acogedor hogar…
Entonces fue cuando tomé conciencia de todo. Yo jamás había tenido algo como eso. Mi hogar no había sido acogedor, nunca había conocido a mi madre, y aunque amaba a mi padre más que a cualquier cosa en este mundo, yo no había sido feliz en esa casa. La visión a mi alrededor se hizo añicos, llevándose con ella la imagen de mis sonrientes padres que aún seguían teniéndome la mano, dejándome sola de nuevo en aquella inmensa oscuridad. Miré mis manos, volvían a ser las de una mujer adulta. La imagen había desaparecido por completo y se había llevado con ella toda ilusión. Aquella era la forma en que la muerte me llamaba a sus brazos… ¿Qué demonios iba a hacer? Quería vivir, maldita sea, de veras quería hacerlo… Pero… No siendo dependiente de una medicina, que era lo que me esperaba si decidía volver… En cambio, si continuaba mi camino, encontraría a sus padres, sería feliz, no estaría más enferma… Pero estaría sola. Ninguno de los chicos me seguiría al otro mundo. Me detuve de pronto. No quería eso… Odiaba estar medicándome todos los días, pero no todo era malo… ¿Iba a perderme mi futuro solo por eso? ¿No cumpliría mis sueños? No iba a marcharme sin volver a Alemania, sin volver a ver a Simone, a Gordon, a mi hermanita… No iba a morir sin haber dado la vuelta al mundo, sin mi carrera universitaria, sin mi puesto de trabajo, sin ser madre… Aún había muchas cosas que debía experimentar antes de ir a reunirme con mis padres… Volví la cabeza al lugar donde habían desaparecido mis padres, y murmuré una disculpa. Lo siento, mamá, papá, pero aún es pronto para esto. La imagen de mis padres volvió a materializarse, sonriéndome.
-Ve, hija… Te estaremos esperando.- me sonrieron antes de que me volviera a girar y a internarme de nuevo en la oscuridad. Lo siento, Muerte, pero hoy no me llevarás contigo…

Sam abrió los ojos muy despacio, acostumbrándose a la oscuridad. Las luces de la habitación estaban apagadas, y el único atisbo de luz que podía distinguirse provenía del pasillo. Gruñó cuando se encontró de nuevo en aquella maldita habitación de hospital. Si bien podía haber despertado en su cama… Alguien se removió a su lado, sobresaltándola. Se había creído sola en la habitación.

-Mierda, me quedé dormido… ¿Estás despierta? – reconoció de inmediato la voz de Tom.
-Lo siento, ¿te he despertado? – notó su boca pastosa, como si llevara siglos sin abrirla. Necesitaba agua… Empezó a sentir su cuerpo adormecido, le dolían los brazos y las piernas, casi no podía moverse, sentía una cierta presión sobre su cuerpo… ¿Qué era esto?
-No te preocupes… Estoy bien… ¿Cómo estas tú? – ella intentó encogerse de hombros pero le dolió el movimiento. Farfulló un “¡Au!” apenas audible pero Tom la escuchó. Sonrió amargamente. – Cuidado. Tienes que moverte despacio…
-¿Qué es todo esto? ¿Por qué no puedo moverme bien? – él rió.
-Se debe a que llevas dos días sin despertar. - ¿Qué? ¿Cómo? ¿Había oído bien? El sonrió al ver la expresión en su cara. – No es broma. Estamos a lunes por la noche.
-Pero, ¿cómo…? ¿cómo es posible? Recuerdo que Alice se fue al concierto y yo me puse a escuchar música, me quedé dormida hace unas horas… - él negó con la cabeza. Pero, ¿Cuánto tiempo había pasado en el limbo? – Geez, odio esto… - él forzó de nuevo una sonrisa. Ella se dio cuenta. Joder… Sabía que él lo había pasado mal, él y todos, habían estado sufriendo por ella, por que no sabían si volvería a despertar… Y ella había dudado. Maldita sea, era odiosa, de veras lo era. – Tom… - el levantó la cabeza para mirarla a los ojos. Se le notaba tan cansado… Las ojeras formaban surcos alrededor de sus ojos… ¿Cuánto había pasado despierto? Alzó una mano y la depositó sobre su mejilla, acariciando con el dedo las oscuras ojeras que surcaban sus ojos. No le gustaba verlo así, estaba cansado, apagado, como si hubiera envejecido cinco años de golpe… - No quiero esto… No quiero verte así… - él abrió la boca para hablar pero ella se lo impidió deslizando su dedo hasta sus labios. – Decidí volver… Tuve la oportunidad de marcharme… Ir con mis padres… Yo… Yo dudé… - le dolía decirle esto pero no pensaba mentirle, no a él. – Pero te elegí a ti. Decidí regresar… Verte de nuevo, veros a todos… Trazar mi vida contigo, si es que aún me lo permites… Sé que no será fácil, que estaré enferma y no sé el tiempo que podré vivir… Pero el tiempo que me quede quiero vivirlo contigo. Pero no así. Quiero verte sonreír. Sonreír de verdad, como solo tú sabes hacerlo… - él atrapó su pálida mano entre las suyas, aferrándola en una y depositando la otra sobre una de las mejillas de ella.
-Vivirás… Vivirás muchos años. ¿Quién sabe? A lo mejor llegas al centenario… - ella rió- Pero lo haremos juntos. Combatiremos al cáncer juntos, sé que lo haremos, confío ciegamente en ello, esto es solo una parada en nuestro largo camino… Volveremos a Alemania, viviremos juntos, estarás presente todos los días por el resto de mis días, nos casaremos si eso te hace feliz, aunque sé que estás en contra de ello – rió antes de continuar – No sé… Tendremos seis o siete hijos… - Sam enarcó una ceja ¿siete? – Envejeceremos juntos, veremos crecer a nuestros nietos… Y moriremos juntos. Pero eso será dentro de muchos años… No te atrevas a dejarme ahora, no cuando se me ha ocurrido decir todas esas cosas juntas… ¿De verdad he dicho yo eso? – ella asintió con la cabeza, riendo. Él sonrió. – No he mentido ni una sola vez.
-Y luego Alice me pregunta por qué me enamore de ti…
-Muy graciosa tu amiga… - ella rió. – Quédate conmigo.
-Lo haré.

Él se levantó del asiento en el que estaba sentado, atrapando el rostro de ella entre sus manos, y acercando sus labios a los de ella, aferrándolos entre los suyos, saboreando su dulce sabor, disfrutando de su fresco aroma… Sellando con un beso su promesa…


Una vez separados, él volvió a sentarse sobre el sillón y ella se recostó sobre la almohada ambos clavando la mirada en los ojos del otro, sin dirigirse la palabra, solo mirándose a los ojos, no hacía falta más que eso… Sam empezó a temblar poco rato después, volvía a subirle la fiebre y se acurrucó entre las sábanas, tirando de estás para cubrirse, pero no hacían nada. Los ojos empezaban a cerrársele. A pesar de haber pasado dos días inconsciente notaba su cuerpo cansado, pesado… Sintió cómo él se levantaba de su asiento y se tumbaba a su lado, abrazándola desde atrás, dándole el calor que necesitaba…

-No luches contra ello… - sugirió él al ver que peleaba contra sus párpados e iba perdiendo.

Ella se acomodó sobre la almohada, cerrando los ojos definitivamente, mientras sentía los dedos de él acariciando sus cabellos, tranquilizándola, relajándola… En aquellos momentos quiso que el tiempo se detuviera, se sentía todo tan bien que pareció que incluso el cáncer había desaparecido… Como quisiera sentir aquello todas las noches de su vida…

A la mañana siguiente Sam despertó encontrándose sola en la fría habitación. Oh, claro, todo había sido un sueño, demasiado bueno para ser real… Despacio se levantó acomodando la espalda contra la almohada, sentándose en la cama. Se encontraba mucho mejor que la noche anterior. Sus miembros empezaban a responderle y ya no los sentía tan pesados. Se alegró por eso, eso significaba una mejoría,¿no? Miró alrededor en la habitación, para ver si algo había cambiado, pero no, todo seguía exactamente igual. Sus rosas, que empezaban a marchitarse, y sus bombones seguían en su sitio, los dos sillones a los pies de la cama, las cortinas abiertas, y la camilla que había usado Alice vacía. Suspiró, habían pasado tres días desde que había visto esa habitación por última vez y todo era exactamente igual a como lo recordaba… La puerta de la habitación se abrió y por ella se abrió su tía. Lucía igual que Tom la noche anterior, cansada, casi envejecida…

-Hey… - la saludó.
-¿Cómo estás? – le preguntó la mujer. Ella se encogió de hombros, esta vez no le dolió. – Sam… Hay algo que debes saber…
-Si, cómo que mierda me pasó. ¿Por qué estaba inconsciente? Se supone que todo estaba bien en mí después de la operación…
-Sam, tu cuerpo rechazó la médula de Alice…
-¿Qué? ¿Por qué…?
-Nadie lo sabe… Las probabilidades eran bajas… Pero ocurrió.
-Maldita sea… Bueno, no me puedo rendir… Seguro encontraremos la solución, todo es cuestión de tener paciencia… - Y vida, pensó, pero no lo dijo.
-Georg y Gustav también se hicieron las pruebas… pero… el resultado fue negativo… Bill y Tom… No pueden. No son mayores de edad.
-De todas formas les agradezco el intento. Ellos ya me hacen estar viva y feliz cada vez que respiran. Que sigan vivos, sanos y salvos… Es suficiente para mí. – Teressa sonrió.
-Tenías que haber visto a Tom… Se puso histérico, estaba realmente enfadado, para él salvarte era mucho más importante que esas minucias legales… - Sam rió.
-Es así de loco…
-De eso no hay ninguna duda…

Ambas quedaron de nuevo en silencio, Sam había intentado ser fuerte cuando su tía le había comunicado la verdad, aunque ya había intuido que algo como eso había pasado, y lo había conseguido pero lo cierto era que se sentía fatal, con sus sueños rotos… ¿Para esto había regresado? Negó con la cabeza, apartando esos pensamientos de su mente. Estaba aquí para vivir, para luchar, para ser feliz…

-Sam… - rompió el silencio su tía. Ella la miró – Tú madre murió de leucemia. – Sam abrió los ojos de par en par, no conocía ese detalle, sabía que su madre había muerto joven pero nunca había conocido las causas… ¿Acaso…? ¿Acaso ese era su destino?

5 comentarios:

  1. HERMOSAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA, la ame, la adore, y llore como no tienes idea!!!!!!!!!! amo cada capitulo, cada parrafo, cada palabra de esta historia, es genial, GRACIAS AMANDA!!!, espero Sam de verdad se salve...que no deje a Tom, ni a su tia ni a Alice.

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  2. por diioss!!!!
    noo la mama murio de leucemiaaa??
    buuaaaaa :(
    hey!
    gracias amanda!! por las felicitaciones xD
    pero tambien felicidades ati!!!
    fue un capitulo hermosoo!!!
    los videos...etc!!
    bueno nos vemos!!
    saludos!!!♥

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  3. Aii no Sam no, por que? esto no debia ocurrir, que injusto, como me haria las pruebas...
    Grandioso capitulo mi geme, asombroso, fantástico, todo, felicitaciones. Otra vez demostras tu gran gran y gran talento. Ya quiero saber lo que va a suceder, ya estoy impaciente, umm voy a tener que esperar toda la semana jaja. Te amo mi geme, felicitaciones de nuevo, un beso enorme, tu gemela delirante, Dai

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  4. awww ya me imaginaba lo de la mamá de sam :( realmente adoro todos los capitulos todos cada uno tiene cosas tan lindas y te llevan a emociones diferentes te felicito mucho amanda eres realmente una chicca super talentosa !! ^^ y bueno a esperar una semana más... saludoss :D

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  5. wow muy emocionante y a la ves triste, sam no se debe de rendir tiene que ser fuerte!!! oh vaya su mamá paso por lo mismo que mal, amanda muy buen capitulo como siempre jaja te quiero mucho niña divertida y a esperar hasta el fin de semana jajaja....te cuidas mucho y FELICITACIONES =)
    /jas/

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