domingo, 6 de diciembre de 2009

RECUERDOS DEL PASADO CAPITULO 19


¡Hola hola! ¿Qué tal les va todo? Espero que genial, ¡que pronto estamos en Navidad! ^^ Bueno, no me voy a enrollar demasiado porque sé que estáis deseando saber que pasará con Tom y Sam… Sin más demora, aquí el capítulo 19…
Tom se acercó sus labios entreabiertos a los de ella y ella respondió de igual modo de manera inconsciente entreabriéndolos también… Solo les separaban una distancia de unos pocos centímetros, sus alientos se entremezclaban y sus labios empezaban a tocarse….
Pero no llegaron ni siquiera a rozarse…

-¡Hey, chicos, mirad lo que tenía Sam puesto en su habitación! – Sam se incorporó de golpe cuando escuchó la voz de su mejor amigo saliendo de su habitación con un trozo de papel rectangular en sus manos. Parecía una foto… Mierda, la fotografía de su cuadro de corcho… Lo había olvidado… Bill corrió hasta el colchón y se tiró en plancha a su lado derecho. Los demás corrieron también a ver que era eso que traía Bill en sus manos…- ¿Os acordáis de esto? – les preguntó a los demás
-¡Por supuesto! Madre mía, pero si éramos unos críos… - exclamó Georg…
-No se cómo puedes guardar esto, Sam… - sonrió Gustav
-Porque Sam siempre ha sido una sentimental… - dijo Tom en su ¿defensa?
-Lo dices como si fuera algo malo…
-¡Para nada! Es lo que te hace ser como eres, ¿por qué tiene que ser malo? – le sonrió él, ella sonrió a su vez… Pero vio mucho más allá. Tom hubiese querido seguir con lo que estaban haciendo antes de que los interrumpieran… Se le erizó la piel de solo pensarlo, eso era imposible. Desde que había llegado a la ciudad había ido tras Alice, ¿qué le había hecho cambiar de opinión? Entonces no se había equivocado, Tom no había cambiado en nada, seguía siendo el mismo mujeriego de siempre… Puso los ojos en blanco.
-¡Eh, esperad! ¡Tengo más! – exclamó de pronto recordando la caja de madera. Necesitaba una excusa para apartar de su campo de visión la mirada socarrona de Tom aunque solo fueran por unos instantes.
Se levantó de la cama y fue a su cuarto donde cogió de su armario la pequeña caja de madera que contenía las fotos y extrayendo el trozo de papel de ella. Lo guardó en uno de los cajones de su escritorio y salió de nuevo al salón con la caja en las manos. Se tiró al colchón en el sitio que había ocupado antes entre los gemelos y puso la caja en medio. Bill cogió la caja, la abrió y sacó de ella las fotos. Todos juntaron sus cabezas para verlas. Y se rieron de lo lindo recordando viejos tiempos cuando cometían mil y una travesura, cuando eran unos “inocentes” colegiales… Después de ver las fotos, no tardaron en quedarse dormidos… Sam no era la única que estaba cansada después de esa agotadora semana…
Abrí los ojos y mis ojos quedaron cegados por la luz que se filtraba por la ventana de mi cuarto. Escuché el sonido del agua de la ducha y supuse que mi tía se estaba duchando para ir a trabajar. Era una mañana como cualquier otra. Miré el calendario. Genial. Era sábado. Aún me quedaba el fin de semana por delante. Me levanté de la cama dispuesta a llamar a Alice para quedar en el Retiro cuando descubrí que estaba desnuda, ni siquiera una simples braguitas me vestían. Me tapé de inmediato sintiendo vergüenza. Nadie me estaba mirando pero fue una sorpresa para mí descubrir tal cosa… Yo nunca dormía totalmente desnuda… En verano, si hacía mucho calor, dormía en ropa interior pero nunca así… Descubrí sobre mi escritorio un camisón… Extraño, yo nunca usaba un camisón… Pero me lo puse igualmente, lo necesitaba para tapar mi desnudez… Saqué del cajón unas cómodas braguitas de algodón y me las puse. Salí a la cocina a desayunar. Todo estaba igual que antes así que no entendía lo del camisón… No le dí más importancia… Tal vez sería de mi tía que se lo había dejado olvidado en alguna parte y yo lo había cogido… Me dispuse a fregar los platos de la cena del día anterior mientras mi chocolate se calentaba en el microondas. Encendí la radio para escuchar algo de música ambiental. Encontré la emisora que más me gustaba y suerte de mi estaban poniendo Monsoon, una de mis canciones favoritas de Tokio Hotel, prefería Durch den Monsun, la versión en alemán pero esta tampoco estaba mal… Mientras los platos pasaban por mis manos yo cantaba alegremente la canción hasta que llegó a su fin… Sonreí… La siguiente era una canción bastante sensual de las Pussycat Dolls… Me encantaba y también la canté… Hasta que sentí una voz masculina en mi oído dándome los buenos días, una voz que conocía bien…
-¿Tom? ¿Qué haces aquí? – me extrañé e intenté darme la vuelta para mirarlo a los ojos pero él me lo impidió, acercándose más a mí y aprisionándome contra el fregadero… Un gemido se escapó de mi boca…
Él rió como única respuesta. No entendía nada, ¿qué hacía él ahí, en mi casa, en mi cocina? Giré la cabeza para verlo pero solo pude ver su rostro con mirada lujuriosa que decía claramente “Te voy a violar”. No sé por qué pero me encantó. Poco después llevó sus manos a mi cintura y empezó a bajar hasta mi cadera y mi trasero… Sabía lo que quería…
-Mi tía…
-Estamos solos… Tenemos toda la casa para nosotros, muñeca… -volvió a susurrar en mi oído con su voz grave que tanto me gustaba
¿Muñeca? ¿Desde cuando me llamaba así? Fruncí el entrecejo y me dispuse a preguntarle al respecto pero al sentir que su cuerpo se acercaba más al mío y que empezaba a sentir un bulto que no era mío en mi cadera me quedé completamente muda…
-Tom, dime que eso que estoy notando es el móvil…
Él volvió a reír de una manera que me calentó bastante… ¿Cómo podía encenderme de esa manera? Sentí sus labios sobre mi hombro repartiendo suaves besos mientras trazaba su camino hasta mi oído donde volvió a susurrar: No, muñeca, eso no es el móvil antes de morder suavemente mi oreja…
No podía ser cierto, esto no podía estar pasando… Sentí mi cuerpo arder, con ganas de que me llevara hasta la cama o mejor, que me lo hiciera ahí mismo… Me sentía estúpida, había perdido el control sobre mi propio cuerpo… Y era genial…
De pronto, me dio la vuelta de golpe y quedé frente a él… Estaba guapísimo con las trenzas cayéndole sobre ambos lado del cuello y esa sonrisa socarrona muy típica de él… Estaba desnudo de cintura para arriba y solo llevaba unos simples bóxers negros… Sentí las ganas de arrancárselos a mordiscos… Me mordí el labio… No podía estar más deseable… Nos miramos a los ojos y un solo segundo más tarde ambos nos lanzamos a los labios del otro en una batalla de poder… Me sentía hambrienta, como un caníbal después de un mes sin probar bocado… No era yo, definitivamente… Sin dejar de besarme me alzó y me sentó en la encimero de la cocina quedando mejor a su altura y con mis piernas colgadas a ambos lados de él… Sentí sus manos en el interior de mis muslos buscando esa parte para hacerme enloquecer y desde luego que lo hizo… Gemí y mi cabeza empezó a dar vueltas a una velocidad de vértigo cuando mi cuerpo explotó…
Sam abrió los ojos de par en par respirando entrecortadamente. Todo había sido un sueño… Había sido todo tan real que por un momento temió encontrarse desnuda y a completa disposición de su amigo… Desde luego, lo que podía llegar a crear la mente de una adolescente… Sentándose sobre el colchón echó un vistazo a su alrededor. Los chicos dormían como niños. Sonrió. Su mirada se detuvo en Tom. No lo pudo evitar. Así como tampoco pudo negar lo guapo que era… Dios, era idiota… Había vuelto a caer como una estúpida niña… “Nunca aprenderás, Sam, siempre volverás a tropezar en la misma piedra una y mil veces” Y era cierto. En estos tres años no había tenido novio porque ninguno le parecía lo bastante bueno, mentira, porque ninguno era Tom. Sacudió la cabeza apartando ese pensamiento de la mente y levantándose de la pequeña cama improvisada en el suelo.
Sam echó un vistazo a los chicos… ¡Madre de Dios! El espacio que ocupaba ella entre los gemelos era bastante reducido… ¿Y si alguno de ellos la había escuchado decir algo en sueños? ¿Y si se le había escapado el nombre de su amigo? Se llevó una mano a los labios pero era imposible, cuando estos chicos dormían… Intentó no pensar en eso y fue hasta el baño donde se echó agua helada a la cara e intentó tranquilizarse, solo había sido un sueño, nadie se iba a enterar, no era ningún pecado… Se miró en el espejo y vio su reflejo en él, con el agua resbalándole por el rostro y los ojos enrojecidos a causa del cansancio… Desde luego, estaba para el arrastre… Salió del baño y volvió al colchón donde se quedó largo tiempo mirando como su amigo dormía… Era tan mono… No podía apartar la mirada de aquella cara de angelito, que dejaba de serlo cuando abría los ojos… Lo último que recordó antes de caer otra vez dormida fue la última vez que habían estado durmiendo juntos…
A la mañana siguiente al despertarse por culpa de la luz cegadora que se filtraba por la ventana de la cocina y que incidía directamente sobre el suelo del salón, Sam sintió algo pesado rodeándole la cintura y una cálida respiración en su nuca. Se incorporó para ver de que se trataba y se sorprendió. Había acabado la noche muy cerca de Bill, casi sobre su hombro, y su hermano estaba justo detrás de ella atrayéndola a él con su brazo y respirando sobre su nuca… Ahora si se podía decir que no corría el aire entre ellos… Sam abrió los ojos de par en par… ¿Cómo habían acabado así? Sea como fuere ahora no podía levantarse sin despertar a Tom o sin tirar a Bill… Difícil lo tenía… Con cuidado de no echar a este último de la cama se puso boca arriba y empezó a llamar al otro para que quitara el brazo de encima suyo…
-Tom… Tom…
No obtuvo como respuesta más que un débil gemido y lo siguiente que conoció la pobre fue el peso completo de Tom encima de ella… Aún podía respirar pero no faltaba mucho para que se le cortara la respiración, y no precisamente por falta de aire… Técnicamente no estaba completamente encima solo sobre la parte derecha de ella con la cabeza sobre su hombro y sus labios muy cerca de su cuello, por no hablar que una de sus piernas había ido a parar en medio de las suyas y Sam empezaba a notar algo que no le gustaba nada en absoluto… ¡Dios! Pesaba… Sam puso las manos sobre sus brazos para incorporarlo pero ni al caso, ni así podía quitarlo de encima… Y ella estaba cada vez más nerviosa… Empezaba a hiperventilar cuando…
-¿Necesitas ayuda? – la voz de Gustav la salvó.
-¡Sí, por favor! ¡Quítamelo de encima!
-¡A sus órdenes!
Y nada más decir eso vertió el contenido del vaso que llevaba en las manos, que seguramente sería agua helada, sobre la espalda desnuda de Tom.
-Pero, ¡¿qué demonios?! – Saltó el pobre girando la cabeza hacia Gustav sin percatarse de que Sam estaba debajo.- ¿Tú eres tonto o te lo haces? – Gustav señaló a Sam como única respuesta. Tom miró hacia donde señalaba y se encontró a Sam ligeramente sofocada, justo debajo de él… - Oh… Perdona, Sam… - y entonces se quitó y Sam por fin pudo respirar en paz.
Se levantó agitando los brazos en señal de que no pasaba nada y cuando lo hizo las piernas empezaron a fallarle y casi cae al suelo de no ser porque estaba el colchón tras de ella. Sus amigos se asustaron al ver la palidez de su rostro y al percatarse de que no abría los ojos… Pasaron varios minutos hasta que Tom y Gustav pudieron reanimarla, haciendo que oliera un pañuelo impregnado de alcohol… Sam parpadeó un par de veces y al oler el desagradable olor lo apartó de sí de un manotazo, sus amigos respiraron aliviados… Sam se incorporó y miró a los otros dos…
-¿Qué ha pasado? –preguntó confusa
-¡Te desmayaste! ¡Nos diste un susto de muerte! – exclamó Tom
-No es la primera vez, Tom. Deberias saberlo ya.
-Lo sé, pero eso no quita el susto. Me asusté entonces y me asusté ahora.
Sam se levantó esbozando una amarga sonrisa. Los desmayos y los mareos que estaba sufriendo estos días la estaban asustando de veras pero seguía sin querer ir al médico. No le iban a decir nada nuevo. Tu cuerpo es débil, cuídalo. Se había cansado de escuchar una y otra vez lo mismo. Fue hacia la cocina y sacó del armario su medicación. La tomó sin rechistar. Estaba demasiado acostumbrada a ello. En esto que Bill empieza a despertar…
-¿Se puede saber por qué tanto jaleo? Así no dejáis dormir a nadie… - protestó Bill entreabriendo los ojos y mirándolos con cara de asesino sádico…
-¡Sam se desmayó, imbécil! ¿Cómo quieres que nos pongamos? – le soltó su hermano tirándole una almohada a la cabeza
-¿Qué? – Bill abrió los ojos de par en par al escuchar eso, quedó petrificado de pies a cabeza y no esquivó la almohada que impactó en su cabeza.
-¿Queréis callaros de una puñetera vez?- Georg daba mucho miedo cuando lo despertaban.
-Georg, joder, no se cómo puedes dormir después de lo que le ha pasado a Sam…- le reprochó Bill que se levantó para ir junto a su amiga que ya tenía los ojos abiertos de par en par
-Pero, ¿qué ha pasado? – preguntó Georg aún medio dormido.
-¡Nada! ¡Estoy perfectamente! – gritó ella aún desde la cocina. Odiaba cuando hacían cosas como esa… Estaba bien, no había pasado nada, no había sido la primera vez… A sus espaldas los chicos se miraban unos a otros y eso ella lo sabía por mucho que ellos lo hicieran con disimulo, los conocía y conocía todos sus gestos, estuviera o no delante…- Y dejad de miraros los unos a los otros porque que este de espaldas no significa que no sepa lo que estáis haciendo…
-¡Que bien nos conoces, hermanita! – rió Tom ante tal incómoda situación.
Todos rieron ante el comentario. “Hermanita… Solo su hermana… Claro, ¿por qué tendría que ser otra cosa?” El pensamiento cruzó la mente de Sam a la velocidad de la luz e hizo mella en un rincón de su corazón. Eso dolió como el infierno pero estaba acostumbrada a hacer como que nada pasaba, a fingir que nada le afectaba. Suspiró y empezó a hacer su desayuno… Olvidó ligeramente que ellos se encontraban ahí así que les preguntó que qué querían para desayunar… Pregunta tonta, la verdad… Los niños siempre estaban hambrientos así que se preparó para hacer toneladas de tortitas… Sam siempre se preguntó dónde metían todo lo que comían, sobre todo los gemelos, y Bill, por supuesto, si estaban escuálidos… Vale, Bill era ahora el escuálido… Prendió la radio y descubrió que en el reproductor de CD estaba el disco de mezclas que su amiga le había regalado por navidades en el que se encontraban todas aquellas canciones que habían vivido juntas, ya sea bailándolas, gritándolas, llorando con ellas… Y las canciones eran de todo tipo… La primera que se encontró fue Schrei… Vaya, que casualidad…
-¡Eh! ¡Conozco esa canción! – exclamó Bill desde el salón donde los chicos estaban recogiendo los colchones. Podían llegar a ser muy ordenados estos chicos, Sam era más desastre que ellos, seguro…
-Sería muy raro que no reconocieras tú propia canción, Bill – le sonrió Sam desde la cocina. Bill le sacó la lengua desde el salón y ella lo vio por la el hueco que conectaba la cocina con el salón. Rió. – Bueno, esto ya está.
Dos segundos más tarde ya estaban todos sentados a la mesa. Sam parpadeó. Vaya, si que estaban hambrientos… Llevó el plato a la mesa con los cubiertos y no tardaron ni dos minutos en empezar a comer. Sam esperó su reacción. La verdad no era muy buena cocinera pero tenía que decir que las tortitas le salían que ni pintadas… Su tía le había enseñado desde muy pequeña y ahora las hacía incluso mejor que su maestra…
-¡Buenísimas! – pudo decir Bill con la boca medio llena.
-Desde luego, el hombre con el que algún día llegues a casarte, sin que Georg lo mate primero, va a tener mucha suerte…
Un segundo después Sam casi se atraganta con lo que estaba comiendo, Bill escupió lo que estaba bebiendo, Tom se quedó blanco, y Georg puso mala cara… Gustav… ¿Qué acababa de decir Gustav? ¿Casada? ¡Pero si no había cumplido ni siquiera los 18! Gustav algún día de estos la mataría… Esto la hizo pensar en algo, ella jamás se había imaginado la vida con otro que no fuera…
- Gustav, Sam nunca ha creído en el matrimonio… - Bill la rescató. Era cierto. Compartían ese pensamiento. – A no ser que haya cambiado de opinión estos tres años…- miró a Sam
-¡Para nada! Sigo pensando que el matrimonio es absurdo. Aunque tengo que decir que una ceremonia en la orilla del mar me parece lo más precioso que jamás haya existido…
-¡Si! Y yo no me pondría un anillo, ¡me lo tatuaría!
-¿Lo harías? ¡Yo también!
-Estáis chalados… - dijo Tom al verlos así a su hermano y a Sam. Eso le parecía una soberana estupidez. Pero si ellos eran felices así, pues nada…
-¡Venga ya! Si tú te has puesto pálido en cuanto Gustav ha dicho “el hombre con el que te cases” – Tom miró a su hermano con odio pero ahora no podía echarse atrás...
-Claro, porque no creo que Sam sea de esas mujeres que se quedan en casa a esperar al marido con la cena hecha y esas mierdas. Sam no es así. Es más, ni siquiera me imagino a Sam con un hombre… No, ni siquiera quiero imaginarlo.
-¡Por favor, Tom! ¡Estás tan celoso!
- ¿Celoso yo? ¿Por qué? ¿Por no querer que un tío se acerque a mi hermana más de la cuenta? ¿por eso estoy celoso? ¡No, Bill! No estoy celoso, estoy cabreado. Y no me eches el sermón porque sé que ese día llegará y yo me tendré que aguantar, desearle que sea feliz y odiar al tipo en cuestión todos los días de mi vida… - entonces se levantó y se encerró en la habitación de Sam. El silencio se hizo en la sala…
Estúpido, estúpido, eres un estúpido… Por la cabeza de Tom solo pasaban esas palabras una y otra vez. Había actuado como un auténtico idiota pero es que Bill tenía razón, no era que la quisiera para él pero si es cierto que le hervía la sangre cuando pensaba que otro había estado con ella… Y justo Gustav tenía que haber sacado el tema precisamente hoy… Sentado en el suelo, apoyando la espalda en la cama y con las piernas extendidas miró al techo… Necesitaba un puñetero cigarro… Mierda, había dejado el paquete en el bolsillo de la chaqueta y esta estaba fuera, colgada en una de las sillas que rodeaban la mesa, tal vez en el sofá, no recordaba bien donde la había dejado. Ahora mismo no tenía la cabeza como para pensar en donde había dejado todo, la sugerencia de Gustav y la contestación de su hermano Bill lo habían desquiciado un tanto… Pero, ¿y si era cierto? ¿Y si todo lo que había dicho era por celos? Rió. No, no era por eso… Por favor, ¿él celoso? Pero tenía que admitirlo, no le hacía ninguna gracia que otro tipo se acercara demasiado a su amiga… Recordó lo que los chicos le habían dicho del fin de semana anterior, cuando habían ido al pub donde trabajaba ella y él se había liado con una de las camareras, que por cierto, estaba bien buena la jodida… Apartó ese pensamiento de su mente y se concentró en lo que le había dicho su hermano… Sam había estado con un tío justo delante de sus narices y él ni siquiera se había dado cuenta… Estaba ocupado con la rubia… Maldición, mataría al tipo cuando lo viera de nuevo… Otra vez esa maldita sensación, ¿se estaba cabreando solo porque alguien había besado a Sam? ¿Y qué? Ella no era una niña, seguramente habrá habido muchos tíos en su vida durante estos tres años, ¿por qué se sentía tan dolido, sobre todo cuando él había hecho exactamente lo mismo? Se sintió imbécil, realmente estúpido…
¡Pobre Tom! ¡Piensa que es estúpido y encima está confuso el pobre! ¿Qué le pasará con Sam? Ya lo veremos en los próximos capítulos. Ahora quería pedir disculpas por mi falta de tacto en este capítulo. Quise escribir un sueño de Sam demasiado calenturiento y quiero pedir disculpas si alguien se ofendió o simplemente si les hice pasar un mal rato. Creo que me emocioné demasiado escribiendo (O que imaginé que era yo y no Sam la del sueño ¡Kyaaa! ¡Tomiiii!) Bueno, que me voy del tema… Ejem Ejem… Lo dicho, chic@s, espero les haya gustado el capi sin contar mi falta de tacto (¡Gomeneee!) y que sigan conmigo una semana más.
Un beso.
Amanda.

7 comentarios:

  1. De nuevo otro genial capitulo, y para nada se me hizo falta de tacto haha creo que todas nos imaginaos que somos amanda en ese sueño XD

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  2. UUFFF que buen capitulo de vdd quedo super! te felicito jaja lo del sueño fue genial para nada lo de la falta de tacto, a mi me encanto y creo que a las demas tokitas = les gustara mucho! bueno como siempre ya me quede con ganas de leer mas de esta historia pero por el momento tendre que esperar... saluditos :D

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  3. jajaja
    para nada nos hizo pasar un mal rato
    al contrarioO
    waaaa... yo tambn me imaginé q era sam hehe
    x deeoozz q wen capitulo
    felicidades, q buen trabajo haces

    tic tac tic tac
    uuuy ya quiero leer el siguiente cap
    jiji
    byeEeEe...

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  4. Genial como siempre, y muy en tu Tono, jaja.

    Me gusta sobre todo la Nota alfinal del capitulo, la voz de la narradora xD.

    Felicidades por otro capitulo increible. ^^

    Elfire

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  5. hallo amanda este cap estuvo genial te lo digo xk hay me kede con ganas de k el sueno de sam no terminara nunka pero bno espero k para la proxima ese no sea un sueno ok jejeje y dure mas y como 100pre tus historas estan geniales ers muy bna ehhh. bueno soy angie tu amiwita ehhh tschuss.

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  6. (PAULINA)

    ahha descuida nna...stubo muy padre el capitulo..m encanto..y t entiendo cuando dices q t pierdes con tom!! HAHAHAHA XDDDD

    descuida...e leeido cosa smucho mas .... ppzzz PORNO q esto ahahahahahaha

    descuida.....estubo muy padre...cada cuando sacas un capitulo..cada semana!?!? hih
    BESOS
    ye

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  7. me encanta me encanta me encantaaaaaaa!!
    siempre digo lo mismo, lo se pero... joder tia esque es la pura verdad!!
    Pobre Tom, esta sufriendo más el pobre...
    Me gustaria que todo se solucionara pronto pero por otra parte no porque se acabaria el fic y que haria yo entonces??
    jajaja pues nada, por mi no te disculpes po lo del sueño, en mi opinion queda PERFECTO!!
    Ala un besazo!!
    que me enrollo y no se cuando parar!! :P

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