
Hi! Feliz año nuevo a todos! Espero que en este año se le cumplan todos sus deseos y que sigan conmigo hasta el final de la historia. Siento escribir ahora los capítulos más cortos pero ya les dije que tenia el pc estropeado y no he podido seguir escribiendo... No sabéis lo mucho que me entristece no escribir... TT . Un beso a todos y sigan cuidándose. Besos.
Dándole a mi padre un beso de buenas noches y otro a mi hermana me dirigí a mi cuarto escaleras arriba mirando fijamente el pequeño paquete. ¿Otro regalo? No entendía nada, con uno como el que me habían hecho, ya sobraba, no hacía falta… Me senté en la cama y abrí la cajita. Otro sobre. ¡Que misteriosos se habían vuelto todos! Desdoblé el papel y me preparé para leer...
Hola, Sam.
Espero que estés pasando el mejor día de tu vida, al menos intentando tenerlo. Tú, yo y todos los demás sabemos que va a resultar duro esta separación y que querrías tenernos allí contigo en este día, por eso hemos querido pasarlo tan cerca de ti como nos fuese posible. Tú sabes que eres nuestra hermanita consentida y que siempre intentaremos cumplir tus escasos caprichos pero no todo en esta vida es posible y se que tú lo sabes más que nadie. Por eso te diré que intentaré llevar esto lo mejor posible como se que tanto tú como los demás lo estáis haciendo.
Espero que estés pasando el mejor día de tu vida, al menos intentando tenerlo. Tú, yo y todos los demás sabemos que va a resultar duro esta separación y que querrías tenernos allí contigo en este día, por eso hemos querido pasarlo tan cerca de ti como nos fuese posible. Tú sabes que eres nuestra hermanita consentida y que siempre intentaremos cumplir tus escasos caprichos pero no todo en esta vida es posible y se que tú lo sabes más que nadie. Por eso te diré que intentaré llevar esto lo mejor posible como se que tanto tú como los demás lo estáis haciendo.
Pero no te escribo esto para decirte lo que tú ya sabes si no al contrario, para decirte lo que tú no sabes. Y ¿cómo empezar? Sabes que no soy muy bueno en estas cosas…Pero me lanzaré al vacío así me estrelle contra el suelo.En primer lugar hablarte de mi regalo. Conociéndote como te conozco, sé que no esperas nada material o simplemente nada demasiado ostentoso por eso quise que tuvieras esto (Míralo si aún no lo has hecho) – extraje de la pequeña caja lo que parecía un púa de guitarra colgada de una fina cadena. Me llevé una mano a los labios cuando me dí cuenta de que se trataba de su primera púa, la que utilizaba cuando estaba inspirado, decía que le traía suerte, y ahora… ¿ahora me la regalaba a mí? ¿Se había vuelto loco? Seguí leyendo, atónita.– Como puede que ya te hayas percatado, sí, se trata de mi púa de la suerte, mi primera púa de guitarra. Creo que entenderás lo mucho que me cuesta separarme de ella pero sé que estará en buenas manos y ¿qué mejor que tú para llevarla? Sé que no es nada del otro mundo, y que quizá no es el típico regalo que un novio le hace a su novia en el segundo mes - ¡Ostras! ¡Ni siquiera me había acordado que hoy hacíamos dos meses juntos! Pero, ¿qué clase de novia soy yo? – Pero no sabía que regalarte y ya que me he decidido a sentar cabeza quería hacerlo bien. Por eso quiero regalarte esto que es tan importante para mí y por que se que solo tú puedes apreciar lo que realmente quiero decirte con esto. Siempre había pensado que esa púa permanecería en mi poder hasta mi muerte pero hoy sé que esto es algo que me gustaría compartir con alguien y ese alguien quiero que seas tú. ¿Por qué? No me lo preguntes, sabes la respuesta.- ¿La sabía? ¿Realmente él…? – Así que espero que lo disfrutes aunque sea una idiotez.
En segundo lugar, solo decirte que seas fuerte. Aún no te has dado cuenta pero tú puedes hacer cualquier cosa solo ten iniciativa. Habla, grita, no te cortes, nunca dejes lo que sientes dentro de ti. Se que puedes. Sabes que estamos contigo. Siempre. Nunca lo olvides.
Y por último, aunque no por ello menos importante, desearte de nuevo un feliz cumpleaños. No sabes lo mucho que me hubiese gustado estar ahí contigo, aunque creo que todos querríamos estar ahí. Y no te preocupes, tendrás tu fiesta de quince como Dios manda, la mejor de todas, como siempre soñaste. Vale, lo sé, nunca soñaste eso, pero me apetecía decirlo.
Ahora ya si me despido.
Un beso.
Tom.
En segundo lugar, solo decirte que seas fuerte. Aún no te has dado cuenta pero tú puedes hacer cualquier cosa solo ten iniciativa. Habla, grita, no te cortes, nunca dejes lo que sientes dentro de ti. Se que puedes. Sabes que estamos contigo. Siempre. Nunca lo olvides.
Y por último, aunque no por ello menos importante, desearte de nuevo un feliz cumpleaños. No sabes lo mucho que me hubiese gustado estar ahí contigo, aunque creo que todos querríamos estar ahí. Y no te preocupes, tendrás tu fiesta de quince como Dios manda, la mejor de todas, como siempre soñaste. Vale, lo sé, nunca soñaste eso, pero me apetecía decirlo.
Ahora ya si me despido.
Un beso.
Tom.
Quedé anonadada cuando mis ojos pasaron por la última línea de su extensa carta, nunca me hubiese imaginado que iría a darme una cosa así, ni siquiera siendo solo su amiga, o su hermana, como él quisiera llamarlo… Pero esto era… Cogí el móvil, era tarde pero esto no podía esperar, tenía que… ¿tenía que qué? No importa, marqué el número y me llevé el móvil al oído. Me respondió al vuelo pero yo no podía decir nada, las palabras se me quedaban trabadas en la garganta y las lágrimas seguían queriendo escapar de mis ojos… No mucho después escaparon y solo pude susurrar su nombre…
-¿Sam? ¿Estas bien? Me estas asustando, Samantha…
-No, estoy bien, tranquilo… Solo es que acabo de leer…
-Oh, entiendo…
-¿Por qué?
-¿Cómo que por qué? Porque quiero que lo tengas. No voy a aceptar un no. Te la vas a quedar.
-Pero…
-Te he dicho que no, así que ni lo intentes. – suspiré, es todo lo que podía hacer. Los dos éramos enormemente cabezotas. Así que me la tendría que quedar.
-No, estoy bien, tranquilo… Solo es que acabo de leer…
-Oh, entiendo…
-¿Por qué?
-¿Cómo que por qué? Porque quiero que lo tengas. No voy a aceptar un no. Te la vas a quedar.
-Pero…
-Te he dicho que no, así que ni lo intentes. – suspiré, es todo lo que podía hacer. Los dos éramos enormemente cabezotas. Así que me la tendría que quedar.
Charlamos durante largo rato sin necesidad de volver a tocar ese tema. Ni el ni yo queríamos hacerlo…
Los días fueron pasando y así las semanas y los meses. Ciertamente yo seguía siendo igual de antisocial, me negaba completamente a hacer nuevos amigos que intentaran reemplazar a mis hermanos. Seguía hablando con ellos todas las noches pero notaba que la relación se había enfriado un poco o tal vez era la parte paranoica de mí que me obligaba a sentirlo así.
Y mes tras mes llegamos a diciembre. Mi primera navidad sin mis amigos… Los echaba tanto de menos… Desde que me levantaba hasta que me acostaba no dejaba de pensar en qué estarían haciendo y qué hubiésemos estado haciendo nosotros de estar ellos aquí… En fin, mi vida giraba en torno a ellos. Me levantaba escuchando su música, pasaba los descansos con su música y un buen libro, y a veces hasta dormía escuchando su música. Era lo mas cerca que estaba de ellos y me reconfortaba por dentro, era una sensación reconfortante y apaciguadora. Igual que cuando sonaba el teléfono y los cuatro me saludaban de forma efusiva. Siempre hacían que una sonrisa se dibujara en mis labios. No se como lo conseguían, pero siempre lo hacían. Los adoraba demasiado.
En plenas vacaciones de navidad justo cuando la ciudad estaba de lo más hermoso posible con la nieve sobre las aceras, sentada sobre el alfeizar de la ventana y tomando chocolate caliente recibí la mejor noticia que podría haber recibido en siglos. Los chicos volvían a casa por navidad ¡como el turrón! Todo ocurrió muy deprisa.
Había llegado a casa tras pasar con mi hermana la tarde en el centro comercial comprando los regalos que mi hermana quería hacerle a su mamá y a su abuela y yo había comprado algo para mi padre, un reloj plateado que quería desde hacía más de medio año, me costó una fortuna pero como llevaba sin salir demasiado desde julio mis ahorros habían aumentado ligeramente y aún me sobraba para comprarme yo algún caprichito de navidad. Tras guardar los regalos donde nadie podría encontrarlos me duché e hice para mí y para mi hermana dos tazas de chocolate caliente. Mi madrastra había ido a casa de su madre a hacer no se qué pero yo sabia que había ido a comprar los regalos para su hija y su marido. No me molestaba en absoluto. De los gritos que siempre había recibido por su parte pasando por las palizas y golpes habíamos pasado a dirigirnos la palabra solo cuando era extremadamente necesario. Me gustaba más así, simplemente a veces solo tenía que asentir con la cabeza y decir algún par de monosílabos. Aunque seguía diciéndome que lo que tenía con Tom no tenía futuro alguno pero yo pasaba de ella. ¿No lo mencionado? Al fin me atreví a confesarle a mi padre lo que pasaba y lo aceptó sin más. Conocía bien a Tom, lo conocía desde los siete años y sabía que detrás de su aspecto de “Todo me resbala” en realidad era un buen chico, pero como cualquier otro padre me obligó a decirle lo que le haría si llegaba a hacerme daño… Por supuesto, a modo de broma. Estábamos solas mi hermana y yo. Ella veía videoclips de Britney Spears en el DVD y yo sentada sobre el alfeizar alternaba mi mirada entre la nieve caer sobre el pálido suelo y los bailecitos de mi hermana y la risa que se me escapaba al verla moverse. No lo hacía nada mal pero se emocionaba demasiado… Un móvil sonó en la estancia, era el mío. Fui corriendo a cogerlo y cuando lo descolgué lo primero que me preguntaron fue: ¿La Spears?
-Es mi hermana.- me defendí. Ellos rieron
Y fue cuando me dieron la mejor noticia que podía haber recibido en siglos y justo cuando colgué me uní a los bailecitos de mi hermana. Echaba de menos algo como eso, nunca se me había dado mal bailar pero había dejado de hacerlo. Estaba realmente feliz aquella noche y nada iba a poder estropeármelo.
Los días pasaban y mi felicidad aumentaba conforme se acercaba el día de nochebuena. Ya lo tenía todo planeado. Los chicos vendrían ese mismo día por la mañana, pasaríamos el día juntos como siempre y a cenar cada uno en su casa con toda la familia para mas tarde volver a quedar todos en la casa de los twins pues allí estarían todos con los que nos llevábamos genial. Estaba súper nerviosa y quería que todo saliera bien así que tenía calculado hasta el último momento en mi cabeza, anticipándome a cualquier imprevisto…
Y llegó el día antes. Esa misma tarde había pensado en ir al centro comercial a comprar mi propio regalo de navidad. Y eso hice. Cogí lo que me quedaba de mis ahorros y anduve hasta el centro comercial de la pequeña ciudad. ¡Que decir que no solo compre un regalo para mi si no que también lo hice para Bill, para Georg, para Gustav, para Tom, para Rose…! No entendí desde cuando me había vuelto tan adicta a las compras… Cosas de ser amiga de Bill, supongo…
Sobre las ocho de la tarde tomé camino de vuelta a casa, ya estaba muy oscuro y podría fácilmente pasarme algo si no llevaba cuidado además que mi padre estaba a punto de llegar de trabajar y le gustaba que todos cenáramos juntos como una familia normal, unida y feliz, aunque no lo fuéramos. Con la música retumbando en mis oídos iba caminando ajena a todo lo que pasaba a mi alrededor cuando, al cruzar la calle que me llevaba hasta mi casa descubrí coches de policía apeados en la acera de enfrente de mi casa y mi jardín. Sus cambiantes luces de colores iluminaron mi rostro despertándome de mi estado de shock. No había pasado nada, no tenía que haber pasado nada… Mi mente intentaba convencerme de algo que yo sabía que no era cierto. Algo había pasado. Algo lo bastante fuerte para atraer a la policía nacional hasta mi casa. Descubrí a mi madrastra en la puerta de casa llorando a lágrima viva mientras Rose se abrazaba a ella. Mi hermana también lloraba. Podía ver sus lágrimas corretear por su suave y delicado rostro. No entendía nada. ¿Qué estaba pasando aquí? Me acerqué a la puerta donde dos agentes intentaban calmar a mi madrastra y a su hija. Me miraron con mucha pena. No entendí por qué. Vale que mi aspecto no era el de una adolescente normal pero siempre solían mirarme por encima del hombro nada de miradas de pena. Los miré sorprendida.
-Señorita, ¿es usted la hija del señor Stratford?
-Si, ¿por qué lo pregunta?
-Su padre…
- ¡Sam! ¡Sam! ¡Papá...! ¿Qué pasará con papá? Estos señores dicen que ha muerto... Papá está bien, ¿a que sí, Sam?
- Claro, Rose, papá vendrá de un momento a otro y cenaremos todos juntos. Ve a poner la mesa, ¿vale? – no podía ver a mi hermana así. Me había quedado muerta cuando escuché de sus labios que mi padre había muerto. No, no podía ser cierto, no podía ser verdad…
-Si, ¿por qué lo pregunta?
-Su padre…
- ¡Sam! ¡Sam! ¡Papá...! ¿Qué pasará con papá? Estos señores dicen que ha muerto... Papá está bien, ¿a que sí, Sam?
- Claro, Rose, papá vendrá de un momento a otro y cenaremos todos juntos. Ve a poner la mesa, ¿vale? – no podía ver a mi hermana así. Me había quedado muerta cuando escuché de sus labios que mi padre había muerto. No, no podía ser cierto, no podía ser verdad…
Vi como mi hermana asentía con la cabeza y luego echaba a correr hasta la cocina para empezar a poner la mesa. Giré mi cabeza hacia los agentes no sin antes mirar a mi madrastra que no podía ni hablar.
-¿Qué ha pasado?
-Tuvo un accidente de coche. Al parecer, se le cruzó otro coche y ambos cayeron por un precipicio.
-Tuvo un accidente de coche. Al parecer, se le cruzó otro coche y ambos cayeron por un precipicio.
Me negaba a seguir escuchando. Nada de lo que decía aquel hombre era cierto, mi padre estaba en casa, con sus zapatillas malolientes y su periódico arrugado en la mano sentado en una de las mesas de la cocina esperando a que sirviéramos la cena. Mi padre, el hombre que yo amaba con locura, no estaba muerto. No lo estaba…
-¡Miente!
Exclamé entre sollozos y entré en la casa corriendo hacia la cocina, donde sabía que lo vería, tirando al suelo cada cosa que se entrometía en mi camino. Sabía que mas tarde lo tendría que recoger pero en aquellos momentos por mi cabeza solo pasaba la idea de ver a mi padre… No podía ser… No podía ser cierto… Llegué a la cocina y solo vi a mi hermana colocando los platos sobre la mesa ni rastro de él, ni un solo movimiento, ni una sola prueba de su presencia… Seguí corriendo por el resto de la casa sin señal alguna hasta que llegué a su dormitorio, seguramente estaría dándose un baño. Lo llamé. Ni una sola contestación. Solo me respondió el silencio. Abrí la puerta entreabierta y me topé con la más absoluta oscuridad. Mi padre no estaba allí, nunca más lo estaría. Había muerto, me había dejado sola… Me desplomé sobre la suave alfombra y dejé que las lágrimas recorrieran mi rostro sin hacer nada para evitarlas, ya de nada servía si no lo tenía a mi lado. Sentía el peso de mi cuerpo caer de bruces sobre el suelo y mis párpados pesados, sin embargo no luché contra ello, ya nada me importaba…




aii nO pObre sam
ResponderEliminaraii me iizO llOrar ezte capitulO
jje muii buenO jje aun zeqO miz la
griimaz jje aii amandajje cada vez
qeleO unO deztuz capiitulOz te abmiirO
maz jje wuenO me vOii cuiidate un bezO
jje zperO iize zOluciiOne el prOblemma
jje tkm adiOz atte maii
ouu...
ResponderEliminarnoOo :(
q triste probresita sam, quería demaciado a su padre, ayy maii a mi tambn me hizo llorar muxoOo... :( uff.. amanda felicidades por el capitulo tu si que sabes conmover a las personas jiji cuidate muxO, ayy ya quiero q leer el próximo cap
Weee!
ResponderEliminarTe felicito, me lo pase muy bien leyendolo.
Un poco mas corto que los anteriores pero igual de bueno. :)
Haber para cuando te solucionan el problema xD.
† Saludos Elfire (^_^)