domingo, 13 de diciembre de 2009

RECUERDOS DEL PASADO CAPITULO 20

¡Hola de nuevo una semana mas! ¿Cómo empezar? Esta semana se me ha hecho eterna, y tengo tantas cosas que decir… Empecemos pues. En primer lugar, ¡muchas gracias por sus comentarios! Veo que a todas les gustó el sueño de Sam… ¡Que bueno! Porque tendréis que acostumbraros… En segundo lugar, dedicar este capi a unas amigas. Agus, sé que aún te queda para leer esto, pero te agradezco tu compañía y tus conversaciones… ¡Cuidate mucho, hermanita! Martha. ¡Ayyy! ¡Qué decir de mi Marthita! Me alegra que volvieras, ya te echaba de menos, ya tendremos nuestras conversaciones perverts… Y Angie, ¡como no! La conocí hace poco aquí en el blog y, amiga, ¡eres estupenda! ¡Sigue así! ¡Y gracias por darme el empujoncito que me faltaba! ¡Un beso guapa! También a todas las lectoras, y lectores si hay alguno… Gracias por dedicarme su valioso tiempo. Y ahora si, por último y no por ello menos importante: I SUPPORT YOU, TOM! Estoy contigo en todo. Ahora sin más demora, el capitulo 20… Creo que esta vez me enrollé demasiado… ¡Un beso, chic@s, se cuidan!
Sam había estado con un tío justo delante de sus narices y él ni siquiera se había dado cuenta… Estaba ocupado con la rubia… Maldición, mataría al tipo cuando lo viera de nuevo… Otra vez esa maldita sensación, ¿se estaba cabreando solo porque alguien había besado a Sam? ¿Y qué? Ella no era una niña, seguramente habrá habido muchos tíos en su vida durante estos tres años, ¿por qué se sentía tan dolido, sobre todo cuando él había hecho exactamente lo mismo? Se sintió imbécil, realmente estúpido…
Alguien abrió la puerta y entró a la habitación con él, ni siquiera se giró para ver quien era el intruso… Pero sí alzó la vista cuando vio unas piernas pasar por las suyas y sentarse a su lado. Allí estaba Sam que le tendía su paquete de cigarros con su mechero. Se lo agradeció. Encendió uno y aspiró el humo… Apoyó la cabeza sobre el cómodo colchón y echó fuera el humo. Después miró a Sam girando levemente la cabeza en su dirección. Ella tenía el brazo extendido sobre la colcha y la cabeza apoyada en su brazo. El pelo le caía en cascada sobre los hombros. Sonrió.
-No me mires así, me haces sentir estúpido.
-¡Eres estúpido, Tom! – él rió y ella le acompañó poco después. - ¿Cómo estás?
-Bien, como siempre, ¿por qué lo preguntas? – ella le miró alzando una ceja – Ah, eso… Nada, no te preocupes, sobreprotecciones de tu hermano mayor…
-Eres idiota…
-Hombre, gracias…
-Hablando en serio, Tom, estoy cansada de esto. Siempre es igual. Una vez me salvaste pero no tiene que ser siempre así. Tengo que aprender yo sola, cometiendo mis propios errores.
-Lo sé. Perdona. Solo es que tengo miedo de que…
-¿De qué, Tom? ¿De que alguien juegue conmigo como tú haces con las demás?
-Si, eso mismo… - Sam lo miró como bajaba la mirada, había sido un golpe bajo por su parte... Levantó la cabeza de la cama lentamente y la apoyó en su hombro y entonces susurro- No creas que no aprecio esto, lo aprecio más de lo que crees pero es que necesitaba decírtelo…
-No te preocupes, mensaje captado… No, en serio, sé lo que quieres, no me voy a hacer el tonto. No quieres que me aleje de tu vida pero tampoco que te proteja tanto…
-Exactamente… ¿Ves? No era tan difícil.
El sonrió una vez más y ella poco después hizo lo mismo. Él llevó el cigarro otra vez a sus labios y quedaron en silencio durante algunos minutos más observando cómo el humo formaba formas en el aire. No era para nada un silencio incómodo, sino todo lo contrario, relajante y bien recibido. Tom volvió la cabeza para echar un vistazo a la habitación de Sam, era bastante pequeña, nada que ver con la que tenía en su casa de Magdeburgo pero era todo lo que su tía podía permitirse. Aunque a pesar de su tamaño reducido no estaba mal, la cama tenía pinta de cómoda, las paredes no tenían ni un solo póster… Un momento, sí, había un póster. Sonrió. Un póster de ellos. Siguió echando un vistazo, el armario era pequeño pero servía para ella, pues no tenía mucha ropa, la verdad, nunca le había gustado ir de compras… En el escritorio un ordenador que ya tendría unos años, pero para lo que lo usaba no le hacía mucha falta… Y justo en ese rincón, entre el armario, la pared y el escritorio una vieja guitarra acústica estaba metida en su funda pero conocía tan bien esa funda que la reconoció de inmediato.
-¿Todavía tocas? – le preguntó mirándola a los ojos. Esta alzó la vista y lo miró extrañada pues no sabía de que le hablaba, luego vió que este dirigía la mirada hacia su vieja guitarra…
-Oh, eso… Si, algo, lo tengo un poco abandonado pero si, de vez cuando la machaco a la pobre...
- Venga, toca algo.
- ¿Eh? ¿Qué? No, no, no… - dijo ella agitando los brazos en señal de negación.
- No seas tonta, toma. – dijo él mientras se levantaba del suelo, cogía el instrumento y se lo tendía a Sam. Esta no tuvo más remedio que cogerlo.
Levantándose del suelo y sentándose en la cama cogió el instrumento en sus manos, se acomodó y empezó a tocar recordando una canción que había compuesto hacía años pero que le encantaba de todas formas. No era que se le diera mal pero estando frente al guitarrista de una de las bandas de moda pues la verdad le hacía sentirse nerviosa. No era la primera vez que la escuchaba tocar pero aún así… Cerró los ojos y trató de olvidarse de eso, era su amigo, ¿qué más daba? Y lo consiguió. Se olvidó que Tom estaba allí y empezó a tararear la canción, menos mal que estaba en español y él no se enteraba de nada… El último acorde bailó en el aire y ella levantó la cabeza. Su amigo la miraba asintiendo con la cabeza.
-No esta mal, pero… - se levantó y se sentó de nuevo tras ella colocando sus manos sobre las de ella y ayudándola con un par de notas. Un escalofrío recorrió su espina dorsal al notar a su amigo tan cerca de ella.
No supieron cuanto tiempo estuvieron allí encerrados pero si que se divirtieron de lo lindo, riendo y gastando bromas. Sam estaba nerviosa y a causa de eso no atendía muy bien a lo que le decía su amigo y menos prestaba atención a sus instrucciones por lo que fallaba una y otra vez y él se reía a causa de su mala pata. Y vuelta a empezar de nuevo. Pero ¿quién no iba a estar nerviosa ante tal situación? Recordó el sueño de la noche anterior y se irguió ante la sola idea. Solo fue un sueño, solo fue un sueño… Intentó convencerse de ello pero él estaba tan cerca…
-¿Estás bien?
-Ehm… Si… Claro… ¿Por qué lo dices? – contestó ella nerviosa.
-Porque estas nerviosa.
-¿Yo? Paranoias tuyas…
-Si tú lo dices…
Y volvieron a lo que trataban de llevar a cabo pero que no podían debido al nerviosismo de ella y a las risas de él. “Vamos, Sam, concéntrate… Solo estas tocando… No es nada del otro mundo” Sam tragó saliva y se propuso concentrarse pero le era imposible… Y él lo notó. La miró a los ojos al tiempo que ella giraba la cabeza hacia el… Volvieron a quedarse cerca justo como la noche anterior, Sam estaba dispuesta a dar el siguiente paso, solo si él lo hacía, no se iba a echar atrás, no otra vez… Él se acercó a ella un poco más, rozando sus labios… Pero tampoco logró atraparlos entre los suyos esta vez.
-Tom, tenemos que irnos. David… - Bill abrió la puerta de par en par sin preguntar o llamar siquiera y los pilló a los dos en aquella situación. Sam giró la cabeza en otra dirección sintiéndose avergonzada y Tom miró a su hermano de forma bastante dura. – Lo siento. – se disculpó y salió dejándolos otra vez solos.
Sam se levantó de inmediato de la cama y volvió a poner la guitarra en su sitio. Ni siquiera miró a su amigo cuando le dijo:
-Bueno, tienes que irte. Te dejo para que te vistas… Y eso… - entonces salió de la habitación al tiempo que él le decía.
-Sam, espera… - portazo- Maldito Bill…
Sam salió de nuevo a la cocina y se encontró a sus amigos ya vestidos y a Bill cogiendo la ropa de su hermano para llevársela al cuarto. Cuando la vio salir ambos intercambiaron una larga mirada llena de significado.
Momentos más tarde volvía a quedarse sola de nuevo con la tonta sonrisa dibujada en su rostro y con ganas de reír estúpidamente. Fue hacia la cocina otra vez y escuchando música se puso a recoger todo. Escuchar no escuchaba nada pues estaba más pendiente de lo que había pasado en su habitación pero al menos la tenía puesta para distraerse de vez en cuando. Cuando hubo terminado de fregar los platos y de recogerlo todo, entró a su habitación para cambiarse. La sonrisa estúpida volvió a su rostro al ver la guitarra otra vez en el hueco… Habían estado tan cerca… Cogió su ropa interior y se metió al cuarto de baño para ducharse. Mientras el agua corría se miró al espejo… Siempre tenía el mismo aspecto, estaba ya cansada de aquel pelo largo y moreno… Sonrió. Se le había ocurrido una gran tontería pero que tenía que probar. Se metió a la ducha y poco después salía de su casa con su skate y dinero en el bolso. Era ya hora de cambiar un poco su look…
Diez y media de la noche y Sam no aparecía por el pub. Alice ya empezaba a preocuparse por su amiga. Le había llamado al móvil pero lo tenía apagado, le había enviado mensajes de texto y de voz, había llamado a su casa pero nadie se lo cogía. En media hora empezaban a trabajar y siempre quedaban media hora antes para tomar algo y echarse unas risas antes del curro. Aunque la verdad nunca habían tenido esa necesidad pues siempre llegaban juntas al pub después de pasar todo el sábado juntas, pero no la había llamado en todo el día y menos había dado señales de vida… Alice empezaba a preocuparse de veras… Estaba a punto de pasar del tema cuando una imponente pelirroja entró al pub y sonriéndole fue hacia ella.
-¿Sam? – le preguntó extrañada con una ceja levantada.
No podía ser, no podía… Se había cortado el pelo desde la cintura que lo tenía hasta un poco más de los hombros, de forma escalonada, se había dejado flequillo que se lo peinaba hacia el lado derecho de la cara y lo escondía bajo el pelo con alguna horquilla. Se lo había teñido de rojo pero no de un rojo vivo sino apagado, parecía de verdad pelirroja natural. Y encima también se había teñido las cejas del mismo color para aparentarlo mejor. Y si contamos los grandes ojos verdes que tenía y su piel con algunos toques de color aunque no demasiado, pues aunque su madre hubiese sido española ella era alemana y éstos suelen tener un tono de piel bastante claro. Estaba preciosa. Alice no pudo evitar abrir la boca cuando la vio. No parecía su amiga para nada. Aún seguía conservando su halo de niña buena e inocente pero también demostraba al mundo que no era así y que podía llegar a ser una mujer de armas
tomar. Un momento. Aún había algo más… Miró como iba vestida… Abrió los ojos de par en par… Sam se había enfundado los pantalones cortos que Bill le había obligado a coger tras habérselos comprado él, estos eran realmente cortos pero los combinaba bien con sus Converse negras y unas medias de rejilla. Una camiseta blanca de un poco menos de la manga corta con algunas cadenas colgando al cuello adornaban su elaborado conjunto. Realmente llevaba unos días que Alice alucinaba cada vez que la veía. Había dejado sus holgadas ropas negras a un lado y ahora se vestía más femenina, eso sí, sin perder su estilo.
-¿Sam? ¿Eres tú?
-Oh, Alice, claro que soy yo…
-Estás… Estás…
-¡Alucinante! – exclamó Mike justo detrás de Sam con los ojos como platos. Ésta se volvió justo en el momento en que cuatro figuras entraban por la puerta del pub y echaban una ojeada al local.
-¡Rápido! ¡Escóndete!- le dijo Alice a su amiga para darle una sorpresa a sus amigos.
Esta así lo hizo. Rápidamente se escondió detrás del enorme sofá que estaba justo detrás de la mesa que ellos ocupaban, la que le habían quitado a las chicas… Ellos vieron a Alice ir de un lado a otro mientras la banda preparaba sus instrumentos. Siempre se las apañaban para llegar antes de que empezara todo el lío pues así estarían seguros escondidos en el rincón del bar donde nadie podía verlos y disfrutaban de la compañía de las chicas antes de que éstas empezaran a trabajar. Alice los saludó desde detrás de la barra y rápidamente dejando lo que estaba haciendo fue a saludarlos mejor. Desde que se habían conocido oficialmente se habían caído bastante bien y se entendían, salvo con Tom, que a veces podían estar los dos igual de irascibles, quitando eso, no había más percances entre ellos. Alice los acompañó a la mesa dónde se acomodaron y esperaron que Alice les trajera algo de beber. Todos estaban preguntándose donde estaba Sam cuando…
Cuando apareció detrás del sofá donde estaban sentados diciendo: ¿Qué queréis de beber? Esto provocó que los cuatro pegaran un bote de su asiento. Sam rió. La broma de su amiga había funcionado. Alice se reía desde la barra mientras preparaba las bebidas. Cuando se repusieron del susto abrieron los ojos de par en par al ver el pelo teñido de su amiga que estaba apoyada en el respaldo del asiento con los brazos en cruz y mirándolos con cara de niña…
-Sam… Tu pelo… - pudo decir Bill entre tartamudeos
-¡Ah, eso! ¡Nada! Estaba aburrida de la melena. ¿No os gusta? – entonces fue cuando se puso de pie y todos pudieron apreciar que no solo había cambiado el color de pelo, si no que había evolucionado completamente, ahora si que ya nada quedaba de la niña que había sido.
-Estas alucinante. Me encanta. – Bill le sonrió.
-¡Gracias! Bueno, chicos, yo os dejo que tengo que ponerme a trabajar…
Y dicho eso Sam abandonó a sus amigos a su suerte y se dispuso a trabajar en la barra. Todos se miraron unos a otros al ver el cambio de su amiga. Bien, no todos. Tom había fijado la vista en Sam. Aún no se hacía la idea de lo mucho que había cambiado. No, se convenció, no había cambiado. Por lo menos interiormente seguía siendo la misma niña inocente y asustadiza y eso no iba a cambiarlo por muchos cortes de pelo que se hiciera y por mucha ropa nueva que se comprara. Y eso ambos, él y ella, lo sabían, aunque ella se esforzaba por ocultarlo.
-Guapa, ¿eh? – le dijo su hermano que también se había quedado mirando como Sam se marchaba hasta la barra para ponerse a trabajar. Tom respondió con una media sonrisa amarga dibujada en sus labios y por su mente pasó una única palabra. “Preciosa”
El resto de la noche ocurrió sin percance alguno. Sam y Alice no tenían mucho trabajo aquella noche por lo que se sentaban con los chicos a charlar siempre y cuando no las necesitara nadie para servir algún trago. Y la verdad es que se divirtieron bastante. Sam reía cada vez que Tom se ponía a criticar a Mike y su forma de tocar. Por supuesto, siempre decía que él era mil veces mejor. Cosa que hacía que Alice pusiera los ojos en blanco y se mordiera la lengua para no hablar… Al contrario que su hermano, a Bill le gustó bastante la música de los chicos de la banda y el cantante le pareció fantástico. Y es normal. Iv tenía una voz que podía hacer estremecer a la más dura de las mujeres. Claro que no se podía comparar con él mismo, bromeó. Georg y Gustav no se quejaron de la música y no tenían por qué. Ellos cuatro habían empezado de la misma manera. Todo cambió cuando Iv llamó a Sam para que cantara algo. Esta miró a los chicos que la miraban como incitándola a aceptar, ya que Alice se lo había traducido, y luego miró a su amiga. Esta bien, lo haría, pero con ella. Y así es que Alice y Sam subieron a su debut. Se lo pasaron como niñas cantando una de sus canciones favoritas de Avril Lavigne, su artista femenina favorita. Cuando bajaron del pequeño escenario volvieron a la mesa donde ya las aplaudían. No pasó mucho cuando Lucy entró por la puerta a hacer su turno. Alice y Sam se miraron y luego la miraron a ella. Antes de que se diera cuenta de que Tom estaba allí salieron a su encuentro. Esta las saludó sonriente. Hacía más de una semana que no se veían pero al parecer Lucy no había llevado bien lo del sábado pasado… Sam sintió muchísimo su comportamiento de la semana anterior.
Ahora por su culpa su amiga estaba sufriendo. Vale, ella sabía dónde se metía pero Sam no tenía porque meterse en medio. Estúpida, cuando aprendería… Lucy conocía bien a Sam y pudo ver en su mirada que se echaba la culpa por lo que ella estaba pasando ahora. Sam no tenía la culpa. Él era su amigo, había sido su mejor amigo y aunque ella dijera que no era así, sí lo era, al menos con todas las chicas que no eran Sam… Lucy había descubierto el gran apego que tenía Tom hacia su amiga. Para él, Sam era la única chica que merecía algún respeto… Salvo su madre, claro, y tal vez todas las mujeres de su familia… Lucy lo había sabido y aún así había sido tan idiota de querer seguir adelante sabiendo que jamás la volvería a llamar y que tal vez ni siquiera se acordaría de su nombre pero aún así estuvo con él. Les dedicó una sonrisa tímida a las dos amigas y mientras se quitaba el pañuelo que llevaba colgado al cuello fijó su mirada en Sam.
-No te preocupes por mí, yo estoy bien. Pero tendrías que darte cuenta de lo que él siente por ti. – Sam no tenía ni idea de lo que le estaba hablando…
-Él solo me ve como su hermana pequeña.
-Puede ser… O puede que no – no dijo nada más. Rápidamente se dirigió tras la barra y se dispuso a trabajar.
Sam y Alice ya habían terminado por esa noche así que cogieron sus cosas y se reunieron con los chicos para ir a casa o a algún otro lugar. Sam no estaba muy pendiente de lo que sus amigos le decían. No paraba de darle vueltas a lo que le acababa de decir Lucy. Ella no lo conocía más que por una noche, ¿qué sabía ella de cómo pensaba Tom? Pero ¿y si tenía razón? Pensó en los dos momentos en que se habían quedado solos, con sus labios tan cerca… Tal vez… Tal vez Lucy tenía razón. No. Imposible. Si hubiese querido besarla lo hubiese hecho. Negó con la cabeza ignorando que sus amigos la miraban un poco raro sin saber por qué hacía eso. Sam le preguntó a Alice si se quedaba en casa a dormir. Ésta captó la indirecta, tenían que hablar… Y mucho… Ella aceptó sin más y los chicos las acompañaron a casa de Sam donde se despidieron hasta el día siguiente.
El resto de la noche fue solo para chicas. Sam y Alice hacía tiempo que no estaban solas y tenían mucho que contarse y cosas de las que hablar. Ciertamente podemos decir que pasaron toda la noche charlando entre ellas y que no durmieron nada en absoluto. Todo eran risas y diversión pero también hubo momentos para ponerse sensiblonas y acabaran contándose los problemas amorosos la una a la otra. Lo echaban de menos. Desde que los chicos habían llegado a Madrid no habían tenido tiempo para estar juntas y charlar. Los descansos en el instituto no contaban pues éstos no duraban tanto como para contarse tantas cosas y fuera de allí ya no estaban solas así que esa noche se prepararon para pasarla bien ellas dos solas, sin compañías masculinas a su alrededor. No era que esa compañía les desagradase, eso jamás, simplemente que ahora querían estar solas y tener tiempo para ellas.
A la tarde del día siguiente cuando las chicas decidieron que ya era hora de levantarse tras toda una noche de charla y risas se dispusieron a vestirse e ir a visitar a los chicos. Como siempre, como todos los días, pero nada era una rutina en sus vidas, cada día era diferente para ellas y aunque parecía algo monótono no lo era en absoluto.
Saludaron al enorme guardaespaldas que estaba frente a la puerta, al que ya conocían formalmente, y se adentraron en el hall del exquisito hotel. Encontraron a David discutiendo con alguien por el móvil y a los chicos sentados en los sofás de cuero negro que había en la entrada del hotel. Miraban a David ceñudos, como si no se fiaran de lo que estaba hablando. Ninguna de las dos quería molestar. Parecía que estaban trabajando o algo relacionado con su trabajo así que se sentaron donde había algún hueco libre y escucharon a David hablar… Algo relacionado con una intérprete para una entrevista o no se que…
-Mierda… - suspiró una vez colgó el teléfono y se sentó donde ellos estaban mirándolo.
-A ver, David… ¿Qué has hecho esta vez? – le preguntó Tom en plan broma para calmar el ambiente…
-Nos quedamos sin intérprete para las entrevistas de Barcelona.
-Aun queda una semana, seguro que puedes hacer algo… - le dijo Bill para calmarlo, él se llevó la mano a la cabeza, desesperado…
-Ya no se me ocurre nada más para hacer… Un momento... – miró a Sam sonriendo. – Tú.
-¿Yo? – preguntó ella confusa.
-Si, tú. Tú serás nuestra intérprete.
No era ni siquiera una pregunta, era claramente una afirmación. Ni siquiera le dio tiempo para pensárselo, simplemente él mismo hizo los planes en su mente. Sam miró a Alice, pidiéndole claramente ayuda, pero solo recibió de ésta una carcajada… Sam puso los ojos en blanco. Barcelona… Había pasado tres años en España y nunca había ido a visitar la ciudad, le atraía esa ciudad, tenía su encanto pero siempre había estado evitándola, pues aún no se sentía con fuerzas de pisar suelo catalán y sobre todo, el lugar donde descansaba su madre…

10 comentarios:

  1. Otro excelente capítulo, amo aquellos momentos donde Sam y Tom se quedan solos y apunto de besarse, jaja odie cuando Bill los interrumpió, pero al parecer Tom ya esta comenzando a demostrar que el también sigue queriendo a Sam y no solamente como una hermana. Felicidades, Otro exitoso capítulo!!!

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  2. GENIAL!!! simplemente GeNiAl !! me encanta cada capitulo es una bella historia felicidades sigue asi bueno ya toca esperar a ver que pasa en el sig cap! y como any odie cuando bill llego jaja aaah ese Bill <3! saluditos cuidate muco y sigue inspirandote byeee !

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  3. hallo nena soy angie tu amiwa mexicana
    esta super woa tu cap, gracias x dedikarme este cap espero k en los proximo me saludes x lo menos jejeje xD
    tambien te agradezco k me haya mandado un beso yo igual te mando uno a ti ers una gran amiwita ehhh te kelo mucho y ya me muero x el otro cap,tschuss und kusses

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  4. PAULINA:

    o0o0 mi vida...iio kiero q iia c besen y q c vallan a vvir juntos, y q c amen..y roda la cosa!! ahahahha xDD

    grax por tus capitulos..m encantan!!
    ahahah

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  5. Feliz capitulo 20, no fallaste, sigue igual de fresco he interesante que el primer capitulo.

    Tengo ganas de ver como sigue, animo y continua escribiendo igual de bien.

    - Bss Elfire -

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  6. wOoOw me faziina la hiztOriia
    erez una muii buena hizcriitOra
    miz rezpetOz aii iia qiierO k zalga el nuevO
    capitulO jje dez del zabadO enpeze a leerla
    ii qede faziinada jje la mejOr hiztOria en abzOlutO

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  7. ouu...
    no dejas de sorprenderme, cada capìtulo se pone màs interesante, ouch, làstima q bill interrumpiò el momento entre tom y sam jejeje, otra cosa es la segunda vez q mensionas a avril lavigne eso quiere decir q te gusta su mùsica wiiiiii... jeje q bn a mi me fasina su mùsica es increible y pz el skate ni se diga sin duda el mejor deporte q hay estas pequeñas cositas hace q me guste aun màs tu historia buehhh me alargue muxo de nuevo jejeje
    felicidades!!! exelente capitulo
    sigue adelante tokita

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  8. suuuuuuuuuuuupeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeerrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr

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  9. eres estupenda amiga mia, en todos los sentidos... me quedo fascinada cuando Sam y Tom se quedan solos y... aiii esque me quedo como atontada jajaj
    Bueno chica, que sigas asi por mucho y espero que tu fic este teniendo mucho exito! ;)

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  10. aaah y muchas gracias por nombrarme :P
    un besooo (L)

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