
Hola a todos de nuevo… Espero que les esté gustando el fic tanto como a mi me gusta escribirlo. Gracias por todos sus comentarios, y no se preocupen a este fic aun le quedan muuuchos capítulos más… Cuídense y comenten. ¡Besos!
Una enorme furgoneta negra se precipitaba sobre ella y no sabía qué hacer. Quedó completamente helada ante la perspectiva de que aquel vehículo se llevara su vida por delante. El conductor le dio al claxon, y ella quiso moverse pero sus piernas no les respondían, estaba al borde de la muerte…
No la rozó sin embargo. El conductor pisó el freno antes y dio un frenazo que se escuchó en varios kilómetros a la redonda. Estaba ilesa, estaba viva… Sintió su respiración. El aire entraba pos sus pulmones y salía por su boca… Respiraba… Estaba viva…
El móvil volvió a sonar pero no lo escuchaba, estaba más atenta a comprobar que no le había pasado nada. Estaba asustada, y solo dos nombres corrían por su mente… Los únicos nombres de las personas que siempre habían estado con ella cuando se sentía tan asustada como ahora… Pero ellos estaban muy lejos…
Un hombre salió de la furgoneta al mismo tiempo que ella caía de rodillas en el asfalto, perdiendo el control sobre su propio cuerpo. El hombre vestido de negro se acercó a ella y le preguntó en inglés.
-¿Estás bien? ¿Te ha pasado algo? ¿Te llevamos al hospital?
Un hombre salió de la furgoneta al mismo tiempo que ella caía de rodillas en el asfalto, perdiendo el control sobre su propio cuerpo. El hombre vestido de negro se acercó a ella y le preguntó en inglés.
-¿Estás bien? ¿Te ha pasado algo? ¿Te llevamos al hospital?
Sam cerró los ojos. Tenía la cabeza gacha y él no podía verle el rostro pero ella si había podido reconocer la voz del hombre. David… David Jost… El manager de Tokio Hotel. El hombre que había lanzado a sus amigos al estrellato… Evitó mirarle, pero él cogió su rostro en sus manos y la obligó así a levantar la cabeza. Al principio le costó reconocerla, había cambiado tanto que no era fácil. Ya no era la niña que él había conocido…
-¿Sam? ¿Samantha?
-Se equivoca…-mintió ella, quería irse de allí…
-No, no me equivoco… Tú eres nuestra Sam… ¡Chicos! –les llamó.
-No, por favor…
Pero ya era tarde. Bill fue el primero en salir. Y corrió hasta donde estaban los dos arrodillados. Y así uno tras otro. El siguiente fue Georg, luego Gustav y por último Tom que se quedó parado un rato mirando la escena y a su amiga. Aún no se creía que su amiga estuviera allí. La escena podía ser hasta conmovedora si no estuvieran interrumpiendo el tráfico... Y que casi ahogaban a Sam…
-Se equivoca…-mintió ella, quería irse de allí…
-No, no me equivoco… Tú eres nuestra Sam… ¡Chicos! –les llamó.
-No, por favor…
Pero ya era tarde. Bill fue el primero en salir. Y corrió hasta donde estaban los dos arrodillados. Y así uno tras otro. El siguiente fue Georg, luego Gustav y por último Tom que se quedó parado un rato mirando la escena y a su amiga. Aún no se creía que su amiga estuviera allí. La escena podía ser hasta conmovedora si no estuvieran interrumpiendo el tráfico... Y que casi ahogaban a Sam…
-Chicos, no puedo… respirar…
-¡Oh! Perdona… La emoción…
-Si, claro…
-¡Oh! Perdona… La emoción…
-Si, claro…
Entonces los chicos se miraron unos a otros. Sonrieron. Cogieron a Sam de modo que no pudiera escapar y la metieron de cabeza a la furgoneta. Nunca más se escaparía.
-No, chicos, en serio, dejadme, he quedado con…
-¿Con tu novio?- preguntó Georg, dándose golpes en las palmas.
-No tengo novio ¬¬… ¡No, en serio, chicos! He quedado con una amiga… Me está esperando en su casa… Y llego media hora tarde… Dejadme, por favor…
-Demasiado tarde…- dijo David y era cierto. La furgoneta ya se alejaba del lugar del crimen.
-¿Me habéis secuestrado?
-Mmm...… - Tom quedó pensativo - ¡Si! – exclamaron los cuatro.
- Sois insufribles… - dijo ella cruzándose de brazos y mirando por la ventana, descubrió a Alice en el balcón de su casa con la boca abierta. Escribió S.O.S. en el cristal con la esperanza de que ella lo viera pero por desgracia las ventanas tenían cristales tintados. Sopló.
-Sam, después de tres años sin vernos, sin saber nada de ti, ¿no nos vas a dejar verte aunque sea una hora? – alegó Bill totalmente a su favor. – No vas a hacerme esto, Samantha, a mi no. ¿Qué ha sido de todo lo que nos unía?
-Vamos, Bill, éramos críos… Ahora sois seres importantes del mundo de la música y yo solo soy un recuerdo. No os hago falta. Vosotros tenéis una vida y yo tengo otra. Tuvimos una bonita amistad, vale, pero éramos niños, Bill, y ya no queda mucho de eso…
-¿Y de quién fue la culpa? ¡Ni una llamada, ni un mail, ni siquiera una perdida! ¿Cómo quieres que me tome eso, Samantha? Sabemos que tuviste que abandonar Alemania pero existen hoy en día medios para estar en contacto, ¿o sigues en el siglo XVIII? Ninguno de nosotros hemos cambiado el número de teléfono en estos tres últimos años, pensando que tal vez Sam llamaría para saludar… Pero no, Sam, la parte idiota de Sam siempre pensando que ahora que somos famosos nos importaría muy poco nuestra mejor amiga de la infancia. Me has defraudado, Sam… O como quiera que te llames ahora, porque tú no eres la niña que yo conocí, la que siempre sonreía cuando venía a mi casa y mi madre le acariciaba el pelo… Por cierto, mi madre te echa de menos, seas quien seas…
-No, chicos, en serio, dejadme, he quedado con…
-¿Con tu novio?- preguntó Georg, dándose golpes en las palmas.
-No tengo novio ¬¬… ¡No, en serio, chicos! He quedado con una amiga… Me está esperando en su casa… Y llego media hora tarde… Dejadme, por favor…
-Demasiado tarde…- dijo David y era cierto. La furgoneta ya se alejaba del lugar del crimen.
-¿Me habéis secuestrado?
-Mmm...… - Tom quedó pensativo - ¡Si! – exclamaron los cuatro.
- Sois insufribles… - dijo ella cruzándose de brazos y mirando por la ventana, descubrió a Alice en el balcón de su casa con la boca abierta. Escribió S.O.S. en el cristal con la esperanza de que ella lo viera pero por desgracia las ventanas tenían cristales tintados. Sopló.
-Sam, después de tres años sin vernos, sin saber nada de ti, ¿no nos vas a dejar verte aunque sea una hora? – alegó Bill totalmente a su favor. – No vas a hacerme esto, Samantha, a mi no. ¿Qué ha sido de todo lo que nos unía?
-Vamos, Bill, éramos críos… Ahora sois seres importantes del mundo de la música y yo solo soy un recuerdo. No os hago falta. Vosotros tenéis una vida y yo tengo otra. Tuvimos una bonita amistad, vale, pero éramos niños, Bill, y ya no queda mucho de eso…
-¿Y de quién fue la culpa? ¡Ni una llamada, ni un mail, ni siquiera una perdida! ¿Cómo quieres que me tome eso, Samantha? Sabemos que tuviste que abandonar Alemania pero existen hoy en día medios para estar en contacto, ¿o sigues en el siglo XVIII? Ninguno de nosotros hemos cambiado el número de teléfono en estos tres últimos años, pensando que tal vez Sam llamaría para saludar… Pero no, Sam, la parte idiota de Sam siempre pensando que ahora que somos famosos nos importaría muy poco nuestra mejor amiga de la infancia. Me has defraudado, Sam… O como quiera que te llames ahora, porque tú no eres la niña que yo conocí, la que siempre sonreía cuando venía a mi casa y mi madre le acariciaba el pelo… Por cierto, mi madre te echa de menos, seas quien seas…
Bill tenía razón y ella lo sabía. Le dolía escuchar a su amigo hablarle así pero si eso hacía que se alejara de ella y que vivieran su vida le daría bola y seguiría comportándose como lo estaba haciendo. Ella no era así. Ella quería lanzarse a Bill y pedirle mil veces perdón, llorar en su hombro, abrazarlo y que la abrazara… Si su mejor amigo la odiaba no podía seguir en aquel coche, tenía que largarse, ellos tenían que seguir con su vida y ella con la suya.
El coche frenó de pronto ante uno de los mejores hoteles de la ciudad.
El coche frenó de pronto ante uno de los mejores hoteles de la ciudad.
-¿El Palace? – preguntó tontamente, lo estaba viendo ante sus ojos. Desde luego, como habían cambiado los chicos…
-Ya que tenemos los medios para disfrutarlo, ¿por qué privarse? Ven, hablemos dentro. – notó a Georg y a Tom cogiéndola del brazo, realmente esto parecía un secuestro.
Llegaron a una de las suites más lujosas que jamás Sam había visto. La cama era enorme, podrían caber al menos cuatro personas, había también un sofá con dos sillones en una antesala al dormitorio, se sentaron todos allí. En el camino se había fijado en que no había ni una sola fan. Sonrió. De momento seguía siendo Sam.
-Ya que tenemos los medios para disfrutarlo, ¿por qué privarse? Ven, hablemos dentro. – notó a Georg y a Tom cogiéndola del brazo, realmente esto parecía un secuestro.
Llegaron a una de las suites más lujosas que jamás Sam había visto. La cama era enorme, podrían caber al menos cuatro personas, había también un sofá con dos sillones en una antesala al dormitorio, se sentaron todos allí. En el camino se había fijado en que no había ni una sola fan. Sonrió. De momento seguía siendo Sam.
-Aún tenéis suerte… ¿Nadie sabe que estáis aquí?
-No, solo el personal. ¿Por qué? ¿Vas a venderlo?
-Puede que lo haga. Me pagarían bien para saber donde se hospedan los famosísimos Tokio Hotel… - sonrió mientras iba hacia la ventana y miraba a través de ella apartando un poco las cortinas. La vista era alucinante. Se veía la mitad de Madrid.
-¿A qué viene todo esto? Sam, te conocemos, tú no eres así. ¿Por qué esa imagen de “oh, todo me resbala”? No te funciona con nosotros, ¿por qué sigues en tu papel? – las preguntas de Tom empezaron a entrar en su mente, no tenía la respuesta para ninguna. ¿Por qué se estaba comportando así?
-No, solo el personal. ¿Por qué? ¿Vas a venderlo?
-Puede que lo haga. Me pagarían bien para saber donde se hospedan los famosísimos Tokio Hotel… - sonrió mientras iba hacia la ventana y miraba a través de ella apartando un poco las cortinas. La vista era alucinante. Se veía la mitad de Madrid.
-¿A qué viene todo esto? Sam, te conocemos, tú no eres así. ¿Por qué esa imagen de “oh, todo me resbala”? No te funciona con nosotros, ¿por qué sigues en tu papel? – las preguntas de Tom empezaron a entrar en su mente, no tenía la respuesta para ninguna. ¿Por qué se estaba comportando así?
-No sabes nada, así que no hables. – la mirada que le dirigió fue la más fría que pudo.
Sonó el teléfono, y fue a cogerlo sin desviar la mirada de Sam. Era la primera vez que su amiga le hablaba de esa forma, y ciertamente, no le gustaba un pelo. No podía ser cierto que hubiera cambiado tanto. Prestó atención al teléfono, ¿qué demonios hacía la policía esperando en el hall del hotel? Oh, si, claro, la amiga de Sam los habría visto meter a Sam en la furgoneta… O tal vez algún otro conductor… El recepcionista le pasó el teléfono al oficial. Este quería hablar con Sam. Le pasó el teléfono a su amiga. Suspiró antes de decirle al agente que estaba bien y que no había sido secuestrada. Eran sus amigos de la infancia, nada más, que le habían gastado una broma. Todo estaba bien. Colgó el teléfono. Y miró a sus acompañantes. ¿Podía irse ya? Ellos la miraban. Era una desconocida… No era Sam… No era SU Sam…
Sonó el teléfono, y fue a cogerlo sin desviar la mirada de Sam. Era la primera vez que su amiga le hablaba de esa forma, y ciertamente, no le gustaba un pelo. No podía ser cierto que hubiera cambiado tanto. Prestó atención al teléfono, ¿qué demonios hacía la policía esperando en el hall del hotel? Oh, si, claro, la amiga de Sam los habría visto meter a Sam en la furgoneta… O tal vez algún otro conductor… El recepcionista le pasó el teléfono al oficial. Este quería hablar con Sam. Le pasó el teléfono a su amiga. Suspiró antes de decirle al agente que estaba bien y que no había sido secuestrada. Eran sus amigos de la infancia, nada más, que le habían gastado una broma. Todo estaba bien. Colgó el teléfono. Y miró a sus acompañantes. ¿Podía irse ya? Ellos la miraban. Era una desconocida… No era Sam… No era SU Sam…
-¿Puedo irme ya? – preguntó inútilmente, si quería irse podía hacerlo cuando quisiera. Ninguno era su padre para retenerla allí en contra de su voluntad.
-Adelante, cuando quieras… ¡Y no regreses! – le espetó Bill de la manera más fría que pudo
-¡Bien! – contestó ella de la misma manera yendo hacia la puerta.
Salió e intentó cerrar tras de si, pero alguien la detuvo agarrándola de la muñeca. Se giró y vio a Tom tras de ella, aferrándola por la muñeca donde llevaba la pulsera que él mismo le había regalado, si la manga de la chaqueta subía un poco más él se daría cuenta.
-Suéltame.
-¿Por qué, Sam? ¿Por qué todo esto? No te reconozco, Sam, tú no eras así…
-Última novedad: la gente cambia y yo no soy una excepción. Suéltame.
-¿Qué quieres con todo esto? ¿dinero? ¿quieres vender lo que sabes de nosotros y primero quieres deshacerte de nosotros?
-Ese es tu problema, Tom, que te crees que todo gira en torno a ti… ¿Y dices que soy yo la que ha cambiado? Mírate primero. No te reconozco… No eres un niño, lo sé. Pero, ¿desde cuando ese egoísmo y ese egocentrismo? Siempre fuiste un poco creidillo, y me gustaba esa parte de ti, pero jamás llegué a pensar que acabaría odiando en lo que te has convertido.
-No soy un niño, Sam…
-No, no lo eres, pero yo tampoco soy la niña que un día fue tu amiga. Ahora suéltame. – él lo hizo. Ella volvió a girarse y echó a correr hasta las escaleras, quería salir de allí cuanto antes.
-Adelante, cuando quieras… ¡Y no regreses! – le espetó Bill de la manera más fría que pudo
-¡Bien! – contestó ella de la misma manera yendo hacia la puerta.
Salió e intentó cerrar tras de si, pero alguien la detuvo agarrándola de la muñeca. Se giró y vio a Tom tras de ella, aferrándola por la muñeca donde llevaba la pulsera que él mismo le había regalado, si la manga de la chaqueta subía un poco más él se daría cuenta.
-Suéltame.
-¿Por qué, Sam? ¿Por qué todo esto? No te reconozco, Sam, tú no eras así…
-Última novedad: la gente cambia y yo no soy una excepción. Suéltame.
-¿Qué quieres con todo esto? ¿dinero? ¿quieres vender lo que sabes de nosotros y primero quieres deshacerte de nosotros?
-Ese es tu problema, Tom, que te crees que todo gira en torno a ti… ¿Y dices que soy yo la que ha cambiado? Mírate primero. No te reconozco… No eres un niño, lo sé. Pero, ¿desde cuando ese egoísmo y ese egocentrismo? Siempre fuiste un poco creidillo, y me gustaba esa parte de ti, pero jamás llegué a pensar que acabaría odiando en lo que te has convertido.
-No soy un niño, Sam…
-No, no lo eres, pero yo tampoco soy la niña que un día fue tu amiga. Ahora suéltame. – él lo hizo. Ella volvió a girarse y echó a correr hasta las escaleras, quería salir de allí cuanto antes.
Él quedó parado en medio del pasillo observarla marcharse. Había sido la única que se había atrevido a decirle aquello a la cara. ¿Le había llamado egocéntrico? Pero, ¿quién se creía que era? Fácil, sencillo… Ella había sido su mejor amiga desde los siete años y la única chica que se atrevía a decirle las verdades a la cara. Sonrió a pesar de todo. No había cambiado esa parte de ella que siempre le había gustado.
Algo resbaló por su mano. El frío tacto del acero le respondió. Miró. Una pulsera. Era de Sam. Se le habría caído al cogerla de la muñeca. Aguarda. Conocía esa pulsera. Él mismo se la había regalado. La recordaba a la perfección. Aún la llevaba, después de tres años… Aún les quería, los extrañaba, sabía que los había echado de menos. Algo en el hecho de que aún llevara la pulsera demostraba que no los había olvidado, que no le había olvidado… Sonrió. No todo estaba perdido.
Algo resbaló por su mano. El frío tacto del acero le respondió. Miró. Una pulsera. Era de Sam. Se le habría caído al cogerla de la muñeca. Aguarda. Conocía esa pulsera. Él mismo se la había regalado. La recordaba a la perfección. Aún la llevaba, después de tres años… Aún les quería, los extrañaba, sabía que los había echado de menos. Algo en el hecho de que aún llevara la pulsera demostraba que no los había olvidado, que no le había olvidado… Sonrió. No todo estaba perdido.




Felizidades por subir otro capitulo.
ResponderEliminarSaludos wapa :)
Elfire
Los amo los amo los amo, esta historia es genial!!!! quisiera ser sam!!!! pero enamorarme de Bill, wow esta historia es!!! genial genial genial!!!!! sigue asi!!!
ResponderEliminarQue lindo, realmente amo la historia esta genial, no me pierdo ningun capitulo
ResponderEliminarque bien y sigue asi...
mee encantaa sonn genialesss
ResponderEliminarse capitulo ayyyy!!!!
ResponderEliminarKe LindO y PresiosO, grasias por otro cap.
ResponderEliminar