domingo, 28 de febrero de 2010

RECUERDOS DEL PASADO CAPITULO 31

Bueno, chic@s... No sé que decir… Una semana más, aquí está puntual el capítulo 31… Y no, no es solo un capítulo mas, no… ¡este es el capítulo que estábais esperando! Por eso, no os entretengo más y os dejo leer tranquilos y relajados el esperadísimo capítulo…
Tal vez había llegado el momento de hablar con él seriamente, sin andarse con rodeos, sin tonterías. Solos, él y ella. Con la verdad como único acompañante. Eso haría. Estaba decidido. No se echaría atrás…
Cerca de las tres de la mañana Sam cerró el libro que estaba leyendo. Empezaban a dolerle los ojos de tenerlos tan fijos a las paginas escritas. A pesar de que ya era muy tarde, no tenía sueño. Había dormido mucho aquella misma tarde y ahora no podía dormir. Pero, ¿qué más hacer a las tantas de la madrugada y sin ninguna clase de compañía? De haber estado con Alice seguro que hubiesen estado charlando hasta caer rendidas pero Alice ahora estaba con Bill. Claro que no estarían haciendo nada del otro mundo, ella era virgen y a él siempre le había gustado ir despacio pero eso no significaba que no pudieran dormir juntos, si llegaban a hacerlo… Georg y Gustav no habría llegado todavía, ahora realmente se arrepentía de no haberse ido con ellos, pero tampoco hubiese hecho mucho... Tom estaría dormido… ¿Qué más podía hacer? ¿Llamar a Erik? ¿Para qué? ¿Para que volviera a darle la lata? Pasaba del tema. Así que apagó la luz y trató de dormir. Imposible. La luz de la luna se filtraba por el balcón y la seducía. La suave brisa agitó las cortinas y ella se levantó de la cama. Cual sonámbula, salió al balcón y, apoyándose en la barandilla, alzó la mirada al cielo. Una preciosa luna en cuarto creciente le devolvió la mirada. No pudo evitar sonreír al verla. La brisa era suave y fresca, perfecta para una noche de verano. Escuchó el vaivén de las olas y quedó hechizada en su embrujo… Tenía que salir, tenía que tocar aquel maravilloso paisaje… Cogió una de las mantas de la cama, se la colocó por encima de los hombros y salió fuera de la habitación. Para evitar despertar a nadie con sus pisadas, dejó los zapatos en su habitación. No los necesitaba.
Cuando sus pies tocaron la árida y fría arena de la playa, sintió un escalofrío que recorrió toda su espina dorsal. Cerró los ojos en un acto reflejo y volvió a abrirlos poco después, pasado todo. Caminó en silencio por la solitaria playa, aferrando la pesada manta a su cuerpo. Empezó a perder las luces del paseo de vista. Mejor. Ahora sí estaba aislada del mundo… Sin nadie que la viera, sin nadie que la molestara… Sus pies tocaron las cálidas aguas del Mediterráneo… Por primera vez en su vida, bañaba sus pies en las mismas aguas en las que su madre había disfrutado desde niña… Una lágrima se escapó de sus ojos, recorrió su rostro y murió en sus labios. Ahora podía sentirse más unida que nunca a su madre… La llamó en silencio, consciente de que ella no le respondería… Una suave brisa se agitó removiendo sus cabellos… Sonrió. Una de las señales de sus padres… Se preguntó cuando los vería juntos, aunque comprendía que para ello, ella tendría que morir primero. Y aún tenía muchos asuntos pendientes. Despacio se sentó en la arena y enterró sus pies en ella, dejando que el vaivén de las olas humedeciera la tierra bajo la que se encontraban sus pies. Rió. Parecía una niña pequeña jugando pero no le importó. Poco después alzó la vista hacia el horizonte y se perdió en la oscuridad de la noche…
Poco después sintió a alguien acercándose. Al menos tuvo la sensación de que alguien la había seguido, esa extraña sensación que sientes en tu interior cuando te encuentras sola en medio de la oscuridad… Vacilando, se giró para comprobar si era cierto, preparándose para levantarse y echar a correr…

- Tranquila, soy yo. – Sam vislumbró la silueta de Tom alzando los brazos en señal de paz. Ella se tranquilizó. – Te vi bajar a la playa y me pregunté qué hacías tan tarde por aquí… - Sam enarcó una ceja. ¿Y él qué? – También es verdad… - dijo él, sabiendo lo que quería decir esa mirada. – No podía dormir.
- Yo tampoco. Necesitaba despejarme… Siéntate, no muerdo…
Él sonrió y se sentó a su lado. Ella le cedió parte de la manta que la resguardaba del frío. Durante unos momentos observaron el cálido mar que se extendía a sus pies completamente en silencio. Pero Sam sabía que eso iba a durar poco. Conocía lo suficientemente bien a Tom para saber que cuando empezara a removerse no pasaría mucho hasta que soltara alguna frase. Sonrió. Prefirió ser ella la que rompiera el silencio, y debería haber empezado a entablar la conversación pendiente que se había jurado que tendrían, pero pensó que este no era el momento…

- No creí que Bill se lanzara así… - rompió el incómodo silencio con lo primero que le vino a la mente.
- ¡Yo tampoco! Siempre ha sido un lento…
- Bueno, iba sobre seguro… Lo que estaban haciendo era el tonto…
- También es verdad… O sea, que Alice es ahora…
- Parte de la familia. Y ya está bien. Yo me merecía una hermana… Siempre rodeada de chicos… - bromeó ella. Él rió.
- Se nota que has pasado los últimos años con una chica… Por suerte, perdiste todos tus rasgos masculinos…
- ¿Mis qué? – se sorprendió ella.
- ¡Venga! No disimules ahora. Solo había que verte… ¿Qué chica prefería quedarse en la casa de sus amigos jugando hasta tarde a la play antes que irse de compras?
- ¡Yo! – dijo ella, orgullosa.
- Vale… Pero, ¿y los concursos de eructos? – ella quedó blanca…
- ¡Tom! – se defendió dándole un puñetazo en el hombro. Él rió.
- ¿Ves? ¿Quién tenía razón?
- Te odio. – ella achinó la mirada.
- Eso no te lo crees ni tú.
- No me quites mis méritos…
- ¡Pero si era yo el que ganaba!
- No te lo crees ni tú…
Ambos estallaron en carcajadas. Hacia tiempo que no mantenían estas conversaciones absurdas y ciertamente Sam lo echaba de menos. A veces era mejor que el silencio, así comprobaban que seguían siendo amigos a pesar de todo… Sam sonrió y volvió a fijar la vista en el inmenso mar de aguas oscuras. Tuvo una idea absurda pero quería comprobar algo…
-Comprobémoslo.
- ¿Quieres hacer un concurso ahora? ¿Entre tú y yo?
- Eso no lo hacen las señoritas.
- ¿Y dónde está la señorita? – bromeó él mirando en todas las direcciones como buscando algo… - Idiota… - volvió a fulminarlo con la mirada…
- Niña boba…
Sam se levantó y le hizo una señal para que se levantara él también. Él así lo hizo. Sam lo miró a los ojos, alzando la cabeza, odiaba que él fuera tres veces más alto que ella… Ella se puso seria. Él la imitó.
- Te apuesto 50 euros que soy capaz de aguantar la respiración debajo del agua más tiempo que tú.
- No me interesa el dinero.
- ¿Entonces? – preguntó ella.
- Le dirás a todo el mundo que Tom Kaulitz es el mejor en la cama, de todos con los que has estado. – Sam abrió los ojos de par en par.
- No hablarás en serio, ¿verdad?
- Eso duele.
- Me enseñaron a no decir mentiras… -contraatacó ella.
- Vale, ¿cuál es tu precio? – Sam quedó pensativa…
- Si pierdes, te plantarás en medio del vestíbulo del hotel, y gritarás: Te amo y el primer nombre de mujer que te venga a la cabeza. Si pierdo yo, entonces lo haré yo.
– Tom quedó pensativo. Era una apuesta arriesgada, ya que Sam siempre había sido de los cinco la que más aguantaba bajo el agua sin respirar, pero el deseo de saber cual sería el primer nombre de hombre que se le pasara por la cabeza era tentador…
- Hecho.
Ambos se miraron a los ojos y para formalizar el pacto Sam empezó a hacer lo que siempre hacían para ello. Escupir sobre la palma de la mano. Él la miró y rió, luego hizo lo mismo.
- Las costumbres nunca cambian. – dijo él
- Prometisteis no discriminarme porque fuera chica…
- Nunca lo hicimos.
Sam sonrió y poco después empezó a quitarse la camiseta para no mojársela. Notó como él desviaba la mirada. Ella rió.
- Como si no hubieras visto nunca una chica en sujetador… - ella intentó todo lo posible para no sonrojarse mientras se quitaba los pantalones cortos del pijama.
Él no dijo nada y la observó mientras ella se acercaba a la orilla. Parecía que el agua no estaba fría, al contrario. Cuando estuvo a una distancia razonable, ella se volvió y le gritó:
- ¿A qué esperas, cagueta?
“¿Cagueta, yo? Se va a enterar” Pensó el chico y empezó a quitarse su propia ropa, dejando, como ella, su ropa interior. Corrió hasta donde estaba ella, salpicándola todo lo que podía, a modo de broma. Ella le contestó de la misma manera. Y riendo, empezaron a tirarse agua de modo que ambos quedaron completamente mojados en menos de dos segundos... Sam corría todo lo que podía, mar adentro, preparándose para sumergirse en cualquier momento…
- ¡Te pillé! – exclamó el mientras la agarraba por la cintura. De su boca estuvo a punto de escapar un gemido pero lo contuvo.
- Geez, que seas rápido no significa que me vayas a ganar… -le provocó ella apartándose de él.
- Cuando quieras.
Sam levantó tres dedos. Él asintió con la cabeza. Ambos se prepararon cuando bajó el primer dedo, estuvieron preparados cuando quedó uno y se sumergieron cuando bajó el último. Pasaron varios segundos hasta que Tom volvió a emerger a la superficie. Maldita sea, lo había ganado… Otra vez. Ahora tendría que… Oh, eso era un golpe bajo… Sabía que se le escaparía su nombre aunque pensara en otro…
- Vamos, Sam ya has ganado… Sal de una vez… - nada ocurrió. - ¿Samantha? – el cuerpo de Sam emergió a la superficie, bocabajo, flotando en el agua. Él empezó a asustarse. - ¡Sam! ¡Sam levanta! – abrazó a Sam dándole la vuelta y cogiendo su cabeza para abrirle la boca dispuesto a hacerle devolver el agua que había tragado… Sam abrió los ojos, riéndose como loca. Él la dejó libre. - ¡Te odio! ¿Cómo me haces eso? ¡Estas loca! – Tom se dio la vuelta para largarse… Sam fue en su busca...
- Venga, no te enfades… ¡Tom! – puso voz y carita de niña pequeña… Él se giró de nuevo…
- Esta te la ganas…
Y fue corriendo a por ella, haciéndole ahogadillas, que le resultaba tremendamente fácil porque era demasiado pequeña en comparación con él… Ella atacó poco después, riendo, intentó hacerle lo mismo pero era absurdo. Jamás podría hundirle. Él acabó cediendo y se hundió en uno de sus ataques. Ambos rieron, había sido divertido… Ella lo miró a los ojos, incluso en la oscuridad esa mirada la mataba, la atravesaba, la desnudaba… Estuvo a punto de cruzar sus manos sobre el pecho por si acaso pero sabía que era imposible, estaba sumergida de cuello para abajo… Él fijó sus ojos en la mirada de ella. Sus ojos verdes estaban fijos en los suyos. No recordaba la última vez que se había quedado prendado de esos ojos… Seguramente todas las veces que se atrevía a mirarla… Desvió la mirada a esos preciados labios que tanto deseaba besar. ¿Por qué no lo hacía? Solo estaban ellos, aquí nadie los interrumpiría… Sabía que no debía pero… no faltaba mucho para que el deseo de atraparlos entre los suyos tomara el control sobre su propio cuerpo… Sam sentía el corazón latir a mil por hora y mientras su cuerpo actuaba por ella, acercándose aún más a su amigo, entreabriendo los labios, dispuestos a ser besados… Tom respondió de la misma manera, no podía creerse que esto estuviera ocurriendo, él no debía… ¡A la mierda! Su mano se colocó sobre la cintura de ella, sus labios buscaban los de ella, sus alientos empezaban a confundirse, sus respiraciones se agitaban, sus labios empezaban a rozarse… Hasta que sus bocas se encontraron de nuevo después de tres años en un beso apasionado, sediento, ardiente, que los desgarraba por dentro, haciendo que sus cuerpos empezaran a arder, y buscando desesperadamente poder fundirse en uno solo. Se sentían hambrientos del cuerpo del otro, como si hubieran pasados días y noches enteras sin probar bocado alguno, deseando algo más que un simple beso… Segundos más tarde ella separó sus labios de los de él, se sentía confusa, aturdida, pero lo necesitaba… Más que el aire para respirar… Por eso, sin detenerse a pensar ni un solo segundo lo que estaba haciendo o las consecuencias de sus actos, se abalanzó a sus labios atrapándolos entre los suyos, como un lince cazando a su presa… Podía sentir su cuerpo arder, sus sentidos despertar de su largo letargo, su mente desconectada, sin ningún pensamiento razonable que la hiciera desaprovechar esta oportunidad… Recordó en silencio las palabras de su tía… Oh, Dios… Su tía tenía que ser vidente… ¿Qué importaba? Alejó de su mente cosas como esa… Tenía que estar ahí con todos los sentidos… Un gemido se escapó de lo más profundo de su garganta cuando sintió los labios de él perderse en su cuello… Echó la cabeza hacia atrás y se olvidó de todo, de donde estaba, de la luna, del agua, de ella misma… La cabeza le daba vueltas, como si hubiera ingerido algún tipo de droga, pero no, sabía que no, sabía que su droga era él y que sólo él podría matarla…
El cuerpo de él respondió de forma automática cuando escuchó de sus labios los dulces gemidos escapar de su garganta, cuando la escuchaba susurrar su nombre mil veces, cuando ella lo tocaba, cuando lo besaba… ¿Realmente la deseaba tanto? Como única respuesta un gruñido se escapó de su propia boca cuando sintió los labios de ella en su cuello mientras su mano se deslizaba sobre su torso. Oh, sí, la deseaba tanto que dolía… Pero ella… ¡Basta de peros! Ella estaba actuando de la misma manera salvaje que él, buscando sus labios, anhelando su cuerpo…Con cierta agresividad, la atrajo aún mas hacía él, rompiendo el escaso espacio que los separaba, quería tenerla, no le importaba en absoluto nada más, solo quería sentirse unido a ella de nuevo… Posó sus manos sobre su trasero y de un salto ella enredó sus piernas alrededor de su cintura al tiempo que volvían a entrelazar sus labios. Era magnífico sentir sus bocas abrirse y cerrarse al compás, el suave contacto de sus lenguas unidas, el increíble sabor... Sam sentía su cuerpo arder como jamás lo había hecho, se encontraba dispuesta a hacer cualquier cosa con tal de que él la tomara, ya ni siquiera se sentía ridícula, tal vez eso lo sentiría a la mañana siguiente, pero en un momento como aquel, nada le importaba… Él la tomó con fuerza y sin parar de besarla, empezó a caminar hacia la orilla, quería que ella estuviera cómoda ante todo… Si estaba dispuesta al menos estarían mas cómodos tumbados en la arena… Ambos cayeron sobre la húmeda arena, ansiosos por probar sin límites el cuerpo del otro, buscando un camino juntos hacia el placentero éxtasis. Sam no podía creer todavía que aquello estuviera pasando, pero no le importó nada que esto solo fuera un sueño, porque sería el mejor sueño que jamás pudiera tener. Tom sentía las ligeras convulsiones del cuerpo de ella, que demostraban el placer que ella sentía. Sonrió. Ante todo quería que fuera ella la que realmente disfrutara de este momento. Suavemente se separó de ella y la miró a los ojos, clavando la mirada en aquel par de iluminados ojos verdes… Aquella mirada iba a ser su cruz… Verla allí, con las mejillas encendidas, los ojos abiertos de par en par, con el brillo en la mirada, deseando que él la tomara… Se tumbó a su lado, esto tenía que ser un sueño, no podía ser cierto… Ella… Ella no estaba allí, al día siguiente despertaría y estaría solo en su inmensa cama, tocaría las sábanas y las encontraría heladas pues nadie habría dormido allí con él… Cerró los ojos en un intento de autoconvencerse, pero ella juntó sus cabezas y lo miró a los ojos. Él los abrió para encontrarse con su mirada… Esto no era un sueño, esto era real… ¿Todo está bien? Le preguntó con la mirada, él sonrió y poco después volvió a entrelazar sus labios con los de ella, como única respuesta. Los labios de ella se abrieron de nuevo dejando escapar un nuevo suspiro de placer al sentir los labios de él perderse sobre su acentuado escote. Podía sentir como su cuerpo se encendía cada vez que sus manos y sus labios la rozaban, como si le atravesaran el cuerpo con mil espadas ardiendo, como si estuviera en el mismo infierno… Oh, si, eso tenía que ser… Estaba muerta y este era su cielo… Y él su ángel… Porque no había otra manera para explicar la felicidad que sentía. Tom posó sus manos sobre el cuello de la muchacha, acariciando con sus dedos su delicada piel mientras sus labios descendían en el camino hasta sus labios… Con suavidad deslizó la suave caricia de sus dedos hasta su vientre desnudo hasta alcanzar la cinturilla de su ropa interior… No sabía qué hacer, él lo estaba deseando, pero… ¿y ella? Alzó la mirada para encontrarse con la de ella, la miró dubitativo, ella le sonrió, como respuesta… Sonrió y volvió a besarla en los labios mientras sus manos se aferraban a su cintura, acercándola más a su cuerpo, y rodando sobre la arena la colocó sobre él enredando sus dedos entre su cabello y deslizando sus manos poco después por su espalda, donde sus dedos juguetearon con el cierre de su sujetador, hasta que lo abrieron por completo, liberando sus pechos. Ella aprovechó para deslizar sus labios por el cuello de él, al ritmo que sus manos recorrían aquellos músculos bien formados, que la habían hecho delirar desde la primera vez que los vio, sus labios discurrían detrás de sus manos saboreando cada parte de él, manteniéndose tan próxima a él como le fuera posible… Sus labios encontraron la cinturilla de su ropa interior, abrió los ojos de pan en par, no podía hacer eso… De la boca de él escapó un gemido y su cuerpo ardió a causa de sentir sus labios próximos a aquella zona pero la sintió alejarse, la miró a los ojos. Ella cerró los suyos, no estaba preparada para eso… Cualquier cosa menos eso… Simplemente no podía, lo encontraba repugnante y ponía la imagen de la mujer en un punto de la sociedad mucho más bajo del que ya se encontraba… Era algo que siempre había considerado repulsivo y no pensaba rebajarse por nadie, incluyéndole a él. Sus principios estaban antes que cualquier otra cosa, incluso si eso conllevaba a cortar lo que habían empezado. Ella abrió los ojos de nuevo, solo para encontrarse con la sonrisa burlona de él… No entendió nada y mucho menos cuando atrapó su rostro entre sus manos, la miró a los ojos y le susurró:
- Niña boba… - estaba cansada de que la llamara así, no era una niña y menos era boba, pero estaba bien. Al menos eso significaba que no estaba enfadado por la negación de ella. Él volvió a besarla y más tarde volvió a hablarle en un susurro prácticamente inaudible. – Sólo déjame a mí…
Entrelazó sus labios con los de ella de nuevo en un beso tierno y sincero, tumbándola de nuevo sobre la tibia arena, deslizando sus manos desde la unión de sus bocas hasta el único resto de ropa que le quedaba, pasando por su cuello, su vientre y deteniéndose gran parte del tiempo en sus senos desnudos. Un nuevo suspiro de placer nació en la garganta de ella para morir en sus labios al encontrar el suave tacto de sus dedos perderse en el interior de sus piernas, hurgando en su interior, buscando sus más profundos secretos, brindándoles los placeres ocultos del sexo… Cerró los ojos en un acto reflejo para sentir correr por todas las fibras de su ser el placer que él le brindaba transportándola a una eterna espiral de olores y sabores que creía olvidada. Echó la cabeza hacia atrás cuando sintió sus labios posarse sobre la única zona que nadie más que él había conocido, el centro de su ser, el secreto de su intimidad… Una oleada de placer la invadió cuando sintió los movimientos de su boca en aquella zona tan prohibida, haciéndola estremecer, de pies a cabeza, como nadie jamás lo hubiera conseguido. Arqueó su cuerpo cuando sus expertas manos encontraron la forma de hacerla gritar, Sam creyó morir cuando eso pasó, su cuerpo temblaba, ardía, buscaba el suyo, palpitaba, no le respondía… Olvidó su nombre, no le importaba quién o qué era, solo quería seguir sintiendo todo cuanto él le brindaba… Un grito se escapó de sus labios mientras sus dedos se entrelazaban entre su trenzado pelo. Él levantó la cabeza poco después, secándose los labios con el dorso del brazo, y mirándola a los ojos. Pudo ver en ellos una inmensa excitación, algo a lo que estaba acostumbrado, pero había algo más… Ella no era como las demás, ella lo quería de verdad, lo amaba tal y como era, podía verlo en sus ojos, se estaba abandonando a él, sólo a él, ¿de verdad se merecía esto? Los latidos de su corazón aumentaron su ritmo cuando escuchó de sus labios el diminutivo cariñoso que le había puesto… Su nombre en sus labios era la mejor de las melodías y era a la única persona que le permitía llamarlo Tomi, y sobre todo, Thomas cuando se enfadaba. Sonrió mientras la mano de ella se posaba sobre su mejilla, cerró los ojos disfrutando de la suave caricia. Esto no estaba siendo solo sexo, podía sentirse unido a ella, de forma especial, de alguna forma jamás conocía… Entonces se dio cuenta de cuanto la necesitaba, a su lado, para siempre, hasta el fin de sus días… Ella era un bálsamo para sus heridas, la única que podía devolverle su humanidad, alejándolo del agobio de la fama, la prensa, los flashes, aislándose con ella a un mundo creado especialmente para ellos, un mundo donde no existía nada más, un mundo sólo para ellos… Cerró los ojos antes de besarla de nuevo, sintió sus manos recorrer su espalda, sus dedos enredarse entre sus trenzas, su cuerpo arder, sus ávidos besos que buscaban algo más… La necesitaba, la necesitaba mucho más que el aire para respirar, más que el agua para beber, más que el alimento para sobrevivir, necesitaba sentirse dentro de ella, sentir sus cuerpos unidos como una única persona, para siempre… Separó sus labios de los de ella, tomándola de la mano y dirigiéndola hasta su propio sexo, que ardía por ella, que la necesitaba, que la ansiaba; clavó su mirada en los ojos verdes de la joven, ella le devolvió la mirada cuando tuvo entre sus manos su palpitante miembro, ligeramente asustada… Él le sonrió, no debía preocuparse por nada, jamás le haría daño; y entonces susurró:
- Sólo… déjame… unirme a ti… Sé que no te merezco, sé que nada de esto volverá a suceder, pero… Te necesito… ¡Oh, Dios! Si solo pudiera expresar con palabras todo lo que significas para mí… No quiero retenerte, Sam, eres libre de aceptarme o no… Pero, ¡oh, Dios! Eres tan hermosa… - ella posó su mano sobre su mejilla y le sonrió.
- Idiota… ¿Crees que puede haber alguien más para mí? ¿Qué todo esto es como una forma de pasar el rato? Ya no sé como decírtelo… Pero te amo, te amo más que a nada en este mundo, eres, has sido y siempre serás el único para mí. En mi vida y en mi corazón. Y por eso hoy me entrego a ti, en cuerpo y en alma. No sé si para siempre, no quiero saber qué ocurrirá mañana, ahora solo me importas tú, todo esto que estoy sintiendo y lo que está sucediendo en estos momentos…
- Sam… - de sus labios solo pudo surgir su nombre a pesar de la cantidad de cosas que se moría por decir.
Su corazón latía de forma descontrolada, su cuerpo respondía, la sangre fluía por sus venas a una velocidad vertiginosa… Ella le sonrió como única respuesta, besándolo en los labios, modificando su postura para permitirle un mayor acceso. Minutos más tarde él se dirigió poco a poco hacia el cálido interior de ella, donde ella lo acogió sin barreras, con todo el amor del mundo… Ella gritó, gritó sin miedo, estaba realmente extasiada, sentía sus movimientos en su interior, la forma en que buscaba enloquecerla, sus manos recorriéndola entera, su lengua peleando con la suya en una batalla sin fin, buscando el camino al éxtasis, al placer supremo, al mismísimo cielo… Él aceleraba su ritmo con forme pasaba el tiempo, haciendo más intenso el momento, sus cuerpos ardían, se buscaban con desesperación, indagando la manera de formar parte del otro, uniendo sus cuerpos, sus sueños, sus deseos, sus vidas… Se sentían como caminantes en un desierto después de días sin comer ni beber, ni el agua que bañaba sus cuerpos era suficiente, sólo podían saciarse en los labios del otro, como si el otro fuera su única salvación, el que sostenía entre sus manos la decisión de vivir o morir… En aquellos momentos, nada era más importante que ellos, sentir sus cuerpos unidos, ardiendo, palpitando por el otro, ansiando la libertad deseada que solo podía ser alcanzada en los brazos del otro… El suave movimiento acompasado de sus cuerpos, sus respiraciones entrecortadas, sus suspiros de placer exhalados al unísono… Todo parecía perfecto, una magnífica sintonía que nadie podía calmar… Una oleada de placer invadió el cuerpo de ella, una sensación electrizante y apaciguadora que la recorría por dentro, que la calmaba y la atormentaba al mismo tiempo… De su boca salió un nuevo grito y sus uñas se clavaron en la piel de la espalda de él, sin darse cuenta… Él gruñó pero no se quejó, dirigió su mano hacia la suya, acariciando la suave piel de su brazo, conduciendo sus manos entrelazadas hacia la arena mientras sus labios volvían a quedarse sellados en un dulce beso. Sin disminuir su ritmo, él la miró a los ojos, perdiéndose por completo en aquel bosque natural de reflejos verdes, sintiendo en su interior una profunda paz, tenía que decirlo, no podía callarse, si lo hacía podía perderla para siempre…
- Ich liebe dich…-susurró
Sam abrió los ojos de par en par cuando escuchó de sus labios aquellas palabras susurradas. Él la miraba a los ojos, sin vacilar, sin titubear… ¿Era esto tan solo un sueño? Sintió sus ojos humedecerse de la emoción, no podía llorar, no debía llorar, tenía que… Dejó de pensar. Posó su mano sobre la mejilla cálida de él, y susurrándole un tímido: “Yo también a ti” lo besó en los labios al mismo tiempo que sus cuerpos encontraban el ansiado éxtasis, al mismo tiempo, totalmente sincronizados… Ambos sonrieron clavando sus ojos en la mirada del otro, sumergidos en la oscuridad absoluta dónde nadie podía verlos, iniciaron de nuevo aquel juego de amor y desenfreno que solo ellos podían entender…
Bueno, si habéis llegado hasta aquí sin decir que soy una pervertida o como diría mi amiga Angie, bastante sucia… Significa que os gustó el capítulo. De veras siento si en algún momento fui demasiado explícita pero en general a mi me gustó mucho escribirlo. (Y creo que me paso como la otra vez con el sueño de Sam, que me imagine que era yo y no ella la que estaba con Tom… En fin, soñar es gratis… (Suspiro)) Espero no haberos hecho pasar un mal trago… Sobre todo a las más peques… Pke, por favor no me odies por esto! Por fin están juntos! Sííí! Y a ustedes? Qué tal les pareció el capítulo? Por favor, no duden en comentar. No sabéis la alegría que me brindáis con cada palabra que me dedicáis… Un gran, gran abrazo para tod@s y nooo Este tampoco es un final aún quedan unos cuantos cabos sueltos que maniobrar… Un beso enorme y cuídense mucho. ;) Amanda.

6 comentarios:

  1. Dios mio, Dios mio Dios mio, Amanda que capitulo!!! WOW!!! Enserio que me pongo de pie y te aplaudo, aun el corazón me palpita a mil por hora, mi piel sigue chinita, dios es genial este capitulo, lo ame!!!!! me encanto, no non o, sigo emocionadisima con este capitulo, un dia me mataras Amanda, de verdad felicidades!!! ya no se que decirte, un mil para este capitulo, no no no, wow, wow y mas wow!!!! tienes una manera de escribir tan linda, describes todo de una manera pura, limpia y tan romántica, lo ame!!! y si yo tambien me imagine todooo, Dios!!!! puff, que decirte jajajajaja sigo emocionada con este capitulo, mil gracias amanda por hacernos sentir tantas cosas con todos y cada uno de los capitulos, lo ame lo ame lo ame. Te vuelvo a decir que soy tu fan!!!!!!! FELICIDADES!!! Hay Dios!!!! jajajaja.

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  2. Aii mi geme, aii mi geme, Dios, no puedo hablar,me quede sin palabras, como ansiaba leer este capitulo, te juro que me mori. Estoy mas que emocionada, me va a explotar el corazon. Yo me iclino ante vos mi gemela hermosa, y voy a robarme un premio para dartelo, esto es increible. Tu inmenso talento cada vez me sorprende mas y cada vez mas, me deja sin palabras, y es una adiccion para mi. Te juro que sos la persona con mas talento que he conocido, y estoy muchisimo mas que orgullosa de vos. Felicitarte es muy poco para vos mi vida, esto es mas que perfecto, es absolutamente perfecto y hermoso, cada palabra puesta, todo, es maravilloso. Ya nose que decirte, te juro, estoy como en shock, no caigo, necesito un golpe o algo que me despierte. Creo que queda mas que claro que ame este capitulo, como amo cada cosa que escribis. Te re re re felicito de nuevo mi geme, te quiero mucho mucho mucho, un beso enorme, tu geme que te adora, Dai

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  3. Menudo capitulo...

    Sin palabras me dejaste O.O

    Felicidades por otro capitulo excelente.
    Ya va quedando cada vez menos para el final, estoy deseando leer el siguiente.

    Mucha suerteeee

    Bss †Elfire

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  4. ahahhaha estoO es tan genial!!
    t juroO q noO m pierdoO ningunoO d tus capituloOs.....cada lunes loOs buscoO coOn ansias!!
    ahahah

    para nada nna!!!
    adoOre este capituloO !!!

    es taaann roOmanticoO !!!
    aahahhaa POor FAVOooOoOoR !!! iioOo m imaginoO coOsas peoOres (oOps...esperoO q nadie alla leeidoO esoO,mas q tu....) hahahah

    sigue asi poOrfa!!!
    es tan perfectOo este FANFIC!!!
    danke schön!!!!

    t cuidas

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  5. oh vayaa amanda este capitulo si que fue uffff... no se ni como decirlo jajaja pero estuvo buenoo, excelente, extraordinario jajaja sin comparaciones, te admiro por todo los capitulos que has escrito hasta ahora pero este si que fue la mejor jajaja gracias por compartir un capitulo mas, me encanta lo que escribes no lo dejare de decir jaja =)ay amanda solo decirte danke nuevamente y felicidades. Te quiero mucho y espero hablar contigo, cuidate mucho mas que yo y sigue asi impresionandome a mi y a todos jajaja tkm, bye. *************jas***********

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  6. osea amiga escritora y compañera de risas y alegrias...claro qe no ers sucia al contrario es lo mas normal del mundo, amarse no tiene por qe ser prohibido recuerda qe todo ser humano algun dia lo hara y si lo hago espero qe sea con bill (suspiro) pero en fin es lo mas normal y siempre recuerda qe los mejores escritores son los mejores por siempre detallar sus hazañas y es lo mejor =) te adoro nena un mega beso guapa! hasta españa y un calido abrazo felicitaciones!!! por este capitulo. atte: angie =)

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