lunes, 21 de septiembre de 2009

RECUERDOS DEL PASADO CAPITULO 8


Aquí otro capítulo más de Recuerdos del Pasado. Este es bastante largo pero creo que les gustara. O no… ¡Dejen sus comentarios! Jajaja… Muchas gracias por todos sus comentarios, así si que da gusto escribir, así que esto va por ustedes, ya lo saben. Y por último felicitar a al staff del blog por ese añito que cumplieron y darles las gracias nuevamente por dejarme formar parte de su pequeño grupo. Ahora sí, les dejo con el capítulo. ¡Disfrútenlo!

Algo resbaló por su mano. El frío tacto del acero le respondió. Miró. Una pulsera. Era de Sam. Se le habría caído al cogerla de la muñeca. Aguarda. Conocía esa pulsera. Él mismo se la había regalado. La recordaba a la perfección. Aún la llevaba, después de tres años… Aún les quería, los extrañaba, sabía que los había echado de menos. Algo en el hecho de que aún llevara la pulsera demostraba que no los había olvidado, que no le había olvidado… Sonrió. No todo estaba perdido.

Sam abandonó el hotel tan rápido como pudo. El coche patrulla de la policía aún estaba dando vueltas por la manzana y cuando la vieron abandonaron la búsqueda. Su amiga era una paranoica. Si había sido ella. Corrió hasta su casa. Necesitaba hablar con alguien y su tía no era la más indicada, la única que conocía su secreto aparte de su querida tía era su amiga.

Llamó al timbre en cuanto llegó. Eso sí, evitando a toda costa cruzar las calles sin mirar, solo por si acaso. Alice la recibió con un abrazo. Ella la abrazó aún más fuerte. No sabía cómo decirle que acababa de chafar la única esperanza de conocer a Bill.


-Vi cómo la furgoneta se acercaba a ti y tuve miedo de que te atropellara… No vuelvas a hacer eso jamás…
-Créeme, he aprendido la lección. ¿Llamaste a la policía?
-No, supe que eran tus amigos así que no llamé. ¿Por qué?
-Alguien si lo hizo.


Su amiga rió y ella también lo hizo, tenía que relajarse. Y eso solo podía conseguirse de dos formas: con su skate o tocando un rato la guitarra. Se decantó por la primera opción. Miró a su amiga y le dijo que la esperara. Volvería en diez minutos y entonces ya podría ir a comprar las entradas. A pesar de todo lo que había pasado, ella seguía queriendo verlos en directo, siempre y cuando ellos no se dieran cuenta de su presencia. Después de la violencia con la que se habían dirigido los unos a los otros en su primer encuentro, con suerte, ellos se olvidarían de ella y no querrían volver a verla.

“¡No regreses!” Las palabras frías de su mejor amigo atacaron desde su mente mientras corría hacia casa. “Yo no quería hacerte daño, Bill, jamás… Antes muerta que dañarte… Pero tienes que entenderme… Siempre fui un estorbo para vosotros… Siempre fui una niña débil e indefensa que necesitaba protección… Y me la distéis… Pero ahora nada es igual… Vosotros tenéis una vida que vivir, seguid con vuestro sueño… No interferiré en eso… No soy débil… No quiero ser débil… No seré más un estorbo…” Las palabras pasaron por su mente atacándola aún más… Siempre había sido una niña asustada, pero no ahora, no los necesitaba y ellos aún menos a ella. Se las habían apañado muy bien sin ella, así que no les hacía falta.


Llegó a su casa y abrió la puerta de la calle de golpe intentando que se desvanecieran de su mente los sucesos que la atormentaban. “Lo siento, Bill, lo siento tanto…” La disculpa pasó rodando por su cabeza, pero no era suficiente. Era una excusa bastante pobre.

Tras coger el skate de debajo de su cama, echó un vistazo a la casa por si había vuelto su tía pero no la encontró. Mejor, así no le preguntaría por las lágrimas que recorrían su rostro, y por sus ojos hinchados. Salió a la calle y volvió a junto su amiga. Esta ya la esperaba con su skate. Sonrió. Alice siempre sabía lo que le hacía falta a su amiga. Se conocían demasiado bien a pesar del poco tiempo que habían estado juntas. En cierto modo Alice era para Sam como una versión femenina de Bill pero un poco más adelantado, pues Alice ya practicaba el Skate cuando Sam llegó, y Bill jamás había podido dominar el arte de la tabla de cuatro ruedas. Aún lo tenía en “Asuntos Pendientes”. Pensó que si las cosas no estuvieran cómo estaban ahora, y les hubiera presentado como Dios manda, tal vez hubieran acabado juntos. Se parecían demasiado pero a la vez eran tan diferentes…


Las dos amigas se miraron, preparándose para echar a correr hasta el parque del centro comercial donde estaba la tienda en la que vendían las entradas. Siempre habían tenido mucho pique para ver quien era la más rápida. Al principio, cuando se conocieron, siempre ganaba Alice pues ya sabía por las calles que tenía que ir pero gracias a que Sam tenía un gran sentido de la orientación poco a poco le fue ganando terreno. Ahora el ganador variaba. Unas veces era Sam, otras Alice, y otras, llegaban las dos al mismo tiempo. Esta fue una de esas veces. Rieron. Se lo pasaban como niñas con esas carreras.


Entraron a la tienda y cuando consiguieron las entradas después de más de una hora de espera y estaban tendiéndole el dinero al dependiente, apareció a sus espaldas la tía que más odiaba todo el mundo en el instituto y que se creía popular porque su padre tenía pasta y salía con el que era el más guapo del insti. Alice y Sam habían oído en los servicios que su novio había roto con ella la semana anterior. Pero ella decía que había sido ella. Total, daba igual quién había roto con quien, todos sabían que volverían juntos tarde o temprano. Él era el típico niño rico que derrocha dinero sin importar en qué y ella la típica modelo de pasarela que hacía que las chicas normales se acomplejaran en seguida. Suena a película de adolescentes americana, pero en la vida real también existen personas capaces de eso.


La niña se acercó a las amigas. Genial. Otro intento de humillación. Las chicas pasaron de ella y de sus secuaces y cogieron sus entradas para apartarse de la cola que ya era inmensa. Pero claro, la niña vivía por joder a los demás. Muy interesante eso de joder, enfrente tenían una de las putas más profesionales.


-Míralas ellas, ¿consiguiendo entradas para el concierto de Tokio Hotel, pequeñas? ¡Que conmovedor! Lástima que vosotras sólo lleguéis a eso… Y mientras vosotras estéis haciendo cola como fracasadas, nosotras estaremos en su camerino… ¿Haciendo qué? Eso no os lo puedo decir, aún sois demasiado pequeñas…
-Vámonos, Alice… - le dijo Sam a su amiga cogiéndola del brazo y apartándola de la idiota esa. Conocía demasiado bien a su amiga para saber lo que sería capaz de hacer si le tocaban mucho…
-Si, mejor… - Alice dirigió su mirada hacia Jessica con odio. No porque lo que había dicho probablemente iba a ser cierto, sino porque la odiaba de verdad. Jessica representaba todo lo que una mujer no debería ser.


Se alejaron de allí escuchando aún la risa tonta de la pija y sus acompañantes femeninas. Era una harpía. La odiaban con todo su ser.

Cuando se alejaron de la tienda Sam sentó a Alice en un banco y la miró a los ojos.

-No puedes dejar que te intimide, Alice…
-Pero…
-Bill no hará eso. Ni la tocará. – lo sabía. Bill jamás haría algo así ni aunque se le ofreciera de la forma en que Jessica pensaba hacerlo. – Confía en mí. Conozco a Bill y no lo hará. Además, ¿recuerdas que ellos quieren estar solos antes de un concierto? Eso es cierto. No la dejarán entrar antes… Y si después la dejan entrar, ten por seguro que Bill no lo hará.
-Pero Tom sí…
-Probablemente…
-¿Y te da igual?
-Alice, eso fue hace mucho tiempo…
-¡Pero tú le quieres! ¡Lo sé! ¡No me engañas!


Sam se quedó callada. Era cierto, no podía mentir a su amiga y Alice tenía razón. Por mucho que le doliese, ella aún seguía pensando en él, y le seguía queriendo cómo si nada hubiera pasado, cómo si nunca se hubieran separado… Pero sí había sucedido, se habían distanciado, él había estado con muchas otras, y había cambiado… Aunque le quería ya nada sería igual entre ellos. Además, ella seguía siendo la mojigata que siempre había sido. No había habido otro chico en su vida y menos en su cama, prácticamente seguiría siendo virgen si no contamos la única noche que había vivido con él y de eso hacía ya mucho tiempo. Jamás ella podría darle lo que necesitaba. Abrió los ojos de par en par, sí seguía siendo una niña a pesar de que se obligara a pensar lo contario. A decir verdad, nunca se había planteado la idea de ganar experiencia en ese terreno… No era un tema que realmente le interesara pero era joven y, quisiera ella aceptarlo o no, sus hormonas lo pedían a gritos.


Agitó la cabeza para apartar esa idea de la cabeza. No era momento de pensar en eso. Él podía hacer con su vida lo que quisiera y ella ya haría la suya. Miró de nuevo a su amiga, que la miraba con cara de preguntar “¿Qué haces?” Ella rió. Menos mal que su amiga no podía leer sus pensamientos, si no estaría perdida. Alice era de las que pensaban que el sexo no tenía nada que ver con el amor. Y aunque parezca mentira, seguía siendo virgen. Al menos, eso decía. Decía que ninguno de los que conocía daría la talla. Pero Sam sabía que sólo estaba esperando a la persona indicada. En el fondo, las dos eran unas clásicas.


Como ya habían comprado las entradas y no tenían nada que hacer, las chicas se dirigieron a su tienda favorita de ropa. No les quedaba mucho dinero, pero como conocían ya demasiado al dueño si les gustaba algo se lo guardaría para que pudiera volver a comprarlo otro día. Aún no había cogido la bastante confianza para darles las prendas sin que pagaran antes, pero estaba ya al caer. Normalmente era la única tienda del centro comercial que visitaban, pero estaban demasiado aburridas, y en caso de Sam también deprimida pues fueron arrasando todo lo que encontraron a su paso.


Habían decidido ir esa misma noche a su Pub de rock favorito. Escuchar buena música, tomar algo, charlar con la gente que conocían con la que compartían el mismo gusto para la música, cantar algo con la banda y bailar un poco las ayudaría a olvidarse de todo por unos momentos. Sonrieron ante la perspectiva.


Sobre las ocho y media de la tarde llegaron a casa de Alice. Dejaron las bolsas con la ropa a buen precio que habían encontrado sobre la cama y ellas se tiraron encima. Rieron. Hacía tiempo que no hacían cosas como esa. No solían ir mucho de compras.


La madre de Alice, una sonriente señora de pelo oscuro y ojos azules, entró a la habitación para preguntarle a Sam si se quedaría a cenar.

- No quiero ser una molestia…
- Para nada, no es ninguna molestia.
- Si, mamá. Sam se queda. – Sam miró a su amiga con mirada maliciosa al tiempo que su madre salía de la habitación para volver a dejarlas solas. – Vamos, Sam. Así te ayudo con la ropa, que siempre vas hecha un adefesio…

Sam no contestó porque sabía que su amiga tenía razón. En su armario no era que abundara la ropa sexy y femenina que cualquier chica de su edad llevaría. Ni faldas cortas, ni escotazos, ni siquiera un par de tacones para recompensar su pequeña estatura. Solo pantalones anchos en su mayoría negros y vaqueros, camisetas normales, alguna que otra con un poco de escote pero no tanto, y chaquetas de deporte… Y su perdición, las deportivas, tenía Vans y Converse de todo tipo y de todos los colores que combinaba bien con su ropa… Pero… No era lo que una chica llevaría normalmente. En cambio su amiga podía ser un autentico camaleón, un día le daba por ponerse una falda que al otro era gótica, o punk, o skater, o Lolita… En su armario había de todo, pero ella siempre le daba un toque personal que la hacía única.


Las chicas cenaron con los padres de Alice y sus hermanas pequeñas, se llevaban todos bien, parecían una familia muy unida. Y ya tenían a Sam como si fuera parte de ella. Esto hizo que en la mente de Sam se recrearan todas aquellas veces en las que los gemelos habían organizado cenas con los cinco amigos sin consultárselo a su madre. Simone se ponía como loca cada vez que lo hacían, pero como los quería como si fueran sus hijos siempre terminaba por aceptarlo y haciendo la cena para cinco niños hambrientos.


Después de cenar las chicas volvieron a entrar al cuarto de Alice para vestirse. La amiga de Sam eligió para ella unos pantalones pitillo blancos que estilizaban su figura con una camiseta palabra de honor negra. El pelo rizado le caía por la espalda en cascada. Le gustaba llevarlo suelto. Tenía un rizo bonito para ello. Luego miró a Sam sonriendo maliciosamente. Sam supo por ello que ya llevaba rato pensando lo que le iba a poner a su muñeca favorita. Y cuando sacó de su armario unos shorts negros extremadamente cortos Sam alucinó en colores.

-No. – fue lo único que dijo.
-Si. – atacó su amiga
-No.
-Si.


No se sabe el tiempo que se pasaron discutiendo acerca de eso, solo que Alice, como siempre, se salió con la suya. Sam se puso lo que su amiga le tendía. Los shorts no le iban tan mal pero se sentía incómoda. Alice eligió también una camiseta de tirantes finos de color negra con algunos pequeños dibujitos de estrellas de color rojo por la zona del escote. Sacó también del armario un par de botines negros con gran tacón, pero como llevaba plataforma, le daban más seguridad a Sam. Para acabar el modelito Alice le ató un cinturón finito a las caderas, por encima de la camiseta, de color rojo. ¿El pelo? Liso y suelto. Como siempre. Alice también quería un cinturón así que se lo puso plateado a juego con los zapatos de tacón.


Cuando el padre de Alice las vio salir se quedó anonadado. No era normal ver a su hija y a la amiga de su hija así vestidas. Pero no dijo nada. Confiaba en su hija. La había educado bien y si salía con chicos, sabía que su hija escogería bien. Sonrió y volvió la vista al periódico que estaba leyendo. Alice no se había dado cuenta del gesto que había hecho su padre pues estaba ocupada discutiendo con su madre acerca de la hora de llegada pero Sam si se había dado cuenta y extrañó a su propio padre. Él había sido igual con ella. Aunque había ignorado los maltratos que su hija recibía por parte de su madrastra siempre había sido atento con ella y siempre le preguntaba por sus cosas, quería mucho a ese hombre, era su padre y siempre se había preocupado por ella. A falta de una figura materna, cuando Sam nació él había sido el que la había alimentado, el que la había vestido y el que se había preocupado por ella. Su padre sabía que odiaba a su madrastra. Por eso siempre había seguido con sus labores de madre y padre para ella. Como lo echaba de menos…


Alice acordó la hora de llegada a casa con su madre y ambas se despidieron de la familia. Sin su skate llegaron al edificio al menos media hora más tarde de lo habitual. Como no habían quedado con nadie no les importó en absoluto.

Tan solo entrar, empezaron a lloverles los piropos. Sabían que era de broma pues conocían a todos los que se encontraban en el bar en ese momento y siempre lo hacían cuando ellas entraban. Se acercaron a la barra a saludar a los que estaban allí y al camarero al que pidieron un refresco. Iban a dirigirse hacia su mesa apartada cuando el camarero, Nicolás, Nick para los amigos, les dijo:

-Está ocupada.
-Nick… - empezó a reprocharle Alice.
-Esos tipos no son de por aquí. No los he visto en mi vida. Entraron, se sentaron allí, pidieron y ahí están. Creo que son extranjeros. Nos hablaron en inglés.
-¿Y tú los entendiste…?- se rió Sam. Nick había abandonado los estudios apenas cumplió los 16 años y nunca había sido un alumno especialmente aventajado.
-Nada de nada. Pero para eso tenemos a Vicky, que es tan experta en idiomas. Hay algo raro en esos tíos. Vicky volvió roja, roja…

Alice miró a Sam.

-¿Crees qué…? – preguntó a su amiga
-Espero que no. –contestó la otra.

4 comentarios:

  1. Muy bueno el capitulo, Sigue trabajando asi de duro.

    Te felizito por otra continuacion wapisima!

    Saludos Elfire.

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  2. HELLO SAM!!!!!!!!!!!!!!! SOY YO, ES DECIR, YO, O SEA, YO OTRA VEZ..... BNO FUERA DE BROMAS TU TAN SERIA COMO SIEMPRE K NO K NO K ES BROMA BNO YA EN SERIO K KERIA DECCIRTE K CADA VEZ ME GUSTA MAS TU HISTORY Y K EL PACTO DE ENGLISH SIGUE EN PIE.................................................... Y K TE KRO MUXO.. Y K NO TENGO MUXASCSAS K DECIR XK TE LO DIGO A LA CARA TOAS LAS MAÑANAS Y K............ K TU ERMANA M RAYA..... Y BUENO A VER CNDO PONES EL GRAN MOMENTO Y DEJO ESTOYA XK SIGO MAÑANA DANDOTE LA VARA...COMO TOS LOS DIAS......

    KÜSSES

    KISSES...........Y BESSOSSSSSSSSSSSS

    DE LA XICA MAS WAPA Y DIVA DEL WORLD O SEA YOOOOOOOOOOO


    ALICE.......!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

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  3. Felicidades de nuevo, cada capitulo es mejor!!

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  4. ayy Tiia Mee Encantaa ^^ Se saLeeen Todos loss Capiis es super adictiivaaH yy en casi todos llorO ahahh esMuy emotiivo, me encantaria haber sidO novia De Tom , bueno mas qe eso , haber sido amiga de ellos como Lo era Sam, bueno como Lo ess :D
    se saLee de verdd!
    BesOs Guapaa :)
    aGuuszz Raimbowland

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