domingo, 7 de marzo de 2010

RECUERDOS DEL PASADO CAPITULO 32

Hola de nuevo! Muchísimas gracias por sus comentarios, nuevamente me hicisteis sonreír con cada una de las palabras que me dedicáis. Gracias por estar ahí. Me alegro muchísimo que os gustara el capítulo 31, realmente estaba muerta de miedo porque no sabía la acogida que iba a tener… ¡No sabía que os gustaría tanto! Por eso me siento orgullosa de lo que hice, gracias por vuestro apoyo! Sois todo para mí! Un gran, gran abrazo y ya sin más demora, el capítulo 32 de Recuerdos del Pasado…


Posó su mano sobre la mejilla cálida de él, y susurrándole un tímido: “Yo también a ti” lo besó en los labios al mismo tiempo que sus cuerpos encontraban el ansiado éxtasis, al mismo tiempo, totalmente sincronizados… Ambos sonrieron clavando sus ojos en la mirada del otro, sumergidos en la oscuridad absoluta dónde nadie podía verlos, iniciaron de nuevo aquel juego de amor y desenfreno que solo ellos podían entender…
Sam liberó sus labios de los de él, sintiendo como él continuaba su camino hasta su cuello, cuando las primeras luces del alba empezaban a aparecer por el horizonte. Cerró los ojos al entender lo que eso significaba, su noche había acabado, nada de esto volvería a suceder… Tenía que aceptarlo, sabía que algo como eso sucedería tarde o temprano pero había confiado en que pasara mas tarde que temprano… Él notó en seguida el cuerpo tenso de ella y la miró a los ojos.
-¿Ocurre algo? – le preguntó.
Ella negó con la cabeza, sonriéndole. Él le devolvió la sonrisa a su vez antes de volver a besarla. No podía creerse que todo esto hubiera sucedido y no pensaba dejarla ir, era un egoísta, un tremendo egoísta, debería dejarla libre para que ella fuera feliz, para que buscara a esa persona que la hiciera feliz, pero no quería. La quería a su lado, la necesitaba. No podía dejarla ir así como así…
-Deberíamos volver… Está amaneciendo…
La sola idea de separarse de ella, de abandonar sus labios, la ternura de sus besos y la calidez de su interior lo enfermó. Se negó en redondo. Sam rió a carcajadas al ver la cara de niño pequeño enfadado que le había dedicado y tomó su rostro entre sus manos, acercándolo al suyo, y susurrando:
-¿Quieres que nos detengan por exhibicionistas?
Él negó con la cabeza, y muy a regañadientes se separó de ella, para dejar que se vistiera mientras él mismo se ponía sus pantalones, fijando su mirada en ella, con miedo a que se esfumara en cualquier momento, por miedo a que de pronto todo lo ocurrido solo hubiera sido producto de su imaginación.
-Deja de mirarme así, me pones de los nervios… - se enfadó ella, tirándole su camiseta. Él la cogió al vuelo, riendo.
Sin decir nada se levantó y fue hasta ella, presionando sus labios contra los suyos y posando sus manos sobre la cintura de ella, agarrando la camiseta que ella ya se había puesto, tirando de ella hacia arriba, deseoso de volver a verla desnuda… Ella quiso decirle que parara pero ninguna palabra surgió de sus labios, era imposible, cada vez que la miraba, cada vez que posaba sus manos sobre ella, era como si el mundo dejara de existir, como si se transformara en su marioneta, la que solo él podía manejar… Odiaba sentirse así, era tan absurdo… Pero lo que ella odiaba, él lo amaba. Él le colocó la camiseta pero no la que ella había llevado sino la suya propia.
-Menos ropa para quitar después. – le sonrió al ver la expresión de no entender nada en su cara. Sam alucinó.
-¿Qué te hace pensar que seguiré con esto? – él la miró, dolido. Ella se llevó una mano a la boca al ver su respuesta en su mirada. No debía haber dicho eso… - Tom…
-Olvídalo. – él se volvió, dispuesto a marcharse.
Ella corrió tras él, abrazándose a él con toda la fuerza que le permitían sus brazos. Las lágrimas empezaron a aflorar de sus ojos, sin entender muy bien por qué, él debía ser libre, sus fans… De repente, lo entendió. Las discusiones con Alice sobre ese mismo tema cobraron vida en su mente, su amiga tenía razón. ¿Qué importaba todo? Ella merecía ser feliz, y aunque muchas otras veces lo había impedido, esta vez iba a ser tremendamente egoísta… Él abrió los ojos de par en par al escuchar los débiles sollozos de ella. Cerró los ojos poco después apretando los puños, odiaba verla llorar…
-Yo… Lo siento… No sabía… Tú… Creía que todo esto solo era… - la voz entrecortada de ella lo hizo abrir los ojos de nuevo, relajando los puños, volviéndose para mirarla de nuevo a los ojos.
Ella alzó la vista para descubrir en sus ojos que no le guardaba rencor por ello. Él colocó sus manos sobre la delgada cintura de ella, aproximándola a él, fijando su mirada en los claros ojos verdes de ella. Le dolió verla llorar, jamás había podido verla en aquella situación, incluso desde muy pequeños, siempre quiso verla sonreír, verla reír a carcajadas, verla feliz. A la mente le vino la frase que Bill utilizaba para definirla: Sam es un ángel al que le cortaron las alas pero siempre volverá a alzar el vuelo. ¡Cuanta razón tenía! La miró ahora, los ojos teñidos de rojo a causa del llanto, lágrimas saladas correteando por sus encendidas mejillas, incluso así era preciosa. Gruñó, apartando aquellos pensamientos de su mente, ella debía ser libre, encontrar a alguien que realmente la hiciera feliz… Desvió la mirada, no podía fijar sus ojos en los suyos, si lo hacía estaría perdido… Ella vio como apartaba la mirada y lo comprendió. Fue consciente de la lucha interior que se debatía en su interior. La misma lucha que se lidiaba en su interior entre su mente y sus sentimientos. Sabía lo que eso significaba. ¿Qué hacer ahora? ¿Qué hacer cuando sabes que una mala decisión puede conducirte a la infelicidad? ¿Qué decisión tomar? ¿Cómo saber cuál era la correcta? Si seguían adelante… ¿quién le aseguraba que fuera a encontrar la ansiada felicidad? Sabía que no tendrían ningún futuro juntos, ellos eran tan diferentes, él era el guitarrista de una banda mundialmente conocida y ella solo una chica de un pueblo de Alemania, ¿estaba dispuesta a iniciar una historia juntos? Él nunca estaba en casa, ella estaría sola… ¿Era esa la vida que ella quería? ¿Estaba dispuesta a abandonar sus sueños, sus metas, sus principios, refugiándose en una vida triste y dolorosa por él? Eso sin contar a las miles de seguidoras de la banda que suspiraban por él, ¿aguantaría todas sus críticas, sus malos deseos? Por un momento imaginó esa vida. No, aquello no estaba en sus planes. Ella no quería volver a ser un muerto en vida… Por otra parte, si decidía a ser solo su amiga, se arriesgaba a verlo con modelos o actrices de infarto, rodeado de ellas, sonriendo y feliz. Prefería verlo así aunque ella sufriera. “Masoquista” la voz de su interior habló por ella y esta vez tenía razón. Prefería ser masoquista si ello llevaba a que él fuera feliz…
-Entonces… ¿esto es un adiós? – él la miró a los ojos, sin entender. Ella posó su mano sobre su mejilla y sonrió – Sé feliz, Tom. Tienes que prometerme eso al menos. Seguiré siendo tu amiga si me lo permites pero tienes que prometerme que serás feliz. Rodéate de chicas alucinantes, música y fiestas. Siempre te gustó ese mundo y estás hecho para él. No te preocupes por mí, estaré bien. Estaré siempre cuando me necesites, cuando necesites que haga por ti o simplemente si quieres charlar. Eso es lo que hacen las amigas, ¿no? – rió- Me encantó tener esta noche contigo. Cuídate, Tom. – ella hizo un ademán para alejarse de él y marcharse pero él la retuvo, atrayéndola hacia él, abrazándola con fuerza… Ella abrió los ojos de par en par… ¿Y ahora qué estaba pasando?
-No… No quiero… Lo siento, lo intenté pero no puedo… No puedo dejarte marchar… Ojala supiera decirte todas las cosas que quisiera… Decirte lo que significas para mí… No puedo simplemente dejarte ir, no quiero… Soy un puto egoísta, sé que debería dejarte marchar, sé que debería dejarte libre para que encuentres a esa otra persona que te haga feliz, pero sinceramente no quiero. No puedo verte con nadie más, no quiero ver a otro cerca de ti… Por una vez, quiero ser egoísta, quiero tenerte conmigo, quiero iniciar esto contigo, solo contigo… No puedo expresar con palabras cuanto me importas… Tú me devuelves mi humanidad, me vuelves un poco más humano alejando la frialdad y la dureza, y sé que no te merezco, pero… ¡Al infierno! ¡Te quiero, Sam! No es un maldito sueño, no es una tortura, estás conmigo… - la miró a los ojos, ella le sonrió.
-Estoy contigo.
Él le sonrió. No esperaba aquella reacción, debía haberse retirado… ¡Qué demonios! ¡Al infierno todo! Ella estaba con él, ella quería estar con él, sintió una enorme excitación cuando ella buscó sus labios, enredando sus manos en su pelo, sellando con un beso su promesa. Envolvió sus brazos alrededor de la cintura de ella, alzándola en peso sin ningún esfuerzo, atrapando sus labios entre los suyos para no dejarlos escapar nunca jamás…
Sam sintió como su espalda chocaba contra la pared de la habitación y de un salto colocó sus piernas alrededor de la cintura de él, cerrando los ojos, y besando sus labios como una salvaje. Nunca había pensado en que pudiera comportarse de ese modo, pero claro, nunca había pensado en que algo como ello pasaría. A decir verdad, ya nada de eso le importaba después de todo lo ocurrido, durante toda esa noche había sufrido unas subidas y bajadas de sus emociones increíbles, alterándola por dentro… Y era increíble. Saber que él estaba allí con ella, que después de todo aquel tiempo, volvían a estar juntos, era más de lo que ella había deseado y jamás dejaría pasar una oportunidad como esa, no tras la magnífica noche que habían pasado. Rió interiormente pensando en eso… ¿desde cuando ella…? ¿Desde cuando ella pensaba en esas cosas? ¡Oh! Eso tenía que ser culpa de su amiga, seguro… Sintió como él la llevaba a la inmensa cama, sentándola a horcajadas sobre él, perdiendo sus manos por el interior de su camiseta mientras las manos de ella se deslizaban sin miedo por su torso desnudo… Se sentía tan bien… Hasta que sus dedos tocaron el frío metal… Abrió los ojos cuando lo tomó entre sus manos, curiosa de saber de que se trataba, alucinó cuando descubrió ante sus ojos que de cuello colgaba el anillo que ella misma le había regalado tres años atrás, el anillo de su madre… Ella alzó la mirada para encontrarse con la de él, sonriéndole.
-Te prometí que lo cuidaría. – sonrió.
-Gracias. Significa mucho para mí. – contestó ella como pudo, las cuerdas vocales casi ni le respondían…
-Lo sé.
Ella volvió a besarlo en los labios. ¿Cómo no se había dado cuenta antes? La noche en la que durmió en su casa, la tarde de la playa, cuando lo vio en su habitación… ¡incluso esa magnífica noche en la playa! Oh, claro… Ella no estaba como para prestar atención a pequeños detalles… Igual que ahora mismo se olvidó de ella misma al sentir como sus manos se perdían de nuevo debajo de su propia camiseta mientras sus labios se deslizaban sobre su cuello… De sus labios se escapó su nombre de nuevo… ¿Cómo podía encenderla de esa manera? ¿Cómo podía hacerla olvidar hasta de ella misma? Geez, ¿qué demonios importaba?
-Parece que no soy solo yo el que cuida las cosas… - ella lo miró a los ojos cuando lo escuchó pronunciar esas palabras sin entender a qué se refería…
Descubrió que sin darse cuenta él le había despojado de la camiseta y miraba con atención la cadena que colgaba en su cuello… Sam se sonrojo. Su púa… La misma que él le había regalado por su decimoquinto cumpleaños… Siempre la llevaba con ella, nunca se la había quitado, incluso cuando se enfadaba con él, la tomaba entre sus manos y la llevaba a sus labios, pero jamás hubiera sido capaz de arrancársela y tirarla a un rincón…
-Sabía que era importante para ti… Aunque no puedo decir lo mismo de la pulsera, creo que la perdí… - suspiró. El caso es que sabía que la tenía él…
-Tuviste la oportunidad de recuperarla, ¿recuerdas?
-¡Estaba enfadada! – él rió, ella cruzó los brazos sobre el pecho.
-Niña boba… Te la devolveré… Sólo si… - ella hizo un gesto con las manos para que continuara hablando, él le sonrió. Sam entendió a qué se refería…
-¿No te cansas nunca?
-Mmm... No, nunca. – atrapó los labios de ella entre los suyos una vez más, haciendo que ella casi perdiera la consciencia.
Todo parecía ir perfecto cuando Sam empezó a sentir su cuerpo pesado, los párpados cerrarse, la vista nublarse… Y no era precisamente de puro placer…
-¡Sam! – exclamó él mientras la sujetaba para que no cayera al suelo…
La tumbó en la cama y pasó largo tiempo llamándola hasta que empezó a reaccionar. Sam abrió los ojos poco a poco acostumbrándose de nuevo a la luz solar que se filtraba por la ventana de la habitación. Otra vez estos dichosos mareos… ¿Qué había mal en ella? Se estaba alimentando bien, tomaba su medicación… Mmm… Claro, no había descansado lo suficiente… Sería eso…
-¿Estás bien?
Ella giró la cabeza para encontrarse con la mirada preocupada de Tom. Ella asintió con la cabeza sonriendo. Pero no estaba bien, notaba su cuerpo pesado, casi sin fuerzas, su respiración débil y su cuerpo arder… Él la besó en la frente y abrió los ojos de par en par, Sam tenía fiebre…
-Estás ardiendo…
-No es nada… Seguro que fue tu culpa… - sonrió ella intentando tranquilizarlo, había tenido algunas décimas de fiebre pero siempre acababa por pasarse…
-¿Seguro que estás bien? – ella asintió de nuevo, él se recostó a su lado y la atrajo hasta él. - ¿Has pensado en ir al médico? Tal vez si…
-Estoy bien, Tom, en serio… Todo eso son minucias… No me van a decir nada nuevo… Tu cuerpo es débil, cuídalo. Estoy cansada de lo mismo.
-Está bien, si es lo que quieres… Solo me preocupo por ti…
-Lo se pero estoy bien… Solo necesito descansar… - como única respuesta él dejó escapar un bostezo.
Ambos rieron y poco después cerraron los ojos con intención de dormir un poco…

Pero Sam era incapaz de dormir. Todo lo ocurrido aquella noche cobraba vida en su mente, todo era tan perfecto que era imposible que fuera verdad, debía haber alguna trampa, algo que le dijera que era solo un sueño. Sintió la débil respiración de su compañero sobre su pelo y abrió los ojos, fijando la mirada en su rostro… La sonrisa tonta se dibujó en sus labios. ¡Dioses! ¿Cómo él había podido acabar con alguien como ella? Él era demasiado superior a ella, era una estrella y ella solamente un niña sin patria… Negó con la cabeza, ya basta de tonterías como esa, no debía pensar más en ello, él estaba con ella por que quería, ella nunca lo hubiese obligado… Además sus palabras… Sus sinceras palabras aquella noche le habían hecho ver que él nunca había cambiado, que seguía siendo el niño que ella había conocido, quizá un poco más crecido, pero… nada había cambiado en su interior, a pesar de todas las cosas que hacían ver lo contrario… Depositó su mano sobre su rostro y se inclinó para besarlo en los labios. Él sonrió en sueños. Ella rió por lo bajo. Debía dejarlo dormir, el pobre necesitaba descansar. Recogiendo su ropa que se encontraba esparcida por distintas partes de la habitación, se vistió y salió con cuidado de no despertarle. Una sonrisa se curvó en sus labios cuando antes de cerrar la puerta, él la llamó en sueños. Sam caminó por el pasillo dando saltos de alegría y riendo a carcajadas. Sentía el impulso de correr hasta la habitación de Alice y contarle todo pero había algo que debía hacer antes. Algo que la había consumido por dentro cuando aceptó venir a Barcelona. Y sintió que estaba preparada para ello...

8 comentarios:

  1. Estoy tan feliz de que por fin Sam y Tom puedan estar juntos, que ambos ya sepan lo que siente el uno por el otro, que hermoso!!! Gracias Amanda por otro capitulo mas XD.

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  2. ªªªª hOla mii qeriidiiziima amanda
    OtrO qapiitulO tan hermOzO nO
    me qanzO de deciirlO amO tu fic
    me alegrO muxO x lO de sam ii tOm
    azta me iizO griitar de la emOziiOn
    jejeje wuuenO
    amanda me tenwO k iir cuidatt vale
    tkm..........bye ..............
    att: maii

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  3. ay!!!!
    zii es geniial que ellos 2 ya esten juntos!!
    hacen tan bonita pareja!!
    tambien alice y bill aww!!
    kisiera k esta historia se haga verdad!!
    es hermosa!!
    pero io kiero ser alice jajajajajaja
    sisi mis sueños!!!
    todos lokos!!
    xD
    sale amanda!!
    nus vemos!! TQM!!!
    saludos!!
    bye!
    atto: pkniia

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  4. Mi geme hermosa, muy muy pero muy lindo capitulo, me siento felíz por Sam y Tom, por fin sus sentimientos estan claros como el agua. Te felicito amor, me encanto este capitulo, al igual que cada uno de ellos. Te quiero mucho mucho mucho hermanita, segui asi hermosa, un beso enorme, te adora tu geme Dai

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  5. que bienn!! este capitulo me alegro mucho que felicidad...nuevamente gracias amanda por este bonito e increible capitulo, esta emocionante siiii jajaja bueno amanda solo cuidate muchisimoo y hasta la proxima tqkmmm...sigue asi!! (amanda la mejor) =) ""jas""

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  6. aii qe liindO qapiithulo
    qe geniial ez thu nOvela
    nO me qanzO dhe leerla
    feliicidadhez amandha
    tiienes un gran cerebrO
    haha
    en seriiO!
    m vOii
    atte:vanessa ^.^

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  7. Felicidades por la acojida del capitulo 31, seguro que los proximos te superas mas aun.

    Sigue escribiendo como hasta ahora ^^

    Haber si hablamos mas, que estamos muy liados jajaja, es broma. Mucha suerte y buen capitulo.

    †Elfire

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  8. awwwwww que feliz estooyy por Fin!!! estan juantos de nuevo hay que precioso capitulo = que los anteriores hehe ya casi llega el nuevo asi que lo espero con alegria pff apenas lo pude leer de lo que me perdi hehe muchas felicidades linda sigue asi ! xD

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