
Barcelona… Había pasado tres años en España y nunca había ido a visitar la ciudad, le atraía esa ciudad, tenía su encanto pero siempre había estado evitándola, pues aún no se sentía con fuerzas de pisar suelo catalán y sobre todo, el lugar donde descansaba su madre…
La semana se hizo realmente eterna para las chicas. Aquella era la última de instituto y estaban de exámenes hasta arriba. Por eso ya no quedaban con los chicos y se pasaban las tardes encerradas en casa estudiando y repasando.
Ciertamente nada de lo que leía Sam se le quedaba grabado en la mente. Siempre había tenido facilidad a la hora de estudiar pero era muy insegura y siempre tenía que repasar mil veces antes de un examen. Pero no era eso lo que le preocupaba ahora. David había contado con ella sin ni siquiera consultarle. Era algo normal. Se conocían desde que ella tenía unos doce o trece años y la relación que habían tenido era mayor que ser simplemente el manager de los chicos, así que había dado por sentado que ella los iba a ayudar en su aventura catalana. Y no era que ella no quisiera, al contrario, estaba súper emocionada ante la idea, solo que aún no se sentía con fuerzas para pisar la ciudad natal de su madre, saber que ella paseó por esas mismas calles, esas mismas playas… Y que ahora estaba enterrada bajo el suelo de esa misma ciudad…
Sam tiró el lápiz sobre la mesa con fuerza, al pensar esto último. No se concentraba en nada por más que quisiera, el examen del día siguiente sabía hacerlo, estaba tirado, así que desistió. Su cabeza ya no podía más. Se levantó del escritorio y cogió su skate. Necesitaba distraerse un poco o acabaría teniendo un ataque de nervios. Al darse la vuelta para salir por la puerta de su habitación, vio allí, en un rincón entre el armario, el escritorio y la pared la vieja guitarra que le había regalado su padre con siete años… Como había machacado ese instrumento… Dejó el skate sobre la cama y cogió la guitarra. Sentándose en la cama mientras la sacaba se su raída funda descubrió la inscripción que su padre había mandado grabar en el cuello antes de regalársela a su hija. “No olvides nunca quien eres. Papá y mamá.” Sam dibujó con sus dedos el contorno de la frase y sintió ganas de llorar. Como los echaba de menos… Y entonces fue cuando se sintió fuerte. Tenía que hacerlo. Por su madre, por su padre, pero, sobre todo, por ella misma…
A la mañana siguiente el examen fue justo como Sam se lo esperaba y no tardó mucho en hacerlo. Tanto ella como Alice, a pesar de que la semana anterior habían estado más de fiesta que estudiando, tenían la asignatura de Literatura como algo realmente relajador. Leían todo lo que les ponían delante, no importaba el autor que fuera ni la época en la que estaba escrito. Se lo zampaban en dos días. Por eso fueron de las primeras en acabar el examen y salir fuera del aula. Decidieron ir a la biblioteca pues a esas horas no habría nadie y podrían hablar sobre ese mismo fin de semana que pasarían en Barcelona, una de las ciudades más hermosas del mundo y que ninguna de las dos había podido visitar aún. Se sentaron en una mesa apartada y fingieron estudiar mientras se pasaban notitas contándose cosas del tipo “Pues yo cuando esté con Bill…” por parte de Alice y sus típicos comentarios graciosos que hacían reír a Sam… Una profesora les llamó la atención y cuando se alejó Sam y Alice volvieron la vista a sus libros dejando el papel encima de la mesa alguien lo cogió. Ellas alzaron la vista para saber de quien se trataba. La palidez regresó a sus rostros en dos segundos…
-Vaya, vaya, ¿soñando despiertas?
La voz de Jessica enfureció a Alice, ya estaba harta de ser pisoteada por aquella estúpida sin más que un guisante como cerebro. Pasaba de tratarla bien por que era la hermana gemela de una de sus amigas, pasaba de no meterse en líos, ni siquiera pensó que se jugaba el fin de semana. En aquellos momentos la ira se apoderó de su cuerpo como un rayo y no pensó en nada más que partirle la cara y arrancarle los pelos a aquella puta remilgada… Todo pasó en un instante. Alice se levantó y estampó su puño contra su nariz operada… Ella se quedó con la boca abierta, llevándose una mano a la nariz para comprobar si se la había roto. En efecto, salía sangre por uno de los orificios nasales… Jessica miró a Alice con odio y ésta se dispuso a darle otro puñetazo cuando Sam la detuvo, justo en el momento en que la pija y sus secuaces salían disparadas hacia el baño y mas tarde seguramente irían en busca de la directora del centro… Alice se desplomó sobre el asiento en el que había estado sentada y miró a su amiga. Ahora pensaba en lo que había hecho, cuando ya no había vuelta atrás. No dijeron nada pues les bastaba con mirarse para saber lo que vendría ahora. Amonestación, charla con sus padres, tal vez expulsión, aunque eso no creían pues ya solo les quedaban un par de días de clase pero sí era posible que sus padres no la dejaran ir a Barcelona… Media hora más tarde la directora entró en la biblioteca y se llevó con ella a Alice a su despacho sin dejar a Sam acompañarla. Sam se mordió el labio, le deseó suerte a su amiga.
Pasaban ya varios minutos de las tres de la tarde, hora a la que salían ese día del instituto, y Sam esperaba a su amiga en la entrada, no había sabido nada de ella el resto de la mañana y empezaba a asustarse. La enorme furgoneta negra ya las esperaba en la acera y ella no hizo nada para hacerle saber a sus amigos que esperaran pues aún tenía que reunirse con su amiga. Ellos, al ver a su amiga en la puerta mordiéndose el labio, nerviosa, decidieron ir a ver que pasaba. Uno por uno salieron de la furgoneta negra cuando ya no había nadie en la calle que pudiera verlos y se dirigieron a la entrada donde esperaba su amiga inquieta. Conocían demasiado bien a Sam para saber que algo le preocupaba. Bill se acercó a ella y pasó su brazo por los hombros de su amiga y le preguntó:
-¿Se puede saber que pasa, Sam?
-Alice se peleó con una estúpida pija de m…
-Calma, Sam, calma… - le sonrió Tom, esta se relajo.
-Pues se pelearon y lleva hablando con la directora desde hace dos horas… Empiezo a preocuparme.
-Tranquila, seguro que no es nada…
-Es que me repatea que esa otra sea la hermana gemela de Lucy, se parecerán mucho, a decir verdad, son idénticas, pero esta es… La peor pécora, mal nacida…
-¡Para, fiera!
-Alice se peleó con una estúpida pija de m…
-Calma, Sam, calma… - le sonrió Tom, esta se relajo.
-Pues se pelearon y lleva hablando con la directora desde hace dos horas… Empiezo a preocuparme.
-Tranquila, seguro que no es nada…
-Es que me repatea que esa otra sea la hermana gemela de Lucy, se parecerán mucho, a decir verdad, son idénticas, pero esta es… La peor pécora, mal nacida…
-¡Para, fiera!
Sam resopló, estaba harta de esa imbécil pero conforme estaban las cosas en ese momento más le valía no hacer nada, simplemente por su bien… Justo en ese momento Alice salió malhumorada por la puerta y vio allí a Sam y a los chicos esperándola en la entrada del instituto. Vio a Bill pasando su mano por los hombros de su amiga. Genial… Ahora no estaba para estas cosas… Sam corrió hacia ella deshaciéndose del abrazo de su amigo, Alice le agradeció esto, y le preguntó:
-¿Qué ha pasado? ¿Qué te han dicho?
-No me van a expulsar porque solo quedan dos días más de clase. Solo me han puesto una amonestación pero como no es la primera vez, va directo a mi expediente.
-¿Y para eso te han tenido dos horas en el despacho?
-Sabes como es Jessica, tiene más cuento que otra cosa, y aunque para mi es pésima actriz a la directora la tiene calada. Pero he conseguido al menos que me escuchara. Estamos las dos castigadas estos dos días a pasar los recreos juntas… Sin nadie más. – Oh, ese castigo era peor que una estancia en el infierno…
-No pueden hacerte eso…
-¡Oh, si, lo sé! Pero sabes que la dire hace lo que le da la gana…
-Es injusto…
-Dímelo a mí…
-No me van a expulsar porque solo quedan dos días más de clase. Solo me han puesto una amonestación pero como no es la primera vez, va directo a mi expediente.
-¿Y para eso te han tenido dos horas en el despacho?
-Sabes como es Jessica, tiene más cuento que otra cosa, y aunque para mi es pésima actriz a la directora la tiene calada. Pero he conseguido al menos que me escuchara. Estamos las dos castigadas estos dos días a pasar los recreos juntas… Sin nadie más. – Oh, ese castigo era peor que una estancia en el infierno…
-No pueden hacerte eso…
-¡Oh, si, lo sé! Pero sabes que la dire hace lo que le da la gana…
-Es injusto…
-Dímelo a mí…
En esto que los chicos se acercaron donde estaban las dos amigas charlando sobe lo ocurrido y en plan broma, Tom le preguntó:
-¿Qué has hecho esta vez, Alice? Tenias a la pequeña Sami preocupada… - dijo pasando su brazo por los hombros de su amiga.
Todos rieron para evitar tensiones en el ambiente. Todos estaban riendo cuando una chica rubia vestida con mini falda y camiseta palabra de honor color rosa salió por la puerta del instituto ligeramente alterada. Iba farfullando palabras sin sentido por lo bajo cuando casi se tropieza con las escaleras de la entrada. Alzó la vista y encontró allí a Sam y Alice mirándola. Las miró con odio mal disimulado. Espera no estaban solas… Allí con ellas estaban… ¿Era eso posible? ¿Estaban los chicos de Tokio Hotel allí con esas dos marginadas sociales? Un momento… ¿Tom…? ¿Tom estaba con Sam? Pero, ¿qué demonios…? ¿Qué estaba pasando allí? No, esos no eran ellos, no podían ser los chicos de Tokio Hotel… Era imposible…
-¿Qué, Jessica? ¿Sorprendida? – le atacó Alice con sorna al ver la mirada atónita de la rubia oxigenada.
-Mira, estúpida, si crees que me dais envidia por esto la llevas bien clara… Por favor… ¿Tokio Hotel? Conozco a gente más famosa que ellos…-dijo ella acicalándose el pelo
-¡Jessica! – alguien la llamó desde un coche situado en la acera. Sam y Alice lo reconocieron. Era el coche de Lucy, un despampanante Audi R8. Regalo de sus padres al cumplir la mayoría de edad. Jessica aún no había conseguido el carnet (Porque era así de tonta la niña…) así que no tenía otro igual. Lucy les sonrió desde el interior del coche. Y también vio la forma en que Tom pasaba el brazo por los hombros de Sam, desde luego, no era lo que se dice la pareja perfecta pero ella era la única chica que podía ablandar el corazón de él. – Jessica, tengo prisa. Entra en el coche.
-Mira, estúpida, si crees que me dais envidia por esto la llevas bien clara… Por favor… ¿Tokio Hotel? Conozco a gente más famosa que ellos…-dijo ella acicalándose el pelo
-¡Jessica! – alguien la llamó desde un coche situado en la acera. Sam y Alice lo reconocieron. Era el coche de Lucy, un despampanante Audi R8. Regalo de sus padres al cumplir la mayoría de edad. Jessica aún no había conseguido el carnet (Porque era así de tonta la niña…) así que no tenía otro igual. Lucy les sonrió desde el interior del coche. Y también vio la forma en que Tom pasaba el brazo por los hombros de Sam, desde luego, no era lo que se dice la pareja perfecta pero ella era la única chica que podía ablandar el corazón de él. – Jessica, tengo prisa. Entra en el coche.
La niña miró por última vez a las chicas por encima del hombro como creyéndose superior a ellas y corrió al coche de su hermana con sus andares típicos de una modelo de pasarela, a veces las chicas temían que pudiera romperse. No tardó mucho en subirse al coche y al dar Lucy la vuelta las saludó con la mano y con un pitido del claxon. Estas sonrieron a su vez.
-Tenías razón, Sam, son idénticas. – Coincidió Bill – Pero sin duda esta tiene cara de amargada… - las chicas rieron
-Oye, pues yo me la llevaría a mi hotel, a ser posible a las dos… - Tom siempre con sus comentarios.
-¡Tom! – exclamó Sam dándole un codazo en el estómago mientras iban de nuevo hacia la furgoneta. Todos rieron ante el quejido de él.
-Oye, pues yo me la llevaría a mi hotel, a ser posible a las dos… - Tom siempre con sus comentarios.
-¡Tom! – exclamó Sam dándole un codazo en el estómago mientras iban de nuevo hacia la furgoneta. Todos rieron ante el quejido de él.
El resto de la tarde fue tranquila para las chicas. Ya habían terminado los exámenes y estaban dispuestas a pasarlo bien al menos unas horas antes de que Alice tuviera que volver a casa y contarle a sus padres lo sucedido arriesgándose a perder su viaje a Barcelona, porque Sam estaba segura de una cosa, iría a Barcelona, lo afrontaría pero tenía que hacerlo con su amiga. Ella le daba fuerzas y era su amuleto en esa aventura. Y Alice no podía mentirle a sus padres, no estaba en su naturaleza mentir, siempre iba con la verdad por delante y por mucho que quisiera acompañar a su amiga y a los chicos en la conquista de la ciudad catalana no pensaba cambiar sus principios. Se arriesgaría aún sabiendo que tenía todas las de perder.
Aquella misma noche en el pub donde trabajaban las chicas los fines de semana mientras tomaban algo y charlaban animadamente paso algo que Alice no olvidaría en mucho tiempo. Sentados en la mesa que solían ocupar reían como si nada, realmente lo último que necesitaba ahora Alice era que le recordaran que tenía que hablar con sus padres al volver a casa. Por la puerta del local entraron Mike e Iv. Aquella noche no tocaban pero solían ir mucho por allí para relajarse de los estudios y del agobio de los exámenes. Iv saludó a las chicas animadamente y éstas le devolvieron el saludo. Sam vio como Mike agachaba la mirada al encontrarse con la de ella. No lo culpaba, necesitaba tiempo para hacerse a la idea de que ella jamás podría corresponderlo. Sam sintió el peso del alma caérsele a los pies, Mike era su amigo y le dolía verlo así, pero era mejor para él que no se acercara demasiado… Iv echó un vistazo a su amigo antes de acercarse a la mesa en la que ellas estaban sentadas. Saludó a los demás con un seco Hola y se volvió a Alice. Sam sonrió mientras cogía su vaso y se lo llevaba a los labios. Sus amigos la miraron al ver su gesto pero no dijeron nada… Alice también la miró pero se volvió al tiempo que Iv le decía que si podía hablar con ella en privado. Esta asintió aún sin saber lo que se le venía encima…
Alice se levantó de la mesa y siguió a Iv hasta un rincón que quedaba cerca del pequeño escenario del pub. Alice volvió a echar una ojeada a la mesa donde estaban todos mirando la escena, todos menos su amiga. Oh… Eso solo podía significar que Sam sabía lo que Iv iba a decirle aunque que ella supiera ellos dos no habían hablado desde el fin de semana anterior… Vale, supo de pronto de qué iba a hablarle Iv… Ahora no se sentía con fuerzas para escuchar eso, y menos aún sin saber qué decirle… Odiaba esto, Iv era su amigo pero no podía verlo como algo más. Es verdad que le gustaba, el chico era guapísimo, atento y no estaba nada mal… Pero no era Bill. Si tal vez Iv se lo hubiera dicho antes de conocer a Bill lo más posible es que le hubiera dicho que si, pero no ahora cuando estaba a vísperas de pasar un fin de semana completo en uno de los mejores hoteles de la ciudad de Barcelona con vistas al mar Mediterráneo y lo más importante, un fin de semana con Bill Kaulitz. Eso jamás se podría reemplazar, por mucho que Iv le gustara. Volvió a fijar la vista en el chico que tenía delante e intentó concentrarse pero es que no podía, estaba realmente nerviosa…
-Alice, necesito saber la verdad. Llevo dándole vueltas a esto desde hace dos semanas y ya no se qué hacer. Me gustas mucho, no sé si estoy enamorado de ti pero es que no te puedo sacar de la cabeza, y solo necesito saber si tú sientes lo mismo…
-Iv… Yo… Lo siento… Para mi solo eres un gran amigo, nada más… Lo lamento… - a Alice se le quebró la voz al intentar decirle estas cosas a su amigo. Realmente lo pasaba mal cuando estas cosas pasaban pues ella misma también se había visto en la misma situación que él y sabía lo mal que se pasaba.
-Iv… Yo… Lo siento… Para mi solo eres un gran amigo, nada más… Lo lamento… - a Alice se le quebró la voz al intentar decirle estas cosas a su amigo. Realmente lo pasaba mal cuando estas cosas pasaban pues ella misma también se había visto en la misma situación que él y sabía lo mal que se pasaba.
Iv clavó su mirada de marrón avellana en los azules eléctricos de su amiga. Sabía que le iba a decir que no pero tenía que salir de dudas y se había armado de valor y le había preguntado. También sabía que existía otro chico en su vida, pero no sabía muy bien quien, si ese hiphopero de trenzas que iba tras ella o el melenudo con pinta de chica. Pero sí podía jurar que era uno de esos dos. Suspiró, ya estaba hecho. Ahora se retiraría aceptando la derrota.
Sam echó un vistazo a la escena que estaba viviendo su amiga. Iv estaba de frente a ella por lo que Alice estaba dándole la espalda. Seguramente él ya le había dicho lo que pensaba decirle y Alice estaría tartamudeando. Conocía la respuesta de su amiga y esta iba a ser No pero le costaba mucho decirlo pues, al igual que a ella misma, no le gustaba hacer daño a la gente. Volvió a llevarse el vaso a los labios y tragó un sorbo de su bebida. Giró la cabeza para descubrir a Bill mirando fijamente a su amiga sin desviar la mirada. Sonrió. A su amigo le había gustado la morena de ojos claros. Se le notaba en la forma en que fijaba sus ojos en cada uno de los movimientos de ella, la forma en que la miraba cuando hablaba con ella o simplemente cuando se le quedaba esa sonrisa estúpida en el rostro, se preguntó si a ella misma le pasaba igual… No quiso saber la respuesta… Centró su atención en Bill y vio como el se daba cuenta de que lo miraba…
-¿Qué? – sonrió
-Nada…
-Vamos, Sam, que nos conocemos…
-Te gusta.
-¿Qué? ¡No!
-Vamos, Bill, que nos conocemos… - le contraatacó ella.
-Esta bien, esta bien, tú ganas…
-¡Si!
-No es que me desagrade, pero tampoco te precipites…
-¡Oh, vamos, Bill!
-Nada…
-Vamos, Sam, que nos conocemos…
-Te gusta.
-¿Qué? ¡No!
-Vamos, Bill, que nos conocemos… - le contraatacó ella.
-Esta bien, esta bien, tú ganas…
-¡Si!
-No es que me desagrade, pero tampoco te precipites…
-¡Oh, vamos, Bill!
Como única respuesta él le tendió una de sus sonrisas burlonas que confundían la respuesta. Sam lo miró ceñuda pero no la iba a engañar, a Bill le gustaba Alice, puede que solo fuera un poco, pero le gustaba y eso ella lo sabía aunque él intentara ocultárselo.
Alice volvió a la mesa un poco desorientada y se sentó en el sitio que había ocupado anteriormente. Sam la miró de reojo y luego miró a Bill. La sonrisa volvió a reflejarse en su rostro. Le encantaba cuando sabía que tenía razón. Estaba claro que aquellos dos se gustaban y no iba a parar hasta verlos por fin juntos.
Media hora más tarde los seis abandonaron el local y los chicos acompañaron a las chicas a sus respectivas casas. Antes de despedirse Sam le dedicó una larga mirada a su mejor amigo que decía claramente “Conozco tu secreto” a la que él respondió apartando la vista hacia otro lado. A Sam se le escapó la sonrisita tonta. El resto la miró como preguntando por qué se comportaba así pero no preguntaron, estaban ya más que acostumbrados a estas cosas…
Sam entró a su habitación y tiró su mochila sobre la cama tirándose ella misma después. Estaba agotada pero no tenía sueño. Algo realmente extraño en ella. Había sido un día realmente largo y posiblemente repercutiría en su pequeña escapada de fin de semana pero no quiso pensar en eso, Alice vendría a Barcelona sí o sí. Empezó a desnudarse para ponerse el pijama y se percató de la foto que seguía colgada en la pared. Se acordó de la libreta olvidada en su cajón, la había dejado completamente exiliada en el olvido, estas dos semanas no había escrito nada. Miró su reloj de la mesita de noche. Solo eran las once de las noche, aún podía escribir un poco antes de ir a dormir. Al menos explicar cómo había sido para ella saber que tanto Tom como sus amigos se iban, totalmente lejos de su vista… Sacó del cajón del escritorio la libreta y se sentó. Leyó lo último que había escrito y volvió a retomarlo…
"Los días siguientes fueron un completo caos. Los chicos tendrían que ir a la capital para grabar su nuevo álbum y a triunfar y tenían que contar con el permiso de todos los padres. No tuvieron ningún problema con ellos pues los padres sabían que esto llegaría tarde o temprano y solo querían que sus hijos tuvieran lo que querían. Pero claro, a mi eso no me emocionó demasiado. Estuve largo tiempo discutiendo conmigo misma y diciéndome que era una estúpida egoísta, que tenía que pensar más en ellos que en mí… Pero eso fue antes de que me obligaran a ir con ellos a la capital.
Me quedé anonadada cuando por fin el día de la despedida, fui a despedirlos en el aeropuerto y me miraron con los ojos como platos preguntándome dónde estaban mis maletas. Los miré boquiabierta, ¡no me habían dicho nada y ahora esperaban que me fuera con ellos como si nada! Pero, ¿estos chicos vivían en una nube? ¿Para qué pregunto? Desde luego que vivían en una nube…
-Sabéis que no puedo, chicos… - fue lo único que les dije.
Ellos me miraron como sin entender nada y yo negué con la cabeza. Solo un instante después sentí como cuatro pares de brazos se cernían en torno a mí. Me sentí la más querida de todas las adolescentes al escuchar las súplicas de mi mejor amigo en mi oído que me intentaban convencer para que me fuera con ellos. Pero no podía ser. En apenas un mes tendría que estar de vuelta pues empezaban de nuevo las clases y la separación sería más dolorosa. Mejor hacerlo cuanto antes aunque doliera… Y así es como los vi partir, con la mano en el corazón, los ojos humedecidos, y un beso de despedida de cada una de ellos sobre las mejillas. Ni siquiera había podido despedirme mejor de Tom pues mi padre estaba delante y no estaba al corriente de lo sucedido entre nosotros, pero él me había prometido entre susurros que me llamaría en cuanto pudiera…
Los días pasaban lentos y aburridos sin mis amigos al lado. Nunca me había dado cuenta de lo mucho que los necesitaba a mi lado en mi día a día pero ese mismo día de la despedida me vi envuelta en la más absoluta y obscura soledad. Intenté por todos los medios que eso no ocurriera pero aún así no podía. Me habían arrancado las cuatro razones de mi vida de la noche a la mañana y eso no se podía olvidar aunque quisiera. Pero aún así hacía planes con mi hermana para ir al centro comercial a ver películas y pasar el tiempo en los recreativos.
Durante la primera semana ya me había tragado todas las películas de la cartelera y estaba a punto de acabar en la ruina de tanto gastar en recreativos. Fui a la biblioteca y saqué todos aquellos libros que me había planteado leer ese verano pero que no había empezado al estar casi las veinticuatro horas del día con mis amigos. Era hora de empezar… Y así fue el resto de mi verano, entre libros, pelis y toneladas de chocolate. Menos mal que salía a correr todas las mañanas si no todo eso hubiese pasado factura sobre ya mi patético físico. Solo me animaba cuando todas las noches recibía una llamada de mis amigos. Siempre procuraba tener el móvil a tope de batería a las diez de la noche, pues era cuando ellos podían pegarme algún toque. Pero pasábamos más de hora y media colgados del teléfono contándonos lo que habíamos hecho eso día. Más bien ellos me contaban lo que habían estado grabando, los fallos que había cometido alguno a modo de burla, hasta lo que habían comido. No quería perderme detalle de nada. Quería sentirme como si de verdad yo estuviera allí con ellos. Y recuerdo que ellos siempre me decían que saliera más, que conociera a otra gente… Algo que Tom no estaba de acuerdo, por supuesto. Yo solía reírme cuando él saltaba y decía: Vale, pero nada de chicos. ¡Cómo si pudiera gustarme algún otro que no fuera él! Aunque yo sabía que no lo decía por eso, si no por evitar cosas como había pasado aquella tarde en el banco de uno de los parques de la diminuta ciudad...
Genial capitulo, hasta que por fin pusieron a Jessica en su lugar!! y ya sabe que los chicos conocen a Sam y a Alice, ojala no castiguen a Alice y la dejen ir con Sam y los chicos!!! otro genial capitulo. Besos amanda.
ResponderEliminaraamanda (L) Mee peeGue TOODAA La maañana leyendO dsd el capitulo 15 pero no podiaa parar asta llegar al 21 me arden los ojos xq e estado todo el dia aqui pegada y de lo qe he lloradO! es la segunda Fiic qe Me hace llorar de esta manera de verdad Tiiaa qee tiieenes un don para estOO :) Nuunca lo dejess!
ResponderEliminarayy y GraCiias porr dediicarmee a mi tambien el capitulo 20 :)
ahaha TeequierO MuchsisisimO Hermaniitaa, LosaBes (L)!
Besooss!!
^^
hola amanda zoii maii exelente capitulo
ResponderEliminaraii iia qiiero qe zea domingo para leer
el ziiguiiente capitulo aii amanda zoii tu fan
bueniziima tu hiztoriia la adoro nolo dejo de repetiir y zii como dice any qe wueno k puziieron en zu lugar a jessica ii zii qe sam y alice ballan juntaz a eze viiaje jje wueno amanda cuiidate bezoz ahh ii grax x dejar tu correo te agregare jja adiioz tokita
woOoow bn hexo esa Jessica se merecía ese golpe en la nariz y más q eso, segurito se quedó re furiosa al saber q los tokio conocen a Sam y a Alicé, q buenísimo capitulo Amanda sigue adelante y una preguntita tambn puedo tomar tu correo?? jiji weno es todo y q bn q avril lavigne sea tu diosa jeje... para mi tambn es en primer lugar de mi vida tokio hotel y luego avril lavigne saluditoz cuidate muxo y hasta el próximo capitulo
ResponderEliminarbyeEe...
ay amiga amo tu novela por que me hace soniar con cosas lindas y me imagino k alice soy yo, hehehe x cierto soy angie tu amiga mexicana tschuss.
ResponderEliminaraii qe hermosa novela.. te digo la verdad, me leii ayer en la tarde desde el cap 1 hasta el 14 y pare xq tenia q irme a la casa de unos parientes, hoy en la mñn segui desde el 15 hasta el 19 y recien termine con el 20 y 21.. mee re encanche con la historia y te digo q es hermosa, muy linda y triste, en algunas partes llore, lo confiezo -.- pero bueno.. y le tengo tanta envidia a Sam.. yoo quiero ser la mejor amiga de bill!! ajajajxD ponee el otro cap!!
ResponderEliminarFeliiz navidad! :D